•EX'ACT• (D.O y Tu) [Terminada]

Prólogo

Han pasado dos semanas desde que la deje en África, no me arrepiento pero eso no quiere decir que no esté preocupada. Cada noche me pregunto como estará o si la tratan bien.

La pequeña cabaña que encontré se siente fría y no por el hecho de que este en medio del bosque, si no por que ella ya no esta. Después de todo me encariñe con esa niña.

Me siento sola, preparada para cuando ellos me encuentren. Seguro ahora es menos la importancia de encontrarme pero aun así, para ellos, seria bueno que no estuviera suelta puesto que se todo lo que hacen y lo mas importante, como lo hacen.

Esta noche la luz de la luna brilla con intensidad y gracias a ello pude ver, no una, sino 5 sombras pasar por la ventana. Suspire y me senté en la vieja y única silla.

La puerta se abrió lentamente haciéndola rechinar, como si la persona tuviese miedo de entrar. El chico me miro sorprendido y asustado, en cambio yo, me alegre al verlos.

-¿Como llegaron aquí? -Pregunte después de que terminaron de contarme como fue que escaparon.

-Solo llegamos, no teníamos idea de que alguien estuviera aquí -Dijo uno- ¿Usted es una de ellos?

Suspire y asentí

-Lo era -Miro a cada uno de ellos- estoy segura que después de lo que hice ya no pertenezco ahí

Y ese era el único problema, que ya no podre tener acceso a ningún laboratorio de la corporación. Ya no podre salvar a los demás que aun siguen siento utilizados como conejillos de indias. Pero...

-Se como pueden salvar a los que aun siguen ahí -Digo de repente y cinco pares de ojos se posaron en mi

-¿Como?

-Encuentrenla -Del bolsillo de mi bata saco una fotografía de la chica y se la entrego al más cercano a mi- Su nombre es _____, cuando la lleve a África deje con ella un collar. Ese collar lleva dentro una serie de números, es la contraseña del laboratorio donde se encuentra el antídoto "EX'ACT". Con el pueden volver a la normalidad a los que ya se les ha inyectado el virus. Sera peligroso ya que tienen que regresar a la corporación pero háganlo, no solo por sus amigos que no pudieron escapar, si no por todos esos adolescentes inocentes.

Un ruido fuera me hizo dar un pequeño salto, habían llegado por ellos. Rápidamente les indique por donde salir.

Una vez que ellos salieron volví a sentarme y la puerta se abrió de golpe. Un soldado apunto su lampara hacia mi rostro cegando mi vista. Y mientras los demás soldados investigan la pequeña cabaña, dos hombres me sacaron esposada.