El demonio miró a las dos jóvenes que irradiaban una energía pura y espiritual.
- No puede ser...- dijo mirándolas- de todas las aldeas tuve que venir a la aldea de las guardianas de la perla – una sonrisa retorcida se formó en su boca- sois tan...
- ¡Miroku! ¡Despierta! - exclamó Inuyasha sobre las nubes
- ¿Qué? ¿Qué te pasa? ¿No puedes dormir? Estás demasiado obsesionado con Kagome...
- ¡Cállate y mira!
El ojizarco echó un ojo hacia abajo y sonrió.
- Nunca había visto a Sanguito con ropa tan ajustada.
- ¡No! ¡Un demonio!- explicó el ojidorado
- ¿Hay que salvarlas? – preguntó levantándose y mirando a su compañero con preocupación.
- ¿De qué estás hablando, Miroku? Son Sango y Kagome, las guardianas y protectoras de la perla de Shikon. - contestó
El azabache sonrió
- Cómo se me pudo olvidar... ¡si me lo recuerdas a cada rato!
Inuyasha se sonrojó soltando un "Khe." mientras miraba a otro lado
Mientras tanto, Sango y Kagome atacaban al monstruo esquivando el veneno que este soltaba por su boca. Kirara fue herida por un de sus garras por lo que no pudo ayudarlas.
- Kag, ¿estás bien?
- Sabes que el veneno de youkai es muy efectivo en mí desde "eso"...
Sango solo asintió y sacó su espada empezando a herir al monstruo cuando el demonio cayó al suelo, ella aprovechó para tirar su hiraikotsu y disipar el veneno que había en el aire.
- ¡Kagome! ¡Ahora!
La azabache preparó una flecha sagrada mientras la morena lanzaba su bumerán gigante con fuerza. La castaña consiguió cortar sus dos manos y su compañera darle en su corazón.
- Bien hecho Kagome – dijo cuando se encontraban frente a frente.
- Si no hubieses quitado todo ese veneno de mi alrededor no hubiera podido
Las dos sonrieron viendo al monstruo desaparecer y convertirse en cenizas.
- Volvamos a casa. - dijo Sango- Estoy cansada y necesito curar a Kirara...
La nombrada se levantó del suelo y en su forma gatuna, caminó hasta su dueña.
- Espera un momento... - dijo la pelinegra- hay un papel...
- ¿Qué dice?- preguntó su compañera sosteniendo a Kirara entre sus brazos
- «Inuyasha-sama, Dios de la guerra junto a Miroku-sama, Dios del vino, la lujuria y la pasión batallaron trayendo paz a todo el reino... pero ahora no son más que simples Kamis a la sombra de grandes dioses como Ares y Zeus. Si dices sus nombres tres veces bajo la luna llena, ellos vendrán a ti...» - Kagome rió- Deberíamos probarlo...
-¿De qué hablas Sango? Esto debe de ser una mentira.
- Pero sería bueno tenerlos, podrían ayudar en la aldea y...
- No.
¿Cómo iban ellas a invocar a Kamis? ¿Y si en realidad eran diosas de la calamidad? ¿O eran unos demonios sellados?
- Kagomeeee...- habló su compañera mientras caminaban a la aldea.
- No Sango, y cállate que pueden oírnos
La nombrada agarró su mano y corrió a su cabaña
- ¿Y ahora?- sacó un par de vendas y un mejunje de plantas y empezó a curar a Kirara
Kagome la observó con detenimiendo mientras preparaba la medicina para curar a su preciada gata youkai.
- Porque estemos en casa mi opinión no tiene que cambiar...
- ¿Qué perdemos por intentarlo?- preguntó observando a su linda gatita ya curada
- El tiempo.
Sango bufó y le quitó el papel a Kagome mientras salía fuera, a un pequeño patio que tenían, la azabache la siguió viendo como su amiga se colocaba en el centro y miraba al cielo estrellado.
- Sango, no creo que...
- Hoy es luna llena, bien, tú Kagome di "Inuyasha-sama" y yo diré "Miroku-sama", ¡cuento contigo!
- Está bien - cedió
Las dos se pusieron bajo la luz de la luna llena e invocaron a los dioses tal y como aquella hoja de papel indicaban. Tras terminar el ritual, ambas se sentaron en la cabaña mientras miraban las estrellas.
- ¿Y sientes algo distinto? -preguntó la azabache- Porque yo solo siento que es una tontería.
La castaña se encogió de hombros.
- Tal vez.
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Guardianas De La Perla De Shikon
Fanfiction¿Sacerdotisas? Bueno, algunos podrían decir que eran ángeles provenientes del cielo. Otros dirían que son demonios del mismísimo infierno. Pero, ¿qué pensarían los dos Dioses que cuidaban de ellas?