Rachel se ha ido, y Felicity es la culpable.
Felicity la extraña.
Rachel sigue con su vida.
Ambas se escriben cartas.
Solo Felicity las envía.
Primera historia de la trilogía epistolar COLD
#1 STONE COLD
#2 COLD GOLD
#3 COLD WATER
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Para: Rachel.
Remitente: Felicity
18/08/2014
¡Me habló! ¡Rachel, mi crush me habló! Es como estar en el Cielo en este preciso momento. ¿Sabes qué se siente eso? ¡Y además dicen que le gusto! ¡ESTO ES UNA COMPLETA LOCURA! Aún creo que me están tomando el pelo, y es una broma de mal gusto, porque no creo poder gustarle a alguien como Morgan... Es tan guapo... ¡En serio!
Tiene esa cara de niño bueno pretendiendo ser uno muy malo... Sus ojos son tan verdes como las esmeraldas, y su sonrisa tan amplia como el océano pacífico por el horizonte...
Maldición, ¿qué me está pasando, Rachel? Me siento tan liviana, tan elocuente, y sobre todo no puedo dormir por las noches al imaginarme las nuevas conversaciones que pudiésemos tener en el futuro. ¡Y adivina qué! ¡LE VA AL MISMO EQUIPO DE AMERICANO QUE YO! ¿No es el destino? ¡ESTAMOS PREDESTINADOS A SER!
Perdón, me emocioné... Yo tenía que contárselo a alguien... No es como que Yuliana no sepa de todo esto, porque ella está en mis clases y ve todo lo que sucede entre Morgan y yo, pero a veces es tan inmadura que en serio no siento que le pueda platicar sobre esto.
¿Sabes? Yuliana tiende a tener mentalidad de niña de cinco años y eso me fastidia. No le puedo decir que alguien me gusta, porque al parecer a ella también, tampoco le puedo decir nada sobre chicos porque se pone nerviosa, no puedo decirle que quiero besarlos, que... bueno, cosas de adolescentes con la hormona alborotada, porque incluso con un albur ya me está recitando un exorcismo más fuerte que tenga en su biblia...
Me ha tomado un par de días asimilarlo, entenderlo... Que por más que quiera encontrar a alguien que llene ese espacio que has dejado en mi vida, nadie lo tendrá. Nadie podrá llegarte a los talones. NADIE.
Lo curioso de todo esto es que todavía me preguntan sobre quién es mi mejor amiga —dado a que me ven mucho con Yuliana— y la respuesta siempre es y será la misma: Rachel lo es. Rachel es mi mejor amiga y ahora no la tengo a mi lado.
Perdón si te molesté contándote mis emociones, pero tú sabes mejor que nadie que había sido una regordeta de pequeña, la más fea del salón —o eso es lo que siempre decían nuestros compañeros de sexto—. ¿Recuerdas cuando Yago me recordaba lo gorda y prieta que estaba? Pues yo sí, y tú no decías nada, pero cuando alguien te decía loca y depresiva yo saltaba a defenderte de todos...
¿Qué nos ha pasado Rachel? ¿Cuándo empezamos a blasfemar de tal manera una de la otra? ¿Por qué empezamos a pelear con regularidad? ¿Por qué siento que ya no te conozco como hace unos ayeres? ¿Te hice algo para que no quisieras pasar tiempo conmigo, pasear o tomar un simple café en tu casa o en la mía? ¿Por qué siento que me odio al saber que te he perdido?
Me lastima todo esto. Me lastimas tú.
¡Quería que me rogaras! Que por una vez en tu vida lo hicieras, y sintieras lo mismo que yo al suplicarte a ti por tu perdón. Deseaba que por fin fueras tú la que se arrastrara por la arena movediza que hemos creado con el paso del tiempo y las palabras nunca dichas.
Ahora lo veo... Invariablemente termino siendo yo la que da más en esta amistad. La que trata de salvar las cosas con una Rachel a la que parezco no importarle ni un centavo. Vuelvo a entender que esta amistad ya no es de dos, sino que contiene a más participantes en los que nosotras ya no somos las protagonistas.
Te dejo, a lo mejor estás con Nikki, o con alguien más y te quito el tiempo mientras lees esta porquería que va a parar al bote de la basura...
Con sentimentalismo,
Felicity.
CARTA ENVIADA HORAS DESPUÉS
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