Capítulo 13: this is how to be a heartbreaker.

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Capítulo 13: this is how to be a heartbreaker.

Anoche fue divertido, aunque no dormimos casi nada. Varios de los alumnos se quedaron hasta tarde en la sala común, mientras que los que debían partir al día siguiente se iban a empacar. Jenna se quedó en nuestra habitación empacando con ayuda de Kiki y Serena, nuestras compañeras de habitación. Coleen y yo subimos a la habitación de Seb, porque siempre que tenemos hambre, su cuarto era el indicado. Aunque Sebastian era prefecto y todo eso, dejaba que su compañero, Ronan Toussaint traficara dulces y bebidas mágicas y muggles. Siempre nos dejaba varias cosas gratis porque a él le gustaba Col. Traía dulces de todas partes, desde América hasta Egipto. Mis favoritas eran las ranas de chocolate, porque Oli siempre me traía una cuando regresaba a casa. Soy una niña sentimental, ya sé.

-Celestina Warbeck, otra vez. -dije mirando el cromo de mi rana de chocolate.

-¡Dámela! Te cambio mi Dumbledore. -Coleen me tendió el cromo, no lo tomé.

-Nop, tengo muchas ya de Dumbledore. -contesté abrazando mi cromo de Celestina.

-Te la cambio por Gwenog Jones. -comentó Sebastian y casi me le tiro encima.

-¡Dámela, dámela! -le arrebaté el cromo de las manos y le arrojé a Celestina, lo siento C.

-¡No es justo! ¡Yo quería a Celest- ¡AY! GRACIAS SEB, ERES EL MEJOR. -le dijo mientras lo abrazaba, Seb le había dado mi cromo de Celestina. Coleen me sacó la lengua.

-No me interesa, Col. Tengo a Gwenog. -respondí abrazando mi nuevo cromo.

-No entiendo cómo es que las soportas. -le dijo a Sebastian otro de sus compañeros, Morendor Cheng, pero todos le decían Cheng o Chengui por obvias razones. Seb soltó un largo suspiro, mientras sus demás compañeros reían.

-Odiosos. Nos vamos. -me levanté de la cama de Sebastian y me estiré, estaba cansada y tenía que madrugar. Coleen me imitó.

-Ciao, niños. Arigato, Cheng. -dijo Coleen bostezando y dirigiéndose a la puerta.

-Smith, sabes que hablo francés. Lo sabes. -le replicó Cheng a Coleen. Esta movió la mano restándole importancia.

-Sí, sí. Mijao ching cheng. -dijo Col saliendo de la habitación.

-Lo siento por mi descortés amiga, Cheng. Que tengan buenas noches, chicos. Gracias por las drogas, Ronan. -le dije a Ronan con una sonrisa refiriéndome a los dulces.

-Gracias por las qué -Seb me miró desconcertado, me dirigí hacia él dándole un beso en la mejilla.

-Adiós, Seb. -me di la vuelta para dirigirme a la puerta cuando de repente noté que todos se habían quedado muy callados. Antes de salir, sentí como alguien jalaba de la manga de mi suéter. Era Sebastian.

-Iz… -me miró con esos lindos ojos azules suyos.- Mi suéter. -me tomó un momento responderle con coherencia.

-Hoy lo usaré de pijama, mañana lo devolveré, lo prometo. -lo miré un rato más y me marché. ¿Por qué me miró así?

***

-¡TRAGA! ¡TRAGA! ¡TRAGA! -habíamos, bueno fue Coleen, retado a Dominic, uno de séptimo que nos acompañaría al viaje, a que se tragara sin  masticar todos los crepés que pudiera. Madame O'malley no estaba feliz. Por si se lo preguntan: 37 crepés en 2 minutos. Wow.

Bombón Julién St. Clair entró por la puerta del Gran Comedor anunciando que los carruajes estaban listos, y como los salvajes que somos (y mientras Madame O'malley limpiaba la miel del cabello de Dom) fuimos corriendo en busca de nuestro equipaje, que habíamos bajado esta mañana y colocado casi en la entrada de los establos. Se puede decir que estábamos emocionados.

Subirnos no fue sencillo. No porque no hubiera suficiente espacio, al contrario, el carruaje era impresionantemente grande por dentro. Sino porque todos queríamos entrar por la pequeña puerta, y no es fácil que pasen cuarenta personas por allí a la vez. Ups. Sebastian y Coleen se perdieron una vez estuvimos dentro, así que tuve que revisar compartimiento por compartimiento. Adivinen con quien me encontré: las asquerosas Signoret. Me fui antes de que pudieran detallarme. Noelle estaba enojada porque Quentin no estaba en su cabina. Mmm. También me asusté un poco al divisar a Artemis, el gato parlachín de Louisa. Bombón St. Clair me encontró vagando desamparada y me obligó a entrar a una cabina porque era peligroso estar de pie mientras el carruaje ascendía.

-…Y tú debes saber de estas cosas. Quizás Lowell o Smith te han hablado de los aviones, es peligroso… -blah, blah, blah. ¿Dónde están esos dos?- Oh, mira. Aquí esta sólo Sam. ¿Por qué no te sientas aquí? Samuel, ¿te molestaría si Izzy te acompaña? -que no sea Lombard, que no sea Lombard, que no sea Lombard.

-No, para nada. -respondió Samuel Lombard.Maldición.

-Bueno, Isabelle. Toma asiento, pasaré a la hora de almorzar, ¿está bien? Si necesitas algo no dudes en llamarme, Iz. -me decía Julién mientras se acercaba a la puerta de la cabina. Noooooo, no te vayas. Pero se fue. Y quedé sola. Con Lombard.

-Le caes muy bien, ¿no? -me preguntó Lombard alzando la vista de su revista de deportes.

-…supongo. -…y, que comience el silencio incómodo. Ni siquiera traje algo con qué distraerme, con Coleen usualmente es suficiente, demonios.

-¿Estás emocionada? Por ver a tu hermano, me refiero.

-…sí. Por supuesto. -no hablé más, ni lo miré. Se calló por un rato, quizás dándose cuenta de lo forzada que había sido esta corta conversación.

-Escucha, Isabelle. Necesito decirte algo. -dijo enderezándose y dejando la revista a un lado. No me moví. -Mira, se que he sido un poco pesado con lo de incluirte en el equipo de quidditch, y de verdad lo siento si eso te ha molestado. Esa nunca ha sido mi intención, ¿okey? De verdad, discúlpame.

-…yo. -wow, eso sí fue una sorpresa.- Lo siento si he sido algo, mmm, ¿dura? Contigo. Lo que pasa es que, a diferencia de lo que todo el mundo cree, yo no hablo mucho. Quizás pensaste que fue algo personal, pero no es así. No hay de que disculparse, más bien es un halago que me quieras en el equipo. Gracias, de hecho. Y lo siento por no haber aceptado, el quidditch me recuerda mucho a casa y de alguna forma duele. Suena algo loco, ya sé, pero… eso. -culminé y le di una sonrisa sin mostrar los dientes.

-Lo entiendo, Iz. Tampoco hay nada de que disculparse, tienes tus razones. Y no suena loco, yo lo comprendo. -me dijo mirando hacia la pequeña ventana.

-No te he dicho toda la verdad. -esto fue un momento de adrenalina, y me salió de la nada. Lo juro. -Es que, bueno. Sabes como son en la escuela con los rumores… y… bueno. Te lo diré. Muchos piensan que estas enamorado de mi. -DETENGANME POR FAVOR. Él ni se movió. - En parte es por eso que te ¿evitaba? Es estúpido que haya creído en los rumores en lugar de preguntarte. Creí que te gustaba y eso me ponía, bueno, nerviosa. Lo siento por asumirlo sin preguntarte. Yo… son sólo rumores, ¿no? -seguía sin moverse. Sus hombros estaban rígidos. Mierda. -Digo, no estás enamorado de mí, ¿cierto? -AY, POR DIOS. CALLÉNME.

Pudo haber pasado un segundo, una hora o dos, quizás ya era mediodía. Ese instante en el que Samuel Lombard no habló se hizo eterno. Cuando respondió, su voz salió en un susurro.

-Claro que son rumores, Isabelle. -de repente solté todo el aire que no me había dado cuenta que estaba sosteniendo.

-Que bien. Estaba nerviosa por tu respuesta. -el miró al suelo. -Pero se acabó la tensión, ¿no es así? -levantó la vista y me sonrió un poco.

-¿Sabes eso de que casi no hablas? Te juro que no te lo creo. -solté una carcajada y el rió, también.

-Entonces, Sam. Convénceme. ¿Qué me ofrecerías si me uno al equipo?

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N/A: HOLA! No había publicado porque me gradué y bueno... fueron días emocionantes y ocupados. Comenten si les gustó y voten! -F, xoxo.

-En la foto: Douglas Booth como Samuel Lombard.

Izzy issues -Fanfic de HP-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora