Body Say © (BTS - RM Y Tu)

C.13

- ¿ya se conocieron todos? - bromeo NamJoon.

- claro - respondió Hoseok riendo.

- déjame mostrarte tu cuarto Nicky - Nam la tomó del brazo pero ésta se soltó.

- ¿mi cuarto? - lo miro algo molesta - ni siquiera estoy segura de querer "vivir" aquí - hizo unas comillas con sus dedos.

- Nicole yo no... - posicionó sus manos como si estuviese tranquilizando un animal.

- sólo... - lo interrumpió - solo vamos y ya.

Suga y J-Hope se miraban extrañados, pero más aun confundido se veía el moreno. Él no entendía cómo es que de un momento a otro Nicole era tímida, dulce y después se comportaba como una fiera a poco de atacar.

(...)

Subieron unas elegantes escaleras con barandal de cristal, al llegar al segundo piso había un largo pasillo que se extendía a la izquierda y a la derecha.

- por ahí - señaló el mayor con la voz seca hacia la derecha - esta el cuarto de Jungkook, Tae y Jin. Y por acá - comenzó a caminar a la izquierda - esta el cuarto de J-Hope, Suga, y el mío. - subió unas segundas escaleras un poco más cortas. - y aquí está tu habitación.

Nicole estaba nerviosa; pero eso no significaba que fuera distraída en ese momento.

- entonces... - miro a NamJoon con indiferencia - ¿dices que debo dormir al lado de la habitación de Jimin? - se cruzó de brazos mirándole con algo de cólera evidente.

Jimin es un chico un tanto apartado y serio en algunos momentos, le encanta estar solo cuando no hay necesidad de hablar. En la tercer planta habían sólo dos puertas, el cuarto de Jimin y la habitación reservada ahora para Nicole.

- bueno - RapMon sonrió algo nervioso - esperaba que no lo notaras - rasco su nuca.

- Pues sí; lo noté - dijo en tono molesto para darse la vuelta y bajar rápidamente las escaleras. Odiaba tener ese sentimiento por Jimin aun, y eso la asustaba más al no saber si lo que sentía por el moreno era real.

Estaba a punto de salir por la puerta llena de lágrimas en su rostro cuando una voz sería llamó su atención.

- No te vayas.

- ¿que? - regreso su mirada.

- No te vayas... - dijo Suga recargado en el barandal de las escaleras con las manos en sus bolsillos y mirando al suelo. - quédate - susurro de nuevo.

- no entiendo - se acercó a él lentamente - ¿tu... quieres que me quedé?

Suga levantó la mirada del suelo para mirar fijamente a Nicole causándole un escalofrío, asintió una vez con la cabeza para alejarse a la cocina mientras Nicole lo seguía algo confundida.

- hey - lo llamó tranquilamente pero Suga la "ignoraba" de algún modo. - ¡hey! - gritó esta vez. - ¡ya basta! ¡¿okey?! - se exalto. - todos ustedes son un montón de chicos raros - movía las manos eufórica - si vas a decirme algo dilo ya.

Suga se dio la vuelta violentamente molesto hacia ella acorralándola contra la pared posicionando sus manos en la pared impidiéndole salir. Esto provocó un pequeño grito de Nicole.

Yoongi la miro a los ojos para después mirar a la pared sobre su hombro.

- dije que te quedes - dijo entre dientes y se alejó.

>Nicole<

Me quedé paralizada, nunca antes había estado en una situación así. Cuando Suga se alejó me quedé ahí parada mirando a la nada pensando en que hacer cuando NamJoon bajaba por las escaleras y me "despertó".

- ¿aun sigues aquí? - me miro algo sorprendido - creí que ya estarías de camino a casa.

Pude notar que sus ojos estaban algo enrojecidos.

- Nam... - me acerqué a él - me quedaré - susurre mirando al suelo. Esa mirada amenazadora de Suga y la forma en que se acercó a mi me causó algo de miedo. Quizá si debí quedarme; y si era así, ¿porque Suga me lo pediría?

Creí que se enojaría así que cerré mis ojos con fuerza cuando escuche una risita que salía de él. - cool - dijo. Levante la mirada y ahí estaba esa sonrisa de nuevo. Solté un gran suspiro para después devolverle la sonrisa.

(...)

Subimos nuevamente las escaleras, me adelante un poco para subir al tercer piso cuando la mano del moreno se entrelazo con la mía y me detuvo - espera - me miró, - sígueme.

Me llevo hasta su habitación.

- no puedo entrar ahí - me quedé en la puerta mientras lo veía introducirse en el cuarto.

- cálmate - carcajeo un poco - es un cuarto cualquiera - me miró - ven.

Entre cuidadosamente mirando hacia todo lados. Alfombra color gris estilo abstracto, una cama enorme al centro, a la izquierda un enorme ventanal de cristal y a la derecha el baño y el armario; muy grandes por cierto. - wow- suspire.

- ¿te gusta? - sonrió mientras yo me acercaba al atardecer del ventanal.

- mucho.

- que bueno... porque esta será tu habitación - me tomo de los hombros por detrás.

- ¿que? - me gire frente a él.

- si - miro al suelo - fue muy tonto de mi parte querer ponerte cerca de Jimin . - se giró - aunque el no tuviese la culpa de lo que pasó - susurro.

- ¿Él no que? - cuestione.

- hablaremos de eso mañana - me miró de nuevo - descansa - se acercó tanto a mi que sentí que me desvanecía, me dio un cálido beso en la frente y salió de ahí cerrando la puerta de la habitación.

(...)

Me quedé parada un buen rato mirando la cama donde RapMon dormía todos los días. Algo dentro de mi me decía "lanza te ahí y huele esas sábanas" otra parte de mi decía "no lo hagas, eres una señorita, no es correcto".

- ¡Al diablo lo que esta bien! - grité lanzándome a la cama revolcándome en las sábanas, olían delicioso, el perfecto aroma de RapMon.

Estaba riendo como loca jugueteando con las sábanas cuando escuche a alguien reír. Me asuste tanto que me caí de la cama al querer levantarme.

- ¿Te divertías? - pregunto el moreno con una gran sonrisa recargado en el marco de la puerta con las manos en sus bolsillos. Se veía tan elegante, sofisticado y sexy.

- N-No - respondí muy nerviosa, mis mejillas de seguro estaban rojas, podía sentirlo. - ¿qu-que haces aquí? - no podía parar de tartamudear.

- bueno - entró lentamente a la habitación - supuse que querrías algo de cenar. - se colocó frente a mi mirándome desde arriba con esa risa de lado tan coqueta que me derretía mientras yo seguía en el suelo.

- ah... claro - escondí mi rostro en las sábanas que habían caído conmigo.

NamJoon me extendió su mano para ayudarme a levantar. "Que tonta soy" pensaba; me moría de la vergüenza.

(...)

Después de cenar y bromear un rato me fui a dormir muy cansada cuando escuche ruidos y golpes muy fuertes que venían de las habitaciones de arriba.