Dos semanas. Jonathan está desaparecido hace dos semanas. Lo único que hago es sentarme en el ático y llorar, a veces pensar, otra veces simplemente me quedo en silencio por horas y horas. Candice trata de animarme todo el tiempo, pero lo único que quiero es estar sola.
Simon se disculpó conmigo pero de todas formas lo ignoré.
He estado bombardeando el teléfono de Jonathan con llamadas y mensajes que nunca tienen respuesta. No se donde está y no se por qué desapareció. Solo se que me siento abandonada y vacía.Will y Wanda están igual de preocupados que yo, pero dicen que no es la primera vez que él desaparece por mucho tiempo, pero aún se siguen preguntando por qué me dejó a mi así.
No como hace dos semanas. Lo único quizás es cuando Candice y Wanda me obligan, pero estoy tan devastada que las ganas de comer no están en mis planes. Llevo días así y estoy segura de que he bajado algunos kilos. Candice dice que estoy muy delgada, pero ¿A quién le importa eso? Mi novio desapareció, la persona que amo no vuelve hace días y no se dónde puede estar. No tengo idea si está muerto, secuestrado, herido, golpeado, perdido o si simplemente decidió abandonarme como a un perro.
Estoy sentada en el sofá del ático con un jean viejo y la camiseta negra con la que nos conocimos. Pensando en que bajé cinco kilos en estas dos semanas. No siento el cambio, pero en la ropa se ve cuando la uso. Candice hasta ha llorado de la preocupación, tanto que llamó a Sussan y Patrick para acusarme. Les intenté decir que no se preocuparan que saben lo exagerada que es Candice y por suerte los pude convencer de no tomarse un avión hasta Santa Mónica.
Wanda me recomendó que salga, que en cualquier momento me convertiré de polvo a causa de estar tanto tiempo en el ático. Pero se ha convertido en mi lugar favorito de la mansión, hasta encontré una araña que vive en la ventana. Le he puesto Dory, no me pregunten por qué.
Cansada y sedienta bajé las escaleras a buscar algo de beber a la cocina, pero me detuve en seco al oír una interesante conversación entre Troy y Kevin.
—Será genial, deberíamos ir.— esa era la voz de Troy.
—Estás loco, Troy, no sabes ni manejar una motocicleta normal. —ríe.
—Lo sé, pero podríamos ir a ver. —insiste— Me lo ha recomendado Frank.
—Pero ¿Carreras ilegales?— Kevin no se oía muy seguro.
—Si, habrá motos, mujeres sexys, comida y dinero. Además podríamos ir a vender mercancía, en esos lugares la droga es esencial, Kev.— lo anima.
¿Carreras de motocicletas? Mis ojos brillan de la alegría. Eso es lo que necesito para distraerme. Eric amaba las carreras de motocicletas, por eso siempre le ha gustado las motos, tanto que ha hecho que comiencen a gustarme a mi, era una de las cosas que compartíamos con mi hermano. Cuando Eric cumplió diesiciete mi padre le ha regalado una R6 vieja y usada, pero funcionaba y estaba en mas o menos buenas condiciones. Eric me enseñó a usarla y con Greg el vecino y su mejor amigo hacíamos carreras. No digo que sea una corredora experta, pero mi hermano me ha enseñado muy bien y se correr.
Se que Jonathan tiene una moto de carreras nueva en el garaje, y yo tengo las llaves de su casa, así que pudo ir a la carrera.
—Quiero ir a la carrera. — interrumpo su charla entrando a la cocina. Ambos me miran lmcon los ojos bien abiertos.
—Estás loca, Jona nos mataría. —dice Kevin echándose para atrás.
—Él no está aquí y soy buena corredora. —ambos se miran dudosos— Puedo ir sola si lo prefieren. —pongo ambas manos en mi cintura mirándolos.
—¿Estás segura que quieres hacer esto? —miro a Troy quien tiene una pizca de alegría en su mirada. Él quiere ir.
—Segura, Wanda dijo que necesito despejarme un poco y me encanta la velocidad, se que eso me despejará. —sonrío tratando de convencerlos.
ESTÁS LEYENDO
Santa Mónica. - Libro 1.
Любовные романыUna joya. Sí, ella era una joya para él, pero no se trataba de eso. Él se enamoró como nunca imaginó, descubrió lo que es sacrificarse por alguien más, alguien a quien amas. Ella creyó en él, sintió y lo amó como nunca había hecho, como nunca había...