Su vuelo estaba por llegar, abrazaba a Lana para tranquilizar mis nervios, ella y yo hemos venido a recibir a Mario, quien ha estado de viaje por más de seis meses debido al lanzamiento de su disco, ha viajado por todo México y hoy por fin regresa a CDMX para un breve descanso, me siento ansiosa, ya muero por verlo.
Soy novia de Mario Bautista desde hace un año, debo admitir que llevar una relación con Mario no ha sido nada fácil, tener que ocultarla del mundo es complicado, solo personas demasiado cercanas como nuestras familias, amigos y personas de confianza saben lo nuestro, Mario aun no está listo para hablar públicamente sobre nuestra relación, teme la reacción de sus fans y por ese motivo decidimos mantenerla en secreto, y lo entiendo y a la vez trato de apoyarlo y para nada presionarlo a que hable públicamente sobre nuestra relación, porque a pesar de eso y a pesar de todas las dificultades seguimos juntos y sé que así será para siempre, nuestro amor ha podido con todo, inclusive con la distancia y esta es la prueba, aquí estoy, de nuevo en un lugar “secreto” del aeropuerto esperando a que mi novio salga por esa puerta y abrazarlo después de mucho tiempo de no verlo, para en unas cuantas semanas regresar al mismo lugar a despedirlo como siempre suelo hacerlo, para que cuando regrese, recibirlo con la misma emoción y amor que la primera vez. Siento que lo más difícil es decirle adiós, es complicado pero sé que es su sueño y si de verdad lo amo debo apoyarlo y no ser un obstáculo para él, sé la gran suerte que tengo de tenerlo a él como novio, cualquier chica se moriría por alguien como él, tan comprensivo, lindo y sobre todo cariñoso. Soy muy afortunada de tenerlo aunque siempre que se lo digo, él me dice que es al revés, yo digo que no, soy una chica tan… simple que aun no entiendo como Mario se enamoró de mí teniendo a tantas chicas mejores que yo.
Debo admitir que a veces me ganan los celos ¿Y si sé enamora de alguien mejor que yo?
Sacudí mi cabeza intentando sacar esos malos pensamientos, Mario me ama y me lo ha demostrado de mil y un formas, no tengo motivos para dudar de su amor.
Dejé a lana en el suelo y me senté a su lado, estar aquí es desesperante y aunque vale la pena, detesto este lugar.
-¿Estas emocionada de ver a tu papi?- le pregunté a Lana acariciándola, desde esta mañana que le puse su correa y le anuncié que veríamos a Mario ha estado como loca y se nota su felicidad, extraña a su padre igual que yo.
Suspiré y saque mi teléfono para ver si Mario me había escrito algo y si, tenía un mensaje de él que decía “Ya casi nos vemos preciosa” sonreí instantáneamente y me levanté de mi lugar, podría jurar que Mario no tardaba en llegar, tome la correa de Lana quien se encontraba dando vueltas de la emoción, supongo.-¡Mi amor!- grité emocionada al ver a ese chico de cabello castaño y sonrisa perfecta, salir por aquella puerta, después de tantos meses sin verlo lo único que quería era estar con él, abrazarlo, besarlo, sentirlo cerca de mí, hoy por fin estábamos juntos de nuevo, este preciso momento es el que hace que la espera valga la pena.
-Princesa- sus hermosos ojos me miraron, dejó su equipaje en el suelo para abrazarme.
Salté sobre él rodeando su cadera con mis piernas, el me tomó de las caderas y me abrazó con fuerza dando unas cuentas vueltas, después de tanto tiempo por fin lo volví a ver.
-No sabes cuánto te extrañé mi amor- le dije al borde de las lagrimas, tenerlo cerca me hacía sentir tan bien.
-Yo más mi niña, estar lejos de ti es tan difícil, te amo mucho- me dijo con una hermosa sonrisa en su rostro y de inmediato, como por impulso nuestros labios se unieron, después de un choque de miradas que decían “te extrañé”, nuestros labios se encontraban unidos en un dulce beso, lento pero tierno.
-Ojalá a mi alguien me recibiera así- escuché decir a Ro.
-Lo mismo digo- afirmo Champ.
Nos separamos y Mario de inmediato se inclino para levantar a Lana en sus brazos y abrazarla, nos abrazó a ambas y no dejaba de darle pequeños besos a Lana quien se encontraba muy emocionada por ver a Mario.
-A ti también te extrañé, pequeña- dijo abrazando a Lana.
-Está emocionada de verte… igual que yo- le dije feliz, dejando un pequeño beso en sus labios. –Te amo.- dije mirándolo a los ojos y abrazándolo por la cintura con fuerza.
-Me hiciste mucha falta, mi niña- dijo y me miró a los ojos, sus ojos son tan preciosos.
-Y tú a mí, cariño- sonreí.
-Hay más de 500 niñas esperándote afuera y la seguridad es insuficiente, tendremos que salir por otro lugar- dijo Champ interrumpiéndonos.
-No importa, nosotros dos saldremos por ahí y que Ro lleve a __ por la otra salida- dijo Mario seguro de su decisión, no hay nada que ponga más feliz a Mario que ver a sus otras novias, es muy feliz estando con ellas y si él es feliz, yo también.
-Como quieras- dijo Champ, para después darle instrucciones al guardia de seguridad que se encontraba ahí.
-Creo que nos vemos afuera, amor- dijo Mario mirándome y depositando un corto beso en mi frente, él no es muy alto pero tiene la altura perfecta para poder besar mi frente sin el mayor esfuerzo.
-Está bien, suerte- me puse de puntillas y deje un corto beso en sus labios –Te amo.
-Yo más- me dedicó una pequeña sonrisa y salió de ahí acompañado de Champ y dos guardias de seguridad.
-Bien, nosotros vamos por otro lado- dijo Ro dedicándome una pequeña sonrisa.
Tome a Lana en mis brazos y seguí a Ro y al guardia por un largo pasillo.
-Vaya que se extrañaban- dijo Ro, refiriéndose a la escena de hace rato.
-Si… no tienes idea cuenta falta me hizo- suspiré, me encontraba feliz de por fin haber podido abrazar a Mario.
-Y tú a él, cuando no estaba hablando contigo estaba hablando de ti- río y no pude evitar sonreír. –Se quieren mucho ¿verdad?
-Demasiado- admití sonriendo.
-Ya veo, no cualquier pareja tiene que pasar por todo lo que han pasado ustedes y siendo sincero, Mario tiene suerte de haber encontrado a una chava tan comprensiva como tú, no creo que nadie lo espere y tolere sus ausencias como lo haces tú- Ro tenía en cierta parte razón, ya perdí la cuenta de cuentas veces he venido a este mismo lugar despedir o recibir a Mario.
-Lo amo tanto que lo esperaría toda una vida si fuera necesario.
-Ojalá Alan y yo encontremos a alguien así como tú, que nos espere y no nos ponga los cuernos a la primera que nos vayamos- dijo riendo.
-Ya verán que si, solo tienen que esperar, ya llegará la correcta- le dediqué una pequeña sonrisa.