Sabado 18 de septiembre

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-¡No! De ninguna manera pienso ir a la fiesta, y muchísimo menos con él.
-Vaya, no te cae muy bien ¿no?
-Já, va de listo pero no lo es.

Tiramos varias almohadas al suelo y algunas mantas. Colocó una sábana a modo de pantalla y nos dispusimos a ver una maratón de películas Disney.

 Colocó una sábana a modo de pantalla y nos dispusimos a ver una maratón de películas Disney

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Cuando quisimos darnos cuenta, ya eran las cuatro de la tarde pasadas. Nos dimos cuenta por el rugido de las tripas de Alan.

-Creo que tengo que irme ya...
-Vaya, pero ¿y Nick?
-A ese que le den. Muchas gracias por la mañana de hoy, Alan.- me puse de puntillas para poder abrazarlo. El me sorprendió levantándome del suelo y dandome una vuelta.
-Gracias a ti, Mía. Ha sido genial.

Estaba saliendo por la puerta mientras me ponía la capucha, cuando un coche negro paró bruscamente frente a mi.

-Ey Estrada, ¿ya te vas?
-Vete de mi vista, Nicolas.
-Me temo que no puedo...
-¿Y eso por qué?
-¿No te acuerdas? Que cabecita la tuya... vamos a ir juntos a la fiesta...
-Sigue soñando que eso por lo menos es gratis.
-¡Eh Nick!
-Hombre... Alan. Voy a llevar a Estrada a su casa para que se arregle, porque no pensabas ir con el jersey de Alan ¿no?
-Uno, el jersey es mío. Dos, no voy a ir a ningún lado y tres, yo voy como me da la gana a donde quiero.
-Uy que agresiva Estrada... como quieras. Alan, tu vas a venir ¿verdad?
-¡Claro! Todo el mundo va a ir... Steph, Brandon, James... ¿tú no?

Creo que su argumento era una buena excusa para darme por vencida. Rachel me invitó y me sabía mal no aparecer por allí. Ella espera a cuánta más gente mejor.

-Vale, iré. Pero sólo porque se lo prometí a unas amigas.
-Venga... sabes que vienes por mi.
-Me sacas de quicio, Nick.
-Lo sé. Sube al coche, te llevo a casa. Nos vemos luego Alan.

Entorné los ojos hacia un lado a modo de fastidio. Para empezar, nunca había estado en una fiesta y para terminar, sabía por experiencia que era arrítmica.

-Vamos a ver Estradita, ¿donde vives?
-Con que me dejes en el metro, está feliz. Y me llamo Mía.
-Creo que no me acabas de entender. El plan es llevarte a tu casa para que te vistas y vuelvas a bajar para que nos vayamos juntos.
-Te lo voy a decir sólo para dejar de escucharte. ¿Sabes quien es Brandon? Aunque como eres nuevo...
-Mia, conozco a la mayoría de las personas del instituto. Hace unos años aproximadamente me fui a Estados Unidos, y aquí me ves.
¿

Por qué te fuiste?
-Problemas de familia.
-Ah... el caso es que vivo, por ahora, en la casa de Brandon.
-Vaya... ¿es que ya sois pareja y os habéis ido a vivir juntos?- al decir eso se puso a reir, pero le propiné un buen codazo haciéndole callar.
-¿Nunca te han dicho que no puedes distraer al conductor, Estrada?
-¿Nunca te han dicho que eres un grano en el culo?
-Cosas más bonitas me han dicho.
-Pues no, no somos nada. Bueno, somos hermanastros...
-¡No puede ser! Já, ¿quién lo iba a pensar?
-Cállate o te juro que salgo del coche rodando y no me importa morir en el intento con tal de no escucharte más.

Pasamos todo el trayecto en silencio hasta que finalmente paró frente a la casa de Brandon.
Mientras bajábamos del coche, pude reconocer a Steph que estaba esperando sentada en la puerta principal.

-¡Mia! Te he estado esperando todo la tarde... pero ya veo que estabas bien acompañada.- me dijo mientras miraba a la persona que tenía detrás con cierto descaro.
-Ah no, este solamente es Nick.
-¿Solamente? Encantado.
-Hola Nick, yo soy Steph.
-Bueno, basta de tanta presentación y acabemos con todo esto lo antes posible. Steph, ¿has traído todo el armamento?
-Claro, jefa.-ambas empezamos a reír como si solo tuviera gracia para nosotras mientras que Nick nos miraba como si fuéramos de color verde.
-Ay madre, lo que hay que ver...

Entramos en la casa sin avisar a nadie. Si iba a vivir ahí, sería como mi casa, y yo meto a quien quiero en mi casa, ¿no?

-¡Vaya! Qué habitación más grande la tuya...
-Sí, está bien.
-Siento cortaros el rollo pero o espabilais o llegaremos tarde.

Todo de él hacia que sacara lo peor de mi. Si tanta prisa tenía, ahí estaba la puerta.
Steph y yo entramos al baño mientras que el tonto de Nick se tumbó destendiendo mi cama.
Steph sacó de la bolsa un vestido rojo con algo de vuelo y unos tacones, mientras que yo me ponía el vestido negro ajustado sin saber que calzado elegir.

-Chicas, una recomendación: no os maquilleis mucho.
-Tú a callar. -le espeté.

Steph ya traía el pelo liso. Imaginaba que previamente en su casa se había planchado el pelo. Yo sin embargo, me hice unas ondas despeinadas simplemente para darle forma a mi alborotado pelo. Un poco de labial y rímel y ya estábamos listas.
Mientras que Steph salia por la puerta, yo estaba sentada en la tapa del váter tratando de atarme los cordones de mis Converse.

-Vaya Steph, pareces otra persona. Estás genial. Normal que tengas a Alan loquito...
-¿Lo... Lo sabes?
-No te preocupes, guardaré el secreto.

Salí por la puerta del baño mientras Nick y Steph me miraban como si fuera un animal del zoo. A mi parecer no había quedado tan mal...

-¡Mia! Estás guapísima...
-Gracias Steph, tu también.
-¿Qué son esas Converse...?
-Zapatillas. ¿Sabes que son o te lo explico con plastilina?
-No hace falta. No tenemos tiempo. Pero... Hazme el favor y no vayas con eso.
-¿Pero que problema tienes?
-Mira, como no me harás caso, haremos un trato y así los dos salimos ganando: te pones unos tacones negros, y te llevas las Converse para dejarlas en el coche. Después de un rato si quieres te las pones, cuando la gente dejen de ser personas, ¿está bien?

Imagino que aceptó mi gruñido a modo de respuesta. Me quité con desgana las zapatillas para ponerme los tacones negros.
Estábamos bajando las escaleras cuando Brandon apareció de la nada. Nos miró de arriba a abajo a Steph y a mi y por último a Nick.

-¿Vais a ir a la fiesta?
-¡Claro, tonto! Todo el mundo va a ir...
-Tú... ¿Tú no vas?
-Pues si vas tú, tendré que ir yo, Mía.
-Por ella no te preocupes, Bran. Es mi pareja lo cual no le quitaré el ojo.
-El problema es que no me fío de que tu no vayas a beber y la dejes sola...

Nick iba en cabeza bajando las escaleras mientras Steph le seguía. Brandon me cogió bruscamente de la muñeca apartándome hacia un lado de la cocina.

-¿Desde cuándo te juntas con Nick?
-¿Por qué, qué pasa?
-Mia, respóndeme.
-Solamente le estoy devolviendo un favor. De todos modos, ¿qué tendría de malo?
-Na... Nada. Parece que no quiere solamente ir contigo a esa estúpida fiesta.
-Deja de imaginar cosas, Brandon. Soy lo suficiente mayorcita como para saber y decidir por mi misma.

Ambos nos sonreímos mientras él cogía una chaqueta. Los chicos iban de camisa y jeans. Algo sencillo pero bastante formal a la vez.
-¿Vamos todos en mi coche? -preguntó Nick.
-No. Yo llevo a Mía en el mio. No pienso beber así que la traeré después a casa.- A Nick no pareció hacerle mucha gracia pero aceptó.

En pocos minuto ya estábamos plantados frente a la puerta de la casa de Rachel. Nunca pensé que pudieran pasarme tantas cosas por ir una simple fiesta.

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Hola. Siento haber tardado en subir un capítulo. Espero que después del 1 de septiembre pueda subir más a menudo y quizás hacer maratón. No prometo nada.

Me dan ganas de subir y escribir cuando leo vuestros comentarios o veo que os gusta cuando marcais la estrellita.

¿Nick es de fiar? ¿Qué pasará en la fiesta? ¿Brandon está un poco raro con Nick, estará celoso? ¿Y donde se ha metido James?

-N.

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