Capítulo 99

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-¿Lo sentiste? –le preguntó cuándo sus piernas ya no podían correr más.

Naruto asintió, soltándose del agarre de un manotazo mientras buscaba con desesperación su celular. No estaba, se le habría caído en algún momento de la carrera. Volvió a girar para ver detrás de ellos, nadie les seguía, pero habían dejado el cuchillo en el juego y no tenían nada de lo cual atacar en el hipotético caso de que los encerraran.

-Hacer una aparición en un lugar tan abierto no es algo de lo cual un novato haría –confesó, buscando en sus botas la pequeña pistola que siempre cargaba-, ellos saben de nosotros y tienen armas, deben ser profesionales.

-¿Vamos con el resto a reunirnos? –indicó en un susurro.

-No, no hay que llevarlos con el resto de civiles. Sai y Kurama no podrán cuidar de todos si es que los encuentran, hay que detenernos nosotros mismos.

Su corazón dio un revuelto por solo pensar que atacaría, no se defendería como lo había estado llevando aquellos meses. Sería la primera vez que iría en contra de alguien, y si se complicaba, podría ser la primera vez que quitaría la vida a un ser por su propia defensa. La imagen lo abrumó, el cargar con sangre ajena, un cuerpo que no volvería a respirar por su culpa parecía ser, el solo pensar hacía que sus manos temblaran.

-No harás nada de lo cual te arrepentirás después –lo miró antes de intentar esconder su nerviosismo-, si las cosas se complican, yo me encargaré del resto.

-No es lo que piensas.

-Créeme –sonrió como nunca antes de suspirar-, si cualquiera pudiera matar, viviríamos en un mundo rodeado del peligro. No eres el primero al que le da pánico quitar vidas.

-¿Y a ti te da pánico?

Bajó la mirada inmediatamente y Sasuke se arrepintió de sus palabras. Estaba claro que no, si le hubiera dado pánico, Naruto no sería lo que era ahora. Estuvo de más su pregunta y el silencio se lo hizo saber.

-Hay veces en que preguntas por preguntar Sasuke, ¿No te lo han dicho?

Las corrientes de aire jugueteaban con sus cabellos, al igual que lo hacía las ventiscas cuando estaban en la moto, estos intentaban tapar sus ojos, aunque por lo cortos que eran no podían. Cayó en cuenta que, pasara lo que pasara aquel día, nada sería lo mismo. Sintió unas inmensas ganas de cogerle la mano al rubio y decirle perdón, pero su orgullo se interponía a todo.

-Vamos a buscarlos –cortó toda sensación de ambiente pesado cuando no pudo más-, ellos dijeron que irían a la sala de realidad virtual y que luego se pasarían a la noria. Ambas se encuentran en puntos alejados y se demorarán bastante en el primero, por lo que podremos juntarnos en la segunda cuando acabemos con esto.

Sasuke asintió avanzando detrás de Naruto a una pequeña distancia, buscando por todos los medios no querer mirarlo o imaginarse a sí mismo interesado en mirarlo. Se tenía que repetir, cada cierto tanto, que solo tenía temor de perderlo de vista y quedar solo rodeado de asesinos en un parque.

Cuando giraron la esquina en dirección al tragadisco, el chico con la máscara no se encontraba por ninguna parte. Naruto lo sabía también, por lo que agarró con una mano con fuerza la cartera mientras que con la otra se aseguraba que la pistola estuviera lista para atacar. Siguieron avanzando, a pasos lentos pero seguros, por toda la avenida, girando solo de tantos para cambiar de dirección o meterse en alguna intersección desolada.

Cuando llegaron al suroeste, el parque se desoló por completo.

-Esto no es normal –graznó-, Sasuke, no te separes de mí.

Buscado por amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora