Cuando era un niño pequeño y temía a la oscuridad miraba al cielo esperando encontrar todas las respuestas.
Se resolvían los enigmas en la risa del sol, en el fulgor dorado de las estrellas... en esas noches infinitas deseaba con pasión que las escaleras de cristal de los cuentos que se perdían en lejanos horizontes, fuesen reales para caminar sobre las nubes.
Al crecer me fui dando cuenta de cómo estaba atado a los pequeños espacios de la tierra y cómo los demás se conformaban con dejar de soñar.
A pesar de los continuos sinsabores y la incomprensión seguía mirando lejos, más lejos, buscando mi escalera de cristal.
me hice piloto.
"Alto, más alto..."
Era mi lema.
Lo único que podía hacer era continuar.
Empecé visitando todo tipo de cielos.
Los nublados que caían sobre la cabeza de los hombres, los lucidos llenos de sol, los rojos, los negros llenos de puntos de luna llena...
Todos eran hermosos.
La sinfonía de la naturaleza.
"Alto, más alto"
Y ya no pude ir más allá.
¿Podría resignarme si no había declarado mi amor a un lucero?
Meditaba en silencio...
Los seres que me amaban estaban tristes y en continuo sobresalto.
Esperando saber qué nueva locura estaba planeando.
¿Rozaría el agua con mis alas?
¿Visitaría las altas montañas?
¿Me decidiría por las inevitables distancias?
Sea como fuere yo ya no pertenecía al mundo y cada momento lejos de las nubes se me hacía insoportable.
Decidí intentarlo en el desierto...
Y estuve en riesgo de muerte.
Entonces maldije mi suerte y destruí todos los borradores donde esbozaba distintas escaleras de cristal...
Al tercer día encontre un muchachito rubio de ojos azules.
Se sorprendió de que aceptara el hecho de que estuviese a mil millas de cualquier lugar habitado.
Y yo me asombre de lo lejos que había llegado...
Pasaron los días y tuve que admitir avergonzado que él era un intrépido viajero mucho mejor que yo.
Por que su cielo y el mío eran distintos...
yo aún conservaba la mezquindad del apego por el pequeño mundo... y la imposibilidad de renunciar a aquellos que me amaban.
Él se había despedido de una flor que aún gobernaba con su romántico perfume un planeta de miles de puestas de sol.
El día supe eso apreté fuertemente su mano llorando junto a él.
Espalda con espalda en el desierto, cantando con la luna.
Empecé mi relato de viajes que se median en kilómetros.
Los hacía ver como pequeños paseos cuando empezaba con los suyos, y se animaba moviendo su rubio cabello al compás del viento.
"Enséñame a viajar por las estrellas tal y como tú lo haces"
"Prometo aprender"
"Ser un alumno feroz y con muchas aspiraciones"
Luego supe lo que era la amistad.
La vanidad...
El imposible...
Y me enamore de él.
Sabiendo que ambos éramos eternos pasantes del tiempo y el espacio que se habían encontrado en algún punto pero que pronto tendrían que separarse para continuar.
Si seguía mi camino ¿Encontraría otra vez un cruce tan singular que me permitiese ir a su lado?
"Dejame intentar..."
Por fin pensé en anclarme a alguien... y dejar de volar.
"Por ti podre hacerlo... seguire viviendo tus sueños... y olvidare los míos"
Entonces se despidió y dijo que necesitaba continuar.
No dije nada.
El necesitaba ir solo...
Tomé mi amor tierno y asenti cuando me dijo
"No vengas a verme, será doloroso, parecera que he muerto pero no será así"
Y le abrace dejandolo dormir en mi regazo cuando sus lágrimas se derramaron por las mejillas.
"Crear vínculos..."
Me aleje.
Para dejarlo libre.
Y luego supe que le estaba perdiendo para siempre.
E inútilmente fui a buscarle...
Conversaba con una serpiente amarilla que le despojo de su cuerpo haciendole caer sobre la arena.
Su última mirada mientras se desvanecía...
Fue para mí...
Sus últimas palabras...
"La próxima vez que nos veamos... dímelo... yo lo sé... pero si tú lo dices... entonces será diferente... quiero conocer también ese mundo de tu corazón... más fascinante que cualquier lugar..."
Durante muchos años atesore un paisaje lleno de dunas con una estrella fugaz en el centro...
Hasta que comprendi que la única forma de llegar era renunciando a todo...
"Alto más alto"
Era mi lema
Y mientras mi avión caía al mar y mi cuerpo se despedazaba...
Mi alma encontraba la escalera de cristal...
Pienso que si todos pudiéramos aprender a caminar sobre las estrellas como él...
Hasta la vida misma sonreiría...
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ESCALERAS DE CRISTAL
RomanceEsta historia no me pertenece pero decidí subirla ya que es de una autora que me inspiro a escribir, ella escribe fan-fics pero me vale madres, todos los derechos de esta historia le pertenecen, los créditos y esas cosas.......su nombre es KATZEL po...