Capítulo único

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Love letters, mint tea & wonderful things.

Recordaba con cariño como fue que la familia Momoi lo había acogido en su hogar. Lo habían adoptado en un día invernal, nevaba como nunca y por consecuencia hacia que pareciera que su piel cada vez se tornaba un poco mas como el color blanco del paisaje. Sus pensamientos en ese momento le habían dicho que ese era su fin, a su corta edad de 12 años, sin haber vivido realmente.


Había perdido a sus padres debido a la inanición, por lo que se las tuvo que arreglar para vivir en lo profundo del bosque, solo, durante una semana. En la que fue atacado por lobos, perseguido por un cazador demente, casi comido por un puma el cual resultó ser inofensivo, y atosigado por el hambre y el frío. Sin embargo había olvidado toda esa mala experiencia en cuanto los tibios brazos de un hombre le habían rodeado con la misma calidez que la de su padre, ese hombre era Momoi Nobushiro, que al verlo al lado de la carretera lo había tomado con él.


Los primeros días en la casa vacacional de la familia habían sido realmente difíciles, pues la hija y la esposa de aquel señor no lo querían en su vida. Nobushiro le decía que no se preocupase, que ya las convencería de que él se quedaría y se convertiría en su hijo, el varón que nunca pudo tener con su esposa. Aunque al final no cumplió con su palabra, pues la mujer terminó sentenciando con que o lo corría o se divorciaban. Ya sabrán que había preferido el señor Momoi, dejándolo finalmente a él como un mero sirviente de la familia adinerada.


Ya con el paso del tiempo se hizo amigo de la mimada joven de la familia, Satsuki, una bella pelirrosa de ojos brillantes y coquetos. La chica era todo un caso en cuestión. Nunca podía estarse quieta, era fría y calculadora, sabía manipular a la gente a su conveniencia y luego si algo salía mal se hacía la víctima. Justamente en este momento estaba buscando fuerza de sus recuerdos para ver si podía cumplir con el nuevo capricho de la "Princesa", como le gustaba ser llamada de pequeña.


-Joder, Sat, dime que es una broma-Se encontraba limpiando uno de los muchos autos negros de su amo, no podía quedar ninguna mancha. Tenía una expresión de incredulidad de ante la tonta idea de su amiga.


-¡Tú sabes que nunca bromeo con estas cosas Kagamin!- La muchacha inflaba los mofletes con molestia, viéndose aun así adorable a sus ojos. Ahora el pelirrojo tenía ganas de apretar esas bolitas blanditas que tenía por mejillas.


-¡¡Es tu prometido!! ¡Es tu responsabilidad escribirle aunque sea una carta!, ¿no te compadeces del? después de todo el está ahí afuera después de la guerra y regresara en un año luego de pasar fuera mucho tiempo.


-Es que ahora ha cambiado, es aburrido, no tiene chiste. Él se fue por que quiso. Aparte me ha contado que tiene muchas cicatrices, ¡Cicatrices cariño! No me casaría con un hombre que tenga cicatrices.


Suspiro con cansancio, sabía que Satsuki a veces podía ser un poco desalmada con la gente, ya había vivido sus insultos en carne propia por favor. Pero le parecía algo injusto para el pobre hombre con el que se había prometido a los 17 que no le escribiera ni una carta al menos de consuelo. Antes la joven se desvivía por captar la atención del muchacho, de 15 años en ese entonces. Solo se había ido a la guerra y lo había olvidado por un rubio de ojos ámbar que vivía cercas de la mansión, y para colmo era un reconocido modelo internacional.

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⏰ Última actualización: Apr 01, 2017 ⏰

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