Eran mediados de Julio en aquella ciudad costera de la provincia de Buenos Aires cuando Maya reunió a sus amigos en su casa a quienes previamente se les había sido enviada a formal invitación con una caligrafía sumamente delicada haciéndoles saber que les tenia que contar algo de "vital importancia que les va a resultar bien piola" si bien una whatsapp hubiera bastado la personalidad perfeccionista de Maya no lo podía permitir.
-Eu nena, para que carajo me invitas mandándome una carta. Existe el whattsap-dice su amiga Camila en tono burlón cuando entro a su casa-Ya llegó alguien más o soy la única?
-No, ya está Alan acá, así que vos serías la segunda-le informó Maya.
-¿Te das cuenta de que Alan es tu hermano mellizo? Viven juntos-Dijo remarcando lo obvio.
-No importa. Forma parte del grupo y además el también recibió una invitación
-Hooola, ¿Qué tal, Cami? ¿Cómo está todo en tu vida? ¿Qué comiste hoy?-. La acosó Alan a preguntas que, como era usual en él, salía con dudas que parecían sacadas de la nada. Ni su propia hermana gemela comprendía la lógica que él tenía.
-Una pija-comentó Camila en tono despreocupado. Nadie la cuestionó, pero tratándose de ella, siempre estaba presente la incertidumbre de si hablaba en serio o no cuando tocaba esos temas debido a sus tendencias promiscuas.
-Siéntense mientras-dijo Maya rompiendo el silencio y dirigiéndose a los sillones dando saltitos-. Los demás ya están por llegar.
Apenas hubo terminado la frase, el timbre sonaba de nuevo. Maya abrió la puerta para recibir a sus visitantes y arrugó la nariz al ver de quién se trataba. Eran su amiga Rebeca que miraba al suelo un tanto incomoda por las dos personas con las que venía acompañada: Heather y su novio Ricky, que la abrazaba por detrás y su mano pretendía llegar más abajo de lo debido. Maya arrugó la nariz, no recordaba haber invitado a Ricky a su súper planificación, pero bueno, era el novio de Heather desde hace bastante tiempo, seguro ella lo había querido traer y, aunque le pareció un tanto desubicado, no puso objeción y cambió la cara al instante.
-Pasen, pasen-dijo, remarcando su entusiasmo-. Ya sólo faltan Ana y Carlos.
Heather se sentó sobre el regazo de Ricky en el sillón que se encontraba a la derecha y se acomodó de forma indiscreta encima de él, Rebeca parecía soportar verlos cada vez menos.
-Entonces...-habló Rebeca tratando de ocultar su obvia incomodidad-¿Cuando nos vas a contar para que nos reuniste?
-Cuando vengan Carlos y Ana-respondió Maya.
-Obvio-dijo Heather poniendo los ojos en blanco.
Camila reprimió una risa y le susurró algo en el oído a Alan, lo que hizo que el se riera.
-Los secretos en reunión son de mala educación-dijo Ricky en tono grotescamente bobo. Maya, Alan y Camila lo miraron con mala cara-Bueno che, no me miren con esa cara de culo.-contestó moviendo exageradamente las manos y posteriormente cruzándose de brazos.
-Pelotudo....-dijo Alan por lo bajo.
El timbre sonó y Maya corrió nuevamente a abrir la puerta. Ana y Carlos habían llegado juntos.
-¡Carlitos!-gritó Alan al ver a su amigo.
-Ya te dije, querido, que me digas Charlie-dijo Carlos pasando por el umbral de la puerta seguido de Ana-. Es mi nuevo nombre artístico.
Heather soltó una risita aguda.
-¿Nombre artístico? ¿Para qué?
-Cuando termine la secundaria voy a estudiar diseño de modas-respondió Charlie cortante.
-Uy, bueno-dijo Heather-. No es por desprestigiarte ni nada, pero... ¿No se te pudo haber ocurrido algo más creativo que tu nombre en Yankee?
-Cayate, rubia, que vos también tenés nombre Yankee-replicó Camila, que parecía harta de los comentarios despectivos de Heather.
-Yo tengo ascendencia inglesa-dijo Heather elevando el tono de su voz y comenzando un discurso que Maya creía que había aprendido de memoria y practicado frente al espejo-. Papá de Londres, Mamá de Buenos Aires. Mi papá siempre creyó que era importante preservar las raíces de la familia y...
-Como digas, careta.-contestó irritada Camila.
-Eu, chicas, no peleen-dijo Rebeca, deteniendo a Heather antes de que diga algo-. Paz y amor.
-Sí, sí, sí, bien dicho, Rebecca-dijo Maya asintiendo varias veces-. Que yo no los reuní para eso.
Entre tanto, Ana se había sentado al lado de Alan y Charlie al lado de ella con las piernas cruzadas. Alan se puso tieso por un instante y Ana dejó de vagar sus grandes ojos por la sala para concentrarse en Maya.
-Y... entonces ¿Para qué?-habló por primera vez desde que había llegado.
-Para decirles algo muy, muy importante.- Todos la miraron expectantes.-Que ahora mismo les voy a decir-tomó un largo aliento antes de hablar de forma rápida y firme, moviendo bastante las manos-Siempre hemos proyectado como sería nuestro viaje de egresados. Cómo no pudimos ir a Bariloche por una u otra razón se me ocurrió este plan, a mí solita, para cuando terminemos las clases-hizo una pausa dramática-¡Nos vamos a Brasil!
-Pero... eso ya lo habíamos pensado y quedó en la nada-dijo Heather.
-Ah, pero este no es un viaje cualquiera, es un viaje por la ruta, nosotros solos en la combi de mi papá. Ya organicé todo, los lugares en donde vamos a dormir, las paradas que vamos a hacer. Lo único que necesito es que pongan un poco de guita.
Todos la miraron, estupefactos. Rebeca rompió el silencio.
-Uy, no se cuanto costará un viaje así, pero creo que sería, no se, ¿Mucho?
-No se preocupen, si falta plata, mi papi se encarga-aseguró Heather.
Maya no sabía si ver este gesto de Heather como un acto de generosidad o de arrogancia, pero prefirió no pensarlo mucho.
-Gracias.-dijo Maya-. Igual traté de que todo cueste lo menos posible.-Se detuvo a ver la sorpresa de todos.-Ay, no me miren así. Piensen que lo vengo organizando desde principios de año y que el viaje es en Diciembre, así que tenemos tiempo de seguir organizándonos.
-Si...-dijo Ana-. No es una idea tan loca como parece.
Poco a poco todos se fueron convenciendo cada vez más y Maya disfrutó ver como el entusiasmo por la idea, su idea, iba creciendo en cada uno.
-¿Vos no sabías nada, Alan?-preguntó Charlie.
-No, ni idea-dijo este agarrándose la cabeza con una mano.
-¿Puedo llevarme un chongo?-preguntó Camila.
Maya tomó aire y notó la ilusión en el rostro de su amiga, la cual al parecer creía que su respuesta sería afirmativa, pero esta la desilusionó.
-No.-Camila frunció el ceño-No me mires así, la idea es que seamos sólo nosotros ocho: Alan, Ana, Carlos...
-¡Charlie!-aclaró el aludido.
-Charlie-se corrigió Maya-, Heather, Ricky...-continuó.
-¡Ricky!-interrumpió Camila indignada-. ¡A Heather la dejás venir con este pelotudo que nadie se fuma y a mi no me dejás llevar un chonguito!
-¡Hey! No bardees...-empezó a decir Ricky.
-Basta, che-dijo Maya-. A Ricky lo conocemos todos, es distinto.-Camila bufó y Maya continuó-Los que nombre, Rebeca, vos y yo. Nadie más. Punto.
-Entonces ¿Un viaje?-dijo Charlie.
-Un viaje.-confirmó Maya.
-A la concha de la lora-agregó Camila, aún molesta.
-Todos juntos-replicó Maya mirándola de forma severa.
-En diciembre-aclaró Ana.
-Me re prendo-dijo Alan.
-Cuenten conmigo-dijo Rebeca.
-Yo y mi nena Heather también vamos-agregó Ricky.
-Va a ser épico-concluyó Maya.