Prodigies. ➳Min Yoongi.

Capítulo 21

Al salir del vestuario nos sentamos en unos bancos para ver el partido. Se estaban enfretando dos institutos, pero ninguno de ellos me sonaba. El nivel no estaba nada mal, ambos equipos eran muy buenos.

Cuando llegáramos, ese partido ya iba por el tercer cuarto, así que terminó rápido y casi no nos dió mucho tiempo para analizar a todos los jugadores y su forma de jugar. De ambos equipos, había ganado el que tenía el uniforme rojo.

Los jugadores se saludaron y se felicitaron mientras abandonaban el campo bajo los vitoreos y gritos de los espectadores.

-Bueno, bueno... Muchas felicidades al equipo ganador, y mucha suerte para el año que viene a los que ya se tienen que retirar. ¡Nos os desaniméis y seguid trabajando duro para llegar más lejos el próximo año! También se pierde, nadie es perfecto.-se aclaró la garganta nuestra directora para continuar con lo que venía ahora, el próximo partido- Bien, y ahora damos lugar al siguiente enfrentamiento...

Dos equipos comenzaron a entrar en el campo. Uno tenía el uniforme verde, el otro, negro. Estos últimos me provocaron un escalofrío al verlos. Todos eran altísimos y tenían una mirada fría, vacía. No sonreían y no expresaban niguna emoción en su rostro.

El silbato dió el comienzo al segundo partido del campeonato de invierno, cogiendo la delantera los verdes, pero por poco tiempo, ya que los negros rápidamente se apoderaron del balón y comenzaron a marcar puntos a diestro y siniestro. En ataque eran unos fieras, en defensa eran muy resistentes. Su técnica rozaba la perfección. ¿Acaso son humanos?

Entonces, se me encendió la bombilla. Claro que no son humanos, son prodigios. Ahora comprendía su forma de jugar, eso no era normal. Pues, sí que está alto el nivel.

-¿Qué opinas, jefa?-preguntó Hoseok mirando curioso a Dae

-Son buenos, muy buenos.-entrecerró sus ojos esta- Demasiado...

Miré a Yoongi, el cual estaba concentrado en el juego de los negros.

-Demasiado...-repitió Jimin

Todos los miramos más detenidamente. Su juego era limpio, pero era más que eso. Era como si cada uno supiera exactamente lo que tenía que hacer en cada situación a una rapidez de milisegundos. No pensaban, actuaban al instante. ¿Eso era incluso normal para un prodigio? Los chicos y yo somos buenos, pero incluso nosotros tardamos unos segundos en pensar la jugada para una situación determinada y llevarla a cabo. Es imposible que una persona pueda reaccionar así de rápido a algo, por mucho prodigio que fuera. Es como si ya supieran la jugada que van a hacer los verdes contra ellos...

-Esto no va bien, chicos. No es normal...-Dae comenzó a alarmarse- Este equipo no es normal, son como robots...

-Tienes razón, está claro que son prodigios, por la forma que tienen de jugar, pero no es ni medio normal que desempeñen tanta rapidez y destreza en el juego en equipo para hacer la jugada justa en cada momento...-aportó Jin

Mientras debatíamos la extraña manera de jugar del equipo de negro, estos iban ganando por 30 puntos de diferencia. El marcador iba ya 12-46, y estábamos en el segundo cuarto.

Los dos equipos se tomaron un descanso hasta que el tercer cuarto comenzara, y ambos pasaron por nuestro lado cara los vestuarios. Los del equipo verde nos sonrieron, y nosotros les dimos ánimo mientras correspondíamos sus sonrisas. Pero, cuando pasaron los del negro, el ambiente se tensó. Todos y cada uno de los jugadores pasaron por delante nuestra mientras nos miraban fijamente, y todos nos dijeron lo mismo con la misma expresión seria en la cara: "Buena suerte."

Las cosas no paraban de ponerse más raras en lo que respectaba a este equipo.

Cuando el partido volvió a comenzar en el tercer cuarto, el marcador seguía con la misma diferencia de puntos, teniendo los verdes pocas oportunidades de marcar o robarles el balón. Flaqueaban en algunos puntos de su defensa, y con el brutal ataque de los negros, los verdes se defendían dificilmente en el juego. Pero lo que me gustó, fue que no se rindieron hasta el final, y cuando perdieron, lo hicieron con honor y unas sonrisas orgullosas en sus caras.

Habría preferido miles de veces que hubiera ganado el equipo verde, se lo merecía mucho más que los otros.

Nos vinieron a saludar y los felicitamos por el gran juego que acababan de hacer. También consolamos a los que se pusieron a llorar y los alentamos para dar lo mejor de sí el año que viene, y tener la oportunidad de enfrentarnos contra ellos.

Eran unas personas maravillosas, esa mañana habíamos hecho unos nuevos amigos.

Había terminado su partido, y ahora era nuestro turno. Nos volvimos a los vestuarios quince minutos antes de que comenzara, ya que entre partido y partido se dejaba un descanso para todos. Palabras de aliento y abrazos reconfortantes fue lo que sucedió antes de enfrentarnos a la primera prueba que debíamos superar para seguir nuestro destino.

Los nervios nos comían por dentro a todos, pero sabíamos que era necesario ganar. No llevábamos trabajando tan duro todos los días para nada. Debíamos demostrar de lo que éramos capaces en la cancha. Ahora, llegaba el momento de decir: "El baloncesto ya no es solo un hobby para mi." "Ya no soy solo una principiante."

"Puede que haya empezado en mí como un hobby, pero ahora es mi afición."

"Puede que incluso siga siendo una principiante, pero soy una principiante con experiencia."

-Chicos, nosotros podemos.-sentenció Dae

Seguidas a sus significantes palabras, gritamos el nombre que le habíamos puesto a nuestro equipo. Queríamos llamarnos de una manera especial, y elegimos una que nos representaba a la perfección, y que no podía ser más nuestro.

-¡Adelante, Prodigios!

Habíamos elegido llamarnos Prodigios, por todo lo que signidicaba para nosotros. Ser un prodigio no se basaba solo en ser bueno y tener poderes especiales, si no en algo que nos unió y que llevábamos grabado en el corazón.

Salimos del vestuario por segunda vez en el día, pero ahora no íbamos a simplemente mirar, íbamos a actuar por fin.

Ahora, era nuestro turno de dar la cara.