Todo en el banquete se veía espléndido y exquisitamente... «O tal vez traía hambre»
En el avión daban lo meramente necesario. Aquí podías tomar sin remordimiento de pagar un precio alto.
— ¡Fede, a tu plato ya no le cabe más! —dije divertida y sorprendida a la vez.
—Déjalo, nunca en su vida a comido en charola de plata —bromeó Ash.
Fede nos ignoró, nosotras nos apresuramos para ir por nuestras bebidas.
—Mira Juls, es cidra —dijo Ash, tomando una botella de vidrio —. Es sin alcohol, para que no digas.
—De acuerdo —reí, tomando la copa más cercana.
—Oh... por Dios —dijo Ash casi inaudible.
— ¡Qué! —agrande los ojos en señal de confusión.
—Está detrás de ti... —me imitó, abriendo sus ojos.
— ¡Qué! ¿Quién?...
—Yo puedo servirte... —una voz varonil de pronto ofreció.
Bastó con un paso en falso para que la copa resbalara de mi mano. Vidrios salpicaron por todo el suelo. Provocando un incómodo momento.
— ¡Maldición! que torpe... —expresé apenada y nerviosa a la vez.
—Oh no no, lo siento fue culpa mía —el apuesto hombre de lentes ofreció.
Hizo una señal con la mano y enseguida una mujer apareció para limpiar el desastre que había hecho.
—Que torpe eres amiga —dijo Ash con sarcasmo.
—Cuanto lo siento, lo pagaré —repuse.
—Para nada —movió la cabeza—. ¿Te encuentras bien? —sus ojos color aceituna me miraron a través de sus caros anteojos.
—Sí, yo... —miré mi mano.
Él la tomo para asegurarse. Mi estómago sintió un vuelco, nada parecido a algo que habría sentido antes.
Se dirigió a la mujer que recogía. —Si mi madre te pregunta, dile que yo lo pagaré.
La mujer asintió llevándose con ella el desastre. Mi cara seguía ardiendo de la vergüenza.
—Permítanme servirles —ofreció el encantador hombre.
—Pero qué rayos... ¿están bien? —irrumpió Fede.
—SI... Fede —respondió molesta Ash.
Ya que arruinaría nuestro momento con el hijo del millonario.
—Aquí tienen —nos dio una copa a cada uno —. Mi nombre es Dan Ferrer, sean bienvenidos.
—Gracias —Ash y yo respondimos al mismo tiempo con una sonrisa y elevando la copa.
—Si gracias... larguémonos —rezongó Fede.
Nos dimos vuelta sin decir más, él hambre aún estaba carcomiendo nuestro estómago.
En la mesa; el otro hermano yacía comiendo, las chicas a su alrededor eran demasiado obvias. Trataban de llamar su atención.
—Creo que nadie les dijo que no tenían que ser tan ridículas para llamar su atención. —le susurré a Ash.
—Nadie les dijo que son poca cosa —murmuró con un bocado en la boca.
—Nadie les dijo que debían ser bobas y tirar una copa para que les hicieran caso —interrumpió Fede cínicamente.
ESTÁS LEYENDO
Amores imprescindibles #PStaxPV
RomanceDecisiones llegan y se van. Algunas son volátiles, pero cuando se trata del Amor, las desiciones suelen ser la más crueles y hostiles. Cuando Julia decide ser independiente, ella recibe los mejores consejos de sus seres que le aman. Buscar trabajo...