Capítulo 8

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-¿Qué tal si vamos a la casa de mi inútil hermano?

-¿¡Estás loca Danika!?

-Creo que no mucho, ¿por qué?

-Tú, yo, en la casa du tu hermano ¡TU HERMANO!

-Ahh eso... Mi hermano no estará en casa, se va de viaje a visitar a mi papá y yo tengo una copia de su llave.

-¿Segura?

-Claro.-Tan segura que dudo de eso.

¿Danika segura que podrás resistir la tentación de EL FABULOSO JAMES?

Claro que si estúpida conciencia.

¿Pero viste el culo que tiene? Joder que esta bueno.

¡Conciencia, por Dios!

Ya casi no podíamos caminar por que el sensual helado parecía que empezaba a formar parte de nosotros, ya no estaba segura de donde se terminaba el helado y donde empezaba la sensual Danika, pero no podía decir lo mismo de James que se lamia el helado de la piel como una gatito... Un muy sensual gatito (contrólate Danika)

Al llegar a la casa de mi hermano revise mi bolsillo para sacar la llave pero no había nada.

-Hehe... James...-James dejo de lamerse el helado y me presto atención.- Tenemos un problemita chiquito.

-¿Cuál?

-P-pues que no traje la llave.-Dije lo más inocente posible.

-Ya Dani no bromees y saca la llave.

-En serio no tengo la llave.

-¡Danika! Y ¿cómo entraremos a la casa de tu hermano? O prefieres ir al instituto.

-P-pero no es mi culp...-Dije mientras buscaba en mi bolsillo cuando sentí algo pegado a la tela y era la llave que se unió a la tela por culpa del helado.- Ah no olvídalo estaba en mi bolsillo.

-Eres un caso echado a perder Dani.

-Lo sé, soy un amor.

Danika como rayos no te diste cuenta.

Tú eres yo así que tú tampoco te diste cuenta.

Ok admito mi derrota.

Hoy declaro que yo Danika Anderson derrote a mi propia conciencia ¡Es un día glorioso!
Mientras abría la puerta la hermosa llave, que está siendo de mucha ayuda, se trabo y no quiso salir.

-¿Te ayudo?

-No. Yo puedo sola... Hey, ¿me podrías ayudar?

-Jaja bueno.

Me hice a un lado para que James pudiera sacar la llave y para mi sorpresa, con un leve movimiento James saco la llave.

-Y-yo te la afloje.

-Si claro dulzura.-Me quede atónita al escuchar cómo me decía, pero preferí quedarme callada y actuar como si nada hubiera pasado.

Entramos y, sorprendentemente, todo estaba ordenado y bien diseñado. La sala tenías un color rojizo en las paredes y contrastaba con el color blanco de los muebles.

-Pasa, estas en la casa de mi hermano.-Dije con tanta dulzura y elegancia como pude, con un tono bromista.

-Gracias bella dama.-Dijo Jame al seguirme el juego.

-Qué tal si nos damos una ducha ¡POR SEPARADO, CLARO!

-Jaja bueno Dani, pero ¿quién primero?

-Tu primero.

-Tu primero.

-Tu primero.

-Damas primero.

-Caballeros primero.

-Hagamos una cosa.

-¿Qué cosa?

-Una competencia, haremos el sándwich más grande que podamos, uno para cada uno, yo me como el tuyo y tú el mío, y el que termine primero se ducha primero.

-Ay que flojera.

-Ya pues ¿sí?-James puso ojitos de perrito... Muy sexy.

-Mmmm...-Trataba de resistirme a su carita pero no pude.- ¡Ash ok!

-Bueno vamos a la cocina.

Fuimos a la cocina y revisamos el refrigerador y habías más comida de la que esperaba.

-Bueno tenemos un minuto para escoger todas nuestras armas.-Dijo mientras señalaba la comida que había.

-¿Reglas?

-Ninguna solo que todo tiene que ser comida.

-¿Cualquier comida? ¿Helado?

-Tu decisión.

-Prepara tu estomago porque tal vez no siga vivo.

-3...

-2...

-1...

-¡Ya!

Los dos corrimos y agarramos tanta comida como pudimos como helado, pan, carne, etc. Y pusimos todo en la mesita de la cocina preparándonos para empezar nuestros sándwiches.

Luego de casi media hora de poner carne aquí, helado allá, vegetales por acullá, nuestros sándwiches estaban listos y no se veían tan mal.

-Ahora a comer.-Dijo James con una mirada juguetona.

-Disfrutaras mucho mi sándwich.

-Tu igual lo disfrutaras demasiado aunque las chicas nunca ganan.

-Te tragaras tus palabras... ¡Ya!

Comí lo más rápido que pude durante unos cinco minutos ya que, de hecho, encontré un sándwich no tan asqueroso como pensaba, luego la rapidez disminuyo. Al cabo de veinte minutos estaba a unos dos bocados de terminar mientras que a James le faltaba unos quince o veinte bocados más.

-¡Ja! Claro la chicas nunca ganan.-Dije al acabar los dos últimos bocados y con un tono burlón y sarcástico.

-Para cada regla hay su excepción.

-Bueno perdedor me voy a duchar, regreso en quince minutos si mi cabello me lo permite.-Dije señalando mi cabello asqueroso y pegajoso por el helado.

Pasaron los quince minutos y yo estaba ya secándome el cabello que brillaba por el shampoo y poniéndome ropa que me preste de mi hermano, unos jeans negros y una sudadera negra encima de una polera de manga corta del mismo color y en la cabeza un gorrito de lana negro.

Ahora si te ves bien.

Gracias, el negro es mi color.

-Ya perdedor te toca.

-Vaya, te ves bien. Yo regreso en diez minutos

Y, como relojito, James estaba listo en diez minutos cuando lo vi estaba utilizando la ropa que le dije que sacara del armario de mi hermano, unos jeans negros y una polera manga corta ploma que definía cada centímetro de su musculoso cuerpo, y se sentó junto a mí en el sofá.

-Lo bueno es que yo no tuve que acabar tu sándwich, Dani.

-¡¿Qué?! ¡Tramposo!

-Ya Dani era una bromita.-Dijo sujetando mi barbilla juguetonamente e hizo que lo mirara directamente, me perdí en su mirada intensa y en sus ojos brillando con deseo y nos acercamos lentamente, el momento era perfecto y, cuando nuestros labios apenas se tocaron, escuche el timbre de la puerta.

-¿Q-quien será?-Dije un tanto avergonzada por la situación.

-No lo sé.

-Iré a ver.

Me dirigí hacia la puerta tratando de mantener mi paso calmado, al abrir la puerta me quede en seco al ver quien estaba allí.

HEY SEXYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora