Capítulo 24

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Oscuridad.

Por donde vaya, por donde caminara me rodeaba una oscuridad abrumadora. Quería correr y alejarme pero no podía. No sabía a donde ir.

A medida que avanzaba, a medida que daba otro paso la sensación de ser observada se hacía más pesada. A cada paso que daba mi cuerpo se sentía más pesado. Por cada vez que seguía me faltaba el aire y este se volvía más pesado.

Quería parar, pero no podía detenerme. No podía dejar de caminar.

De repente mi cuerpo cedió.

Me derrumbe en un sonido sordo. Trataba de levantarme pero mis brazos y piernas temblaban y volvía a caer. El aire comenzó a escaciar, empezaba a respirar a bocanadas para atraer más oxígeno, pero no funcionaba.

Quería llorar, quería gritar por ayuda, pero nada salía. Y aunque pudiera nadie me escucharía. Estaba sola.

Lo único que sentía como presencia era que me observaran. Miles de ojos puestos en mi, pero dudaba de que vinieran en mi ayuda.

De repente mi cuerpo dejó de estar pesado, el aire llegaba a mis pulmones como brisa fresca de primavera, y la sensación de ser observada se desvaneció.

Me levanto como si nada hubiera pasado, y al levantar la vista me encuentro con unos labios perfectamente delineados en frente, sin cuerpo y que decían:

-Tú eliges.

Despierto.

Me siento en la cama y veo que aún llevo puesto el polerón de Percy.

Recuerdo lo de anoche y sonrio.

Me levanto de la cama viendo que Nico ya no estaba aquí, me quito el polerón y lo doblo. Sé que dije que me lo quedaría pero será mejor que no lo haga, además... No me siento cómoda llevando algo de él, en especial haber dormido con eso.

Me estiro un poco y respiro profundo, e inmediatamente comienzo a toser.

Mi garganta y nariz me picaban, el olor a perfume estaba en toda mi vía respiratoria. No es que no me guste su olor, es que había inspirado tanto que me pica mucho.

Me pregunto de quien es ese perfume. ¿Podría ser una broma de los chicos o una forma de despistar a los monstruos tapando nuestro olor? Si es la segunda opción debo suponer que no fue de Annabeth, porque con este olor solo se sentiría más.

Voy por mi mochila para sacar una muda de ropa, y al abrirla la fragancia del perfume salió como una bomba.

Comienzo a toser con fuerza.

Tal parece que fue una broma.

Saco la ropa de mi mochila enojada mientras ideaba una forma de vengarme, esta me las pagarían.

Mientras hablaba entre dientes una tarjeta se deslizó y cayó bajo la cama.

Me quedé mirando un momento debajo del mueble pero preferí no sacar la tarjeta de ahí. Si esto era una broma la tarjeta debía de tener algo peor, lo más probable era que ella era quien emitía el perfume que ahora me tendría con repudio a los perfumes de por vida. Lo más probable es que esto alla sido obra de Leo.

Vuelvo mi vista a la mochila y la misma tarjeta que había caído bajo la cama se encontraba ahí. Esta emitía un pequeño resplandor rosa insitandome a tomarla.

Dudo un poco pero la tomo.

Además de que emitiera un leve resplandor rosa, que pareciera hecha de mármol pero a la vez flexible y liviana y que lo que tenía escrito era con palabrad doradas todo en ella era normal.

Confesiones de una mestiza [Percy Jackson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora