Hasta que decida volver.

Estaba vivo, pero no viví...

Cuando de cosas del amor se trata, cada persona piensa en una serie de adjetivos para describir a la persona que tienen o desean tener a su lado, más muy pocos son los que entienden que el amor siempre comienza y termina en uno, y es que al final de todo siempre el amor del que somos capaces de llenarnos es el que nos marca y a su vez marca a las personas que nos rodean.

Esto empezó hace algunos meses cuando por fin lograba disfrutar de la tan ansiada soltería, mis planes nunca fueron conocer a alguien con quien compartir mi tiempo, mucho menos encontrar a alguien sin quien me sería muy difícil darle ritmo al resto de mis días.

Era extrañamente feliz, todo estaba saliendo como lo había imaginado, hasta que la conocí y ahí fue donde la vida me dio uno de los golpes más fuertes, me hizo despertar de la ilusión en la que hasta entonces estaba sumergido y me hizo entrar en una aún más fuerte:

Ella...

Una niña común y corriente que hasta ese momento no tenía ni idea de lo importante que podía llegar a ser en la vida de alguien, tan despreocupada y sonriente simplemente me parecía y me parece aún una persona única. desde que vi sus malditos ojos supe que quería permanecer con ella el resto de mi vida, al verla supe por fin que había encontrado mi lugar y que no me quería ir nunca de su lado, desde que la vi supe lo complicado que sería enamorarla además de lo riesgoso que sería si eso llegara a pasar, es una mujer de verdad, aún siente, aún ama, aún entrega todo cuando quiere, sin importar las veces que lo haya negado yo se que detrás de esa armadura de guerrera fría que le muestra al mundo hay una princesa que al igual que todas merece ser correspondida por un caballero de verdad, que no huya cuando hay tormentas, que entienda que no todo será bueno y perfecto, que entienda que en la vida de esa princesa habrán días buenos y malos, que la acepte con todo lo que la hace única, que la acepte con todo lo que la hace hermosa, que la acepte con sus berrinches y reproches ya que sólo después de jugar con la niña podrá llevarse en plenitud a la mujer que vive dentro de ella y que resalta en esos días donde todo parece perdido y les da esperanza.

Se que detrás de esa armadura de guerrera fría hay una fuente inagotable de sentimientos verdaderos a los que nunca supe llegar. Ella era tan única, tan radiante, tan hermosa y perfecta, su belleza radica en el alma a la que a través de sus ojos pude llegar, su belleza radica en su corazón escondido detrás de una capa de acero con la cual se muestra al mundo, su belleza radica en la manera en la que convierte las cosas simples en perfectas, eso hizo con mis días, los transformó y me hizo pensar que todo lo que ha pasado antes de ella ha sido mentira, me hizo pensar que en ese tiempo estaba vivo pero No viví.

Muy pocas veces hablamos de un nosotros, es que ese es un deseo tan lejano que espero con ansias algún día cumplir. No se si alguna vez logré meterme en sus sentidos, o mucho más difícil aún, en su corazón lo cierto es que para mi Ella vivirá guardada en el lugar donde permanece lo más importante en nuestra vida, entre el alma y el corazón.
Mi corazón siempre es torpe cuando de Ella habla, pero si tuviera la oportunidad de definirnos sería así:

Ella es la Luna y yo una simple estrella, cercanos de alguna manera y diferentes a la vez, Ella visible para todo el mundo y yo casi invisible ante la mirada ajena. A ella muchos pueden apreciarla, pero ¿cuántos podrán ir más allá de los sentidos? y ahí estoy yo una simple estrella que espera ansiosa por el ocaso de la Luna para ver si así por fin el destino me permite estar cerca de ella, y como más grande deseo que me vea morir por con o sin Ella.

Ella es la única mujer a la que he amado de una manera inconsecuente, donde no importaba el pasado, sólo el presente y quizás en futuro que aunque en este momento no es nada seguro, me encanta imaginarlo junto a ella.

Ella es una de esas mujeres que dejan marca en la vida, de esas que pasan por tu vida y te quitan o te regalan algo, se podría decir que en esta partida perdí y se llevó una parte de mi que no puede recuperarse, que no puede ser curada, se llevó una parte de mi y de mi vida que sólo volverá con su regreso.

Como consuelo me queda su recuerdo que me atormenta en mis madrugadas, me persigue en los días y me mantiene aferrado a algo que no fue pero que vive con la esperanza de que algún día ser. Como consuelo tengo la imagen de sus ojos y la última sonrisa que me regaló antes de separar nuestros caminos. Como consuelo me queda su bella imagen que me permanecerá conmigo hasta que decida volver.