CAPITULO 0 Mi deber.

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---Hiroki---

Mi nombre es Kamijou Hiroki, tengo 22 años y actualmente estoy cuidando a un príncipe caprichoso y testarudo.

El príncipe Nowaki y yo éramos como hermanos, como mi hermano creció en otro país, crecí junto al príncipe.

Soy hijo del Capitán Real de la guardia...

Él siempre ha sido terco, caprichoso y un salvaje.

Soy el único que cuida de él desde que éramos unos niños. Incluso ahora...

Aunque tengo sentimientos por él, que se perfectamente que nunca serán correspondidos, ya que es desear algo imposible, así que los he ocultado todo este tiempo, y es lo mejor, ya que mi deber es servirle.

Compre unas revistas y me dirigí a la mansión, al ver el titular de las revistas me dieron ganas de ahorcar a ese príncipe.

-¿Otra vez?

Tal parece que al príncipe le gusta presumir a su nuevo amor...

¿Quién es la nueva novia del príncipe?

Parece que ya ha superado su anterior noviazgo...



Otro titular en las revistas y periódicos, en verdad no puedo creerlo. Entre a su oficina de golpe y lo encontré besándose con una chica.

-No puedo creerlo, -coloque las revistas en el escritorio- es la tercera en este año, ¿en verdad planeas ser el centro de atención de los paparazzi?

Simplemente me ignoro y siguió con esa chica.

-¿Me estas escuchando príncipe Nowaki?
-Ya te oí, de verdad que eres un pesado. –suspiro.
-Su alteza, ¿Quién es ella?
-Oh, es una chica que encontré por ahí y planee traerla aquí para divertirme un rato ya sabes, liberar mis tensiones.
-Que príncipe más caprichoso. –murmuro la chica.

No aguante más y lo agarre de la oreja.

-Ach, au, Hiroki suéltame.
-Ya es suficiente contigo, -lo regañe- sabes que eres el sucesor del trono de nuestro país, sin embargo aún no tienes la idea de cómo ser discreto sus asuntos constantes.
-Pero...
-Tiene escándalo tras escándalo, entienda su posición. –lo mire.
-Hiroki por favor no empieces...
-Si no fueras tan... -suspire.
-¿Tan qué? –gruñó.

No entiendo como sigo discutiendo con un tipo como él, que solo se envuelve en escándalos, con una novia diferente cada tres meses, si seguimos así será cada mes, me preocupa como pueda quedar como príncipe del país en verdad.

-Debería de tener un poco de pudor. –comente.
-No sé qué es eso.
-Señorita le ruego se retire puesto que este lugar no es para damas.
-¿Ah?
-Por favor.
-Como si quisiera estar aquí. –se quejó la chica y se fue.
-Tsss, -chasqueo la lengua Nowaki- eres un aguafiestas.
-¿Enserio? No lo creí. –acomode unos papeles.
-¿Qué sucede contigo? Pareces más molesto que lo habitual.
-Más bien. –lo mire- ¿Qué te pasa a ti? Eres el único que me provoca estos enojos.
-¿Acaso estas celoso? –bromeo.
-En lo absoluto. –conteste.
-No eres nada lindo.
-¿Apenas te diste cuenta? Que retraído puede ser.
-Serás... -murmuro.

En verdad, es lo peor...

¿Acaso no entiende su posición?

Pronto tomará el trono y piensa que todo esto es un juego, odio cuando hace todo esto, se supone que debo proteger toda su integridad y me lo está poniendo difícil, ¿debe odiarme seguramente?

-Deje de traer a mujeres y meterse en escándalos innecesarios por favor.
-Ya que insistes, -suspiro- ya no traeré a ninguna mujer aquí.
-Ok.
-¿Y si las llevo a otro lugar y...?
-Ni hablar, -lo mire- volveríamos al mismo punto, usted no tiene idea de lo que es la discreción.
-Entonces, -me miro seriamente- ocupa su lugar Hiroki.

Esa propuesta me saco de mis pensamientos, debe estar bromeando con esto, es la primera vez que lo veo tan decidido, tan sereno y tranquilo.

-Quieres decir que, -trate de mantener mi postura- ¿Quieres que sea tu pareja sexual?
-Así es.

Supongo que debo cumplir con mi deber, jure servirle en todo, debo cumplir con mis obligaciones aunque él se esté burlando de mí.

-Muy bien, -suspire- como lo desee.

Me llevo hasta su habitación y comenzó a quitarme la ropa, beso mi cuello y empezó a acariciar mis pezones.

Trate de tranquilizarme para no expresar alguna agitación.

-¿Cómo se siente? –lamió mi pezón.
-¿EN verdad vas a preguntar por todo lo que hagas? –lo mire.
-Solo quiero que disfrutes pero te quedas todo tieso como una roca. –comento.
-¿Apenas te diste cuenta?
-No eres nada lindo. –se quejó.
-Soy un hombre, si esperabas que actuará como una chica creo que pierdes el tiempo. –susurre.

Siguió acariciando mis pezones y besándolos. Me mordí la lengua para que no saliera algún sonido.

-Eres un aburrido, ¿Ni un gemido?
-¿Q-Qué rayos quieres que haga? –e sonroje.
-Quiero que seas honesto con lo que sientes.


---Nowaki---

En verdad este chico me exaspera, ni en la situación en la que nos encontramos quiere ser más dócil, en fin.

Comencé a besar todo su cuerpo, tome su miembro y antes de que lo metiera a mi boca me detuvo.

-¿Está seguro que quiere hacer esto?
-Sí.
-Entonces lo haré por usted.
-No es necesario. –lo mire.
-Claro que lo es porque es... Mi deber.

Esa estúpida palabra de nuevo.

No esperé más y metí su miembro a mi boca, comencé a saborearlo y pasar mi lengua por todo lo largo.

Ahhh. –gimió y se tapó la boca.
-Así que es tú primera vez. –sonreí.

Seguí chupándolo y succionándolo. Después de un rato lo deje y saque un aceite de un cajón.

-Q-Qué....
-Eres muy lindo, y te haré sentir mejor. –lo coloque en cuatro en la cama.

Vacié un poco del aceite en su entrada y comencé a meter mis dedos.

-Ahhh, e-espera.
-No voy a esperar más.

Metí el tercer dedo y simule embestidas. Me termine de quitar la boca y coloque mi miembro en su entrada.

-Ahhh,
-Hiroki, voy a entrar.

Entre de una embestida en él, tome su cintura y comencé a embestirlo lentamente, haciendo que mi habitación se llenara de sus hermosos gemidos, bese su cuello mientras acariciaba sus pezones.

Me recargue en él para alcanzar su mentón y besarlo apasionadamente. Es la primera vez que lo beso así, antes lo hacía cuando él era un niño y solo eran besos cortos, siempre lo besaba cuando estaba dormido.

Pero ahora pruebo el sabor que me ofrece, lo quiero y así será siempre.

Después de un rato recosté a mi Hiroki y lo embestí fuertemente.

-Ahhh, N-Nowaki. –gimió.
-Hiroki, se siente tan bien.

Tome su miembro y lo empecé a masturbar al ritmo de mis embestidas, lo bese apasionadamente de nuevo proclamándolo como mío.
Todo de él es perfecto, todo mío.

Lo embestí hasta que se corrió en mis manos y yo en su interior.

Me quede recostado en la cama hasta que sentí como Hiroki se paraba y se colocaba su camisa.

-¿Por qué te estas vistiendo? –lo mire.
-He acabado con mi deber. –respondió secamente.
-Ya has vuelto de nuevo a tu estado normal, si hace unos minutos gemías de placer. –murmure.
-Sin palabras.
-Más te vale que no pienses en dejarme. –comente.
-¿Por qué? –me miro.
-No lo voy a permitir, a partir de ahora permanecerás siempre a mi lado.
-¿Por qué?
-¿Cómo? –lo mire.
-¿Por qué siempre me atormentas, desde que éramos niños? –frunció el ceño un poco sonrojado.
-Porque a todo dices "es mi deber" y es molesto.
-Así será siempre príncipe, -me miro- es mi deber servirte, hasta que te canses de mí.
-Perfecto, -susurre- tengo algo de hambre ¿puedes pedir mi comida?
-A su orden. –hizo una reverencia y salió de mi recamara.

No entiendo porque no puede ser honesto con lo que siente, en verdad que no lo entiendo.

Es tan lento para admitir sus sentimientos y yo ya me estoy impacientando.

He jugado al papel del mujeriego para darte celos, pero ya me canse.

Siempre ocultas tus sentimientos en "tu deber" es molesto.

Pero ya no puedo esperar más, ya no lo tolero...

Haré que pronto digas lo mucho que me amas.  

Sentimientos Ocultos - Junjou egoistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora