Capitulo 17.

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Maldije mentalmente mientras fulminaba a mi amiga con la mirada, la amaba con toda mi alma, pero joder, era demasiado indiscreta.

—Lo siento ina. —Dijo rompiendo el silencio dirigiéndome una mirada de culpa.

—Un día de estos tu jodida carita de niña buena no hará efecto en mi y te matare. ¿lo sabéis no? —Amenacé.

—No podrías vivir sin mi. -Chilló.

—La del ego soy yo bombón, deja de pasar tanto tiempo conmigo. —Bromeé —Me voy a dormir, mañana saldré de viaje con mi jefe.

Una sonrisa burlona se asomo por la comisura de sus labios, sabía lo que estaba pensando, arqueo una ceja y se quedo mirándome fijamente esperando que dijera algo.

—Es un viaje de trabajo. —Aclaré.

—Apenas vas empezando Walker, y no eres su secretaria.

—Surgió un inconveniente con su secretaria y decidió llamarme a mi, de alguna manera me siento agradecida que haya confiado en mi. —Bufé.

—Si si claro, y yo me chupo el dedo bonita. —dijo riéndose de mi como si tratara de un chiste.

—¡Ya basta! Mañana me voy a las 6:00 a.m regreso mañana mismo, no se a que hora lo haga, pero esperó no sea muy tarde para ir a comprar los vestidos pequeña.

—¿Que paso con tu maldita mala memoria? Te odio.

—Tu me amas Giss, Buenas noches. —Dije plantándole un beso en la frente para dirigirme a mi habitación, una vez que llegue a ella, cogí mi móvil nuevamente, y había un mensaje de Ashton.

Mensaje de Ashton 20:15 hrs.

Pequeña, prometo llamarte mañana, hoy se me ha complicado un poco el día, es posible que en una semana pueda ir a pasarme unos días contigo. Era una sorpresa, pero decidí decirte. Hablaremos de ello mañana.

Te quiere. Ash.

Me emocione demasiado al leer aquel mensaje, tenia mucho tiempo sin ver a mi único hermano, realmente lo extrañaba. Fue tanta la emoción que se me paso responderle, ya mañana me llamaría. Recordé que Gissell aún estaba en la sala y quise fastidiarla, linda y dulce venganza.

Asome la cabeza fuera de mi habitación y efectivamente vi la televisión encendida. ¡Dulce venganza!

—¿Gissell? —Llamé desde la puerta de mi cuarto.

—¿Si? Sigo aquí. ¿Que paso?—Casi gritó desde la sala.

Con pasos lentos me acerque hasta donde ella se encontraba, su mirada no se volteo a encontrarse con la mía y me causo risa el simple hecho de que no se dio cuenta que estaba detrás suyo.

—He hablado con Ashton. —Dije casi en un susurro. —Viene en una semana. —Solté sin anestesia sonriendo.

La cabeza de Gissell casi que giro como la niña del exorcista, me causo mucha gracia el ver como su rostro se tornaba rojo en un instante y abría sus ojos como platos, temí que sus ojos se salieran de sus órbitas por un minuto, y mas risa me causo aún.

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