Desperté llorando.
Vi a Melanie en mis sueños; era de apariencia infantil, con un corte de cabello nuevo y muy corto para mí parecer. Llevaba puesto un uniforme escolar azul marino.
Nos encontrábamos en un cierto lugar, una torre de oficinas donde las paredes cristalinas son el presumir de la compañía, con una gran recepción donde el centro es muy cómoda; con bancas de un metal pulido, pequeños arbustos verdes en sus macetas y una gran fuente de lado norte de la torre.
Melanie estaba muy alegre; corriendo y cantando, disfrutaba su estadía mientras los rayos del sol en pleno atardecer nos tocaban. Maravillosa vista hacia una gran ciudad, a lo lejos pude apreciar grandes edificios de decenas de pisos.
Caminamos hacia las escaleras tarareando la canción "Come on Eileen". Ella se veía tan alegre; con su gran sonrisa y la gran dentadura que recordaba. En el pasillo se podía apreciar mejor la gran ciudad a lo lejos. Subimos dos pisos y ahí fue donde todo cambió. La conexión entre las escaleras y las oficinas daba lugar a un largo pasillo cristalino. La noche comenzaba a surgir y las luces de techo se encendían.
Melanie se puso hacer muecas hacia su reflejo, yo le seguí el juego y terminamos riéndonos de nosotros mismos. En un momento fugaz, los ojos de Melanie se enfocaron hacia las escaleras y de ahí no quitó su mirada. Su cara era de asombro, pero no podía entender que era lo que veía y gritó: «JULIAN». Salió corriendo levantando sus brazos hacia la nada. El vacío la recibió; sin embargo, yo seguía parado, contemplando a Melanie abrazándose ella misma.
Caminé a paso lento y Melanie se tumbó en el piso. Al llegar, Melanie seguía mirando y susurrando hacia el vacío. Me agache hacia ella para tocarla, cuando miré sus ojos los tenía cerrados. Le moví el brazo para tratar de despertarla pero sentí su piel helada. Me asusté y miré de nuevo su rostro que seguía sin vida. Las lágrimas eran inevitables. Me senté junto a ella, no podía creerlo. Otra vez la perdí.
Me tomó varios segundos darme cuenta de que sentía una mirada detrás de mí. Miré hacia esa dirección y vacío, pero encontré otra cosa: una sombra en el reflejo. Alguien oscuro y yo. Y él miraba a Melanie.