Capítulo 14:
Ahora mismo nos encontrábamos en su auto, el cual estaba estacionado junto a un pequeño parque cercano al edificio donde se encuentra su apartamento. En todo el camino, ninguno de nosotros habló. Solo me preguntó si encendía el aire acondicionado, y yo me encogí de hombros en señal de que me daba igual. Eso fue lo único que dijimos durante los 10 minutos del trayecto. Su música fue lo único que hizo algo de ruido, y no tanto porque el volumen era bajo.
Llevábamos alrededor de 10 minutos en su auto, sin decir o hacer nada. Ninguno se proponía a hablar o, aunque sea, moverse un poco. Y, siendo sincera, esto era muy incómodo. Lo miré de reojo, solo para notar que él ya se encontraba viéndome con el ceño fruncido que tanto lo caracteriza. Inmediatamente, giré mi cabeza hacia otro lago, escuchando una risa de su parte. Sentí que mis mejillas empezaban a acalorarse, y eso aumentó aún más mi vergüenza.
—Hablemos afuera, mejor —propuso.
Asentí y me bajé de su auto. Me coloqué a su lado, pero lo suficientemente alejada para no sentirme incómodo. Kyle me miró con extrañeza, pero se mantuvo callado.
Ambos empezamos a caminar por el parque al que me había traído, que estaba cerca del London Eye. Se encontraba mucha gente en este lugar. Había personas paseando a sus perros, niños pequeños jugando, parejas hablando y tomadas de la mano, personas en bicicletas, etcétera. Caminamos un poco más hasta que llegamos al lugar donde se encontraba un pequeño lago. Me senté en una de las bancas, sonriendo al sentir la brisa fría mover mi cabello. Kyle, dudoso, se acercó y se sentó a mi lado, manteniendo su distancia.
Diría que esto sería muy romántico: él y yo, hablando, riéndonos y besándonos mientras vemos a los patos nadar cómodamente en el lago. El único problema es que ambos habíamos tenido una discusión muy fuerte días atrás, y nos encontrábamos aquí para aclarar las cosas, no para hacer las cursilerías que todas las parejas hacen.
—Tu hermana es linda —dije, golpeándome mentalmente por las incoherencias que digo para romper el hielo. Kyle alzó una ceja en mi dirección y sonrió.
—Tú también le agradaste —aseguró, recargándose mejor en la banca y posicionando su brazo detrás de mi espalda. Me removí en mi lugar, sintiéndome nerviosa—. ¿A qué viniste a mi casa?
—Tenías razón —mencioné. Al ver que estaba a punto de hablar, seguí—. Tal vez estoy sola: mi hermano no está, mis padres tampoco, pero, ¿sabes? He podido aceptarlo con el tiempo, y así es como he logrado salir por mi propia cuenta: sola, sin ayuda de nadie más, solo del apoyo de mis mejores amigas.
—No lo dije en serio, Em.
—Pues a mí me pareció que lo decías muy en serio, Kyle. —Lo miré directamente a los ojos—. Solo... quiero pedirte un favor.
—Haré lo que sea —aseguró.
—Algo dentro de mí te quiere cerca, Kyle. —Su sonrisa se ensanchó más, así que decidí continuar para no generar confusiones—. Nunca había conocido a un hombre tan seguro de sí mismo, tan inteligente, tan... tú. Pero...
—¿Pero? —dudó al notar que me quedaba callada.
—La forma en la que nos conocimos no fue nada buena y, sinceramente, no sé qué viste en mí que lo único que quieres hacer es protegerme y alejarme de todo lo malo. Pero, ¿no te das cuenta que eres tú el que me hace daño? —Kyle agachó la cabeza y no dijo nada, incitándome a seguir—. El antro, el hombre que intentó hacernos daño en la parada de autobuses, William McCartney... Todos ellos atentaron contra mi vida por una sola razón: Kyle Evenson.
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Un Asesino Suelto
ActionÉl arruinó mi vida en el pasado, y yo ni siquiera lo sabía. Pero, ahora me pregunto: ¿cómo se puede perdonar al hombre que te quitó tu razón de vivir, aunque sea el mismo del que te hayas enamorado? [Novela original. Cualquier publicación sin mi c...