Día 16

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Luego de unas horas paseando por las distintas atracciones del parque, decidimos que era suficiente por un día, además de que mis pies me estaban matando.

Me había ofrecido a llevar a Damián hasta su casa, pues el muy tonto se vino en taxi.

—Vamos—murmure cansada mientras caminábamos hasta la salida.

—Pero es que tengo que ir al baño—dijo haciendo un pequeño bailecito con sus pies.

—Bien, pero apúrate que mis pies me están matando—me queje, viendo como avanzaba hasta los baños—Solo te advierto que puedes contraer SIDA o algo así en ese baño—le advertí riéndome.

Minutos después vi salir a Damián con la nariz arrugada y una cara de asco.

—¿Que paso ahí adentro?—pregunte divertida.

—Pues olía horrible, algo mezclado con vómito y tacos podridos—murmuro aún con su nariz arrugada—Pero me estaba haciendo, así que me tuve que aguantar el olor, y créeme, fueron los peores cinco minutos de mi vida—

Solté una carcajada.

—Si que tienes mala suerte, primero un niño te robo el carrito, luego en la casa embrujada te pierdes, y por ultimo tienes que entrar a un baño en el que explotó una bomba atómica de tacos podridos—me burle viendo como se enojaba.

—Cállate, te odio—respondió con el ceño fruncido, pero en el fondo sabía que si le causaba gracia su total mala suerte.

—Sabes que me amas, Chico de Wattpad—

—Si claro, Pequeña Pervertida—

—Agh, solo cállate y vamos al auto—dije con una sonrisa ladeada.

Salimos del parque de diversiones y nos dirigimos a mi auto, luego de unos minutos en los que pensé que mis pies morirían, llegamos, saque el seguro y me adentre al mismo tiempo al auto junto con Damián, yo en el asiento del conductor, él de copiloto.

–Bien, dime donde vives—sonreí con un toque de diversión, sabia lo que diría luego...

—Ya ves, si que eres una violadora buscada por la ley...—

Vieron, ahí esta.

—¿Vamos a seguir con ese jueguito, Damián?—arquee una ceja mirándolo divertida mientras metía la llave para encender el auto.

—Así parece, Grace—continuo con la misma sonrisa de burla.

—Bueno, pero ya dime donde vives—.

Al final me dio la dirección de su calle, que quedaba un poco lejos de la mía, ya que quedaba en la dirección contraria.

Maneje mientras escuchábamos las canciones que pasaban por la radio, en algunas solo susurrábamos la letra, y en otras simplemente nos encontrábamos cantando a todo pulmón.

—Eso... Eso fue muy gracioso—murmure entrecortada por la risa, la última canción que habíamos cantado antes de llegar a su casa era Chandelier de Sia, y obviamente habíamos desafinado toda la melodía.

—Si...—soltó un suspiro tratando de calmarse—Bueno, creo que volveremos a hablar por Wattpad, ¿no?—

—Eso creo—

—Aunque podríamos repetir esto, ¿no crees?—pregunto con una sonrisa ladeada.

—Si, podría ser divertido volver a salir contigo—no se porque pero luego de decir esa oración un pequeño sonrojo se adueño de mis mejillas.

Agradecía que fuera de noche y el no pudiera ver el rojo en mi cara.

—Bien, entonces nos vemos después—

Me dio un sonrisa antes de salir del auto.

Lo vi alejarse, y antes de entrar se despidió con su mano.

Hoy había sido una gran noche... Una gran y cansada noche.

Hola, Chico de Wattpad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora