The Way I Love You | myg.kth

XXX

YOONGI

Había sido un día largo, a pesar de las pocas horas que transcurrieron en avión, y de las 4 horas en auto. Se sentía como haber perdido el día completo. Ni siquiera había mantenido contacto directo con Taehyung desde temprano, ni desde hace algunos días. No como había estado siendo.

El malestar de que Jin, JungKook y TaeHyung estuviesen durmiendo en una cama y yo aquí como perro rescatado del barrio más pobre y peligroso de Corea en el incómodo sillón era insoportable, intolerable, y una falta de respeto a mi autoridad <de tener alguna, claro>. En realidad no me hubiese molestado compartir cama con Jungkook, ni con Jin, menos con Taehyung. Pero mi voz del ello*, habló antes de que pudiese entender que en cuanto las luces se apagaron, sin acomodar equipajes ni cambiarnos de ropas, mi lugar para dormir iba a ser el sillón individual.

Era mullido, y estaba bastante amplio pero no lo suficiente para considerarlo un buen sitio para dormir. Tomando en cuenta el frío, mi mejor opción fue, enrollarme en la cobija que por lo menos me dejaron tomar de una de las camas y cubrir mi menudez con la tela.

Sin embargo era hora que no podía dormir, el frío a penas se colaba, y era incómodo. No importaba cuantas vueltas diera en el sillón, no podría encontrar la postura perfecta, lo cual era raro. Me conocían, y me conozco por encontrar concilio de sueño en dónde y cómo sea. Un sillón de una cabaña rústica no podría ser rival de mi poder del sueño. Aunque podríamos hacer de esta una pequeña excepción. Podría atribuirle esto a mi hambre, inusual también. En mis cortos 25 años [1], me doy el lujo de nombrar esta noche una de las más extrañas para mi experiencia vivida. El rugido de mi estómago pudo haber despertado a más de uno.

Me levanté de esta especie de cama provisional cuando me dije que era suficiente mi incomodidad y me quedé de pie frente a la cama en la que se suponía Jungkook y yo deberíamos dormir como buen hyung y maknae. Al verlo con atención considere el ampliar su vocabulario, añadir palabras como compartir. Sus brazos extendidos por todo el ancho de la cama, con almohadas bajo estos, las cobijas enredadas en sus piernas y una de ellas por completo en el piso, y ni hablar de la baba que le salía por la boca, en la mañana no me sorprendería tener aquí una inundación. Tomé la cobija del suelo y resignado camine de regreso al sillón. Pero mi estómago aclamo algo de comer. Rodee mi abdomen con los brazos y di la vuelta para caminar a donde suponía estaban nuestras maletas y mochilas, algunos de ellos podría traer una bocadillo o algo medianamente comestible. Solo para soportar las horas restantes hasta la mañana y desayunar.

Me detuve al verlo de pie, a pocos metros lejos de mi. Desprendiendo lo que parecía el vapor de una ducha caliente.

— ¿Todo bien? — su voz ronca, pesada y adormilada contrastando con esa manía de tallar sus ojos como un pequeño gato o cachorro recién levantado. Al igual que todos, llevaba la ropa con la que estuvimos todo el día.

— Sí, estoy bien. ¿Estás bien? ¿Te desperté? — pregunté de momento sintiendo frío colándose por mis pies huesudos y desnudos que pisaban la cobija que acababa de robar de Jungkook aka "el que no sabe compartir".

— Mnh.... bien, también — puso su atención en el sillón detrás de mi, y sentí mi estómago apretarse dentro de mi, jalando mi corazón, ambos tratando de callarse el uno al otro — ....dormir en el sillón? — tan ensimismado que no escuche nada.

— ¿Qué? — mi voz había disminuido el tono, y mi corazón palpitando con el pulso tan fuerte tras mis orejas a penas me dejaba pensar.

<Tan anciano estas que ya sientes que el corazón te palpita y estómago se va a devorar a si mismo, ¿cuál es tu problema?>

— ¿Que si de verdad vas a dormir en ese sillón? — se acercó a mi, recogiendo parte de la cobija que arrastré y sobre la que aun estaba parado — eres más pequeño que cualquiera de nosotros aquí hyung, pero tampoco tanto. Puedes dormir con Jin hyung y yo.... dormiré con.... ¿por qué hace eso? — su mirada estaba sobre la cosa viva y babeante de la cama a su izquierda; mi mirada no podía moverse de su rostro tan cerca y el cuerpo me temblaba por sentir que la cobija entre sus manos y bajo mis pies era como lo único que nos unía en este momento — supongo que no — suspiró sobre mi rostro.