Los Últimos Días de Verano (Zayn y tú) [TERMINADA]

Capítulo 35 - Final

Lo último que recuerdo era que decidí irme antes de la ciudad para no hacer más daño a Zayn. Me encontraba en el taxi mirando por la ventana, todas nuestras cosas iban en la camioneta. No podía parar de pensar en él pero ya le había dejado claro que no volveríamos.

Un semáforo en rojo. Puede que la gente tuviera razón y el amor no lo era todo; y esa era la razón por la que mi iba. Puede que sea verdad y yo nunca le hubiera querido y por eso le dejaba ir; pero hay un refrán que dice que si lo amas, déjalo libre.

Volvimos a andar y cada vez estábamos más cerca del aeropuerto. Había decidido desconectar y por eso llevaba el móvil apagado. Eran las 10 de la mañana y esperaba que ninguno de mis amigos se preguntaran donde estaba. ¿Y si no había querido a Zayn durante todo este tiempo? ¿Y si me había estado engañando a mi misma durante todos estos meses?

Estos últimos días de verano con Zayn habían sido díficiles: había odiado, amado, querido, ignorado... Los últimos días de verano que iba a pasar con Zayn habían pasado y esperaba reacer mi vida en España. Tenía que admitir que deseaba poder estar con Zayn en su audición pero no podía.

Buscamos un aparcamiento y sacamos las maletas. Bajaba todo del maletero mientras mi madre buscaba un carrito. El taxi se fue después de que le pagara y colocamos todo lo necesario en el carrito. Entramos y vimos muchos turistas buscando un rumbo. Había gente llorando, riendo, durmiendo. En un lado vi a una pareja llorando...

Seguimos buscando nuestro camino y pasamos por todos los controles. Faltaba media hora para nuestro vuelo.

Ahora estaba seguro, el amor no lo era todo. Ojalá pudiera despedirme de Anais, Crystal, Cristina y todas las chicas que me apoyaron. Mi móvil seguía apagado pero tenía una gran tentación encenderlo. Debía olvidarme.

Una vez mi abuela me dijo que todos necesitamos llorar en el hombro de alguien. Que todos necesitamos a alguien que esté a nuestro lado en los peores momentos. Mi abuela decía que nunca diera una segunda oportunidad porque es mejor empezar de nuevo a abrir más la herida causada por el pasado; y eso era lo que estaba haciendo.

Mi madre me cogió la mano y empezó a acariciarla. Ella sabía por lo que estaba pasando.

-¿Estás segura de que no quieres esperar unos días?

-Estoy muy segura mamá.

Yo intentaba huir de los problemas. Sí. Pero a veces era lo mejor. Yo necesitaba olvidarme de una persona que me había causado más daño del que yo misma pensaba. Todos sabemos que el amor no es fácil pero hasta que no lo vives, no te das cuenta de lo difícil que es.

La verdad era que si que me gustaría despedirme de Zayn, aunque solo fuera un adiós. Cuando llegara a España iba a cambiarme de número y no podría contactar con los que habían marcado mi vida, aquí. No volvería a hablar con ninguno de ellos y menos con aquellos ojos color miel.

Yo echaba de menos su aroma pero era hora de olvidar, Raquel.

20 minutos para el vuelo. Aquel vuelo iba a cambiar mi vida por completo. Decidí acercarme a una tienda a comprarme algo.

-¿Qué desea?

-Aquella revista y una botella de agua.

-3 con 20.

Le entregué el dinero y volví con mi madre. Me puse a ojear la revista:

Audiciones para XFactor 2010. ¡Entra en las audiciones!

Lo que faltaba...más recuerdos. ¿Y si el destino no quería que me olvidase de él?

Faltaban diez minutos para nuestro vuelo y la gente empezaba a moverse para otros destinos. Había mucha gente y diferentes emociones en la sala. Había una familia que me llamó la atención: una madre y un hijo despidiendose del padre y la hija; todos llorando a mares y no querían despedirse; se prometía que nunca se olvidarían.

Quería que pasasen ya aquellos diez minutos y resulta que el tiempo pasaba más rápido de lo que pensaba. El tiempo es oro, eso es lo que pensaba la gente. Y si era cierto, yo había malgastado mucho oro en Malik.

Nos pusimos en la cola para entrar cuando alguien empezó a llamar mi nombre. No me giré porque podía haber más Raqueles en el aeropuerto. Una persona seguía gritando al nombre y acabé por girarme, encontrandome con el chico del tupé,

-Zayn no. Tú tienes que estar en tu casa.

-¿Cómo es que te ibas sin despedirme? ¡Me dijiste que hoy estarías conmigo!

-Tienes que olvidarme Zayn.

-¡No puedo! Te amo.

-Pero yo me tengo que ir...a España.

-No te vayas, quédate conmigo.

Cogió mi mano y lágrimas desprendían por su cara. Apostaba que mis ojos estaba rojos.

-¿Qué haces aquí, Zayn? ¿Pretendes hacerme más daño? ¿Quieres que me vaya recordandote y llore todos los días?

-Quiero que te quedes y seas feliz conmigo.

-¡Contigo ya no soy feliz! Tienes que olvidarme y conocer a otras chicas.

-No puedo olvidarte.

-Zayn, tengo que coger el avión.

-No por favor.

-¡Joder te quiero!

-No te vayas.

-Te prometo que volveré antes de que la última hoja de otoño caiga.

-Te esperaré.

Ya estaba en el avión y me acababa de dar cuenta de una cosa...el amor si lo era todo.