Capitulo II

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Estando ya en prisión Paolo se sentó a reflexionar y por su mente no dejaba de pasar el hecho que el no pertenecía a ese lugar y a su vez la cara de aquella niña no se borraba, no podía olvidar aquel lunar que adornaba su rostro…se había vuelto su amada, su inspiración desde ese entonces. Desde prisión noche tras noche escribía ayudado de un pequeño tintero ya casi seco y de unos cuantos destellos de luz de luna que a su celda se adentraban, todas las poesías que escribía reposaban en casa de un amigo suyo el cual lograba, que algunas de ellas se publicasen en los diarios pero todas estas se firmaban como anónimo ya que nadie se daría tiempo de apreciar una poesía nacida de un convicto, dada la casualidad Alicia conservaba y suspiraba con las poesías publicadas de quien para ella era “su amor anónimo” pero se hallaba en un dilema debido a que a pesar que vivía enamorada de un anónimo poeta en su mente y en su corazón no dejaba de rondar la mirada de aquel joven, sin saber que  las poesías eran escritas para ella.

Sin poder hacer mucho los Signori luchaban por probar la inocencia de Paolo mientras continuaban con su día a día aparentemente normal para “no molestar al alcalde” ya que a sus oídos habían llegado las palabras que el alcalde menciono luego de apresar a Paolo.

En una de sus salidas al patio Paolo noto algo raro, en uno de los calabozos había un tipo barbado, de aspecto muy familiar pero no logro reconocerlo aunque Paolo se quedo intrigado.

Todo el pueblo era infeliz con el nuevo alcalde, había vuelto al paraíso de Manzano en un tirano lugar de el cual la antigua vida de los pobladores era ya un recuerdo, el alcalde había aumentado los impuestos, doblado los turnos de trabajo y para colmo se decía que los sueldos podían disminuir mientras que la gente solo no comprendía cómo es que el Alcalde Bonasera había desaparecido de un día para otro.

Los padres de Paolo consiguieron una cita con el alcalde pero de una manera muy vulgar este al verlos llegar (sabia quienes eran los Signori) dijo: Si vienen por aquel tonto ladrón pueden retirarse, la madre de Paolo decía –señor alcalde mi hijo no es ningún ladrón – ¡mentiras! Decía el alcalde, sus vestimentas me supieron decir de dónde provenía, es un ladrón como cualquier otro, sus ropas son inclusive mas ridículos que el nombre del pueblo (burlándose) Manzano…quien llamaría así a un pueblo ¡Ja! Pueden escoltarlos hasta la puerta ya eh escuchado bastante.

Paolo había hecho buenas relaciones con uno de los guardias el cual sabia que se trataba de un inocente muchacho ya que se había criado el guardia junto al padre de Paolo, conocía de los Signori aunque Paolo desconocía de esto, días después el guardia de apellido Manccini tras años de carrera a su haber fue ascendido a inspector de policía y con el ascenso lo primero q hizo fue ayudar a Paolo al cual logro que se le otorgara libertad condicional, pero Paolo antes de salir pidió un favor, pidió al inspector Manccini le permitiera ver a aquel convicto mas el inspector nervioso y titubeante se negó. Al llegar a casa Paolo saludo con sus padres y de entre su ropa al cambiarse callo una nota la cual decía: Paolo soy Manccini conozco acerca de tus sospechas hacia ese prisionero incinera esta nota y ve detrás de la iglesia a la media noche. Estando ahí una voz desde las sombras le dijo ponte esto (traje de prisionero) y escabúllete por aquel túnel, al salir del túnel Paolo no creía lo que sus ojos observaban, estaba perplejo…ante sus ojos estaba viendo al mismísimo alcalde Bonasera tras barbas y suciedad, el tipo dijo, soy el gemelo del alcalde, ambos habían nacido de una mujer de la calle por eso se desconocía con exactitud de su pasado. Limpiaron y afeitaron al sujeto pero antes de hacer esto tuvieron que inventar un plan para hacerlo escapar de prisión, así que fingieron un incendio en el cual había muerto supuestamente el prisionero, luego de la fuga se asentaron en casa del amigo de Paolo el techador de nombre Mario, el plan tras el escape era hacer creer que el alcalde no había muerto y hacerle llegar al puesto de mando de aquel pueblo más lo que nadie sabía es que el hermano del fallecido alcalde tenía un secreto el cual no podría continuar guardándolo por mucho.

Llego a oídos de Alicia que Paolo se encontraba en libertad mas él no sabía de Alicia. Un día ella se escapo mientras su madre dormía y su padre trabajaba y fue directo al pórtico llego lo más cerca q podía estar sin ser vista pero Paolo no se encontraba allí espero y espero y ya al irse de pronto una mano le tapo la boca y al tomarla por la espalda e dijeron al oído…shh no hagas ruido se que mirabas mi pórtico y la razón por la que no puedo estar ahí es porque mi libertad condicional ah terminado y me buscan por un supuesto incendio aunque yo ya estaba fuera de prisión, luego procedió a soltarla y al mirarse pregunto su nombre y ella respondió con una voz que enamora hasta el más duro corazón…Alicia a lo cual él le tomo de la mano y habiéndola besado respondió Paolo. Era como un sueño sus cabellos recaían en sus hombros aquel lunar aquella sonrisa que enamora y aquella sutil voz incomparable. Se hacía tarde ya y Alicia debía de marcharse justo a su partida llego Mario el cual le comunico a Paolo que uno de los hombres del alcalde había interceptado el último de los poemas enviados y que le seguían la pista.

Noche tras noche se veían los enamorados, se tomaban de la mano el susurraba una melodía que nació para ella cuando este se encontraba privado de su libertad.

El amor contra la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora