Ciudad de Karakura, 7:15 pm...
Era un día jueves y la noche ya había caído sobre la ciudad de Karakura, el cielo inmediatamente fue cubierto por la oscuridad y fue acompañado de la hermosa luna y sus brillantes estrellas, sin duda era una hermosa noche...
Podía observarse como la ciudad era iluminada gracias a la luz que era ocasionada por el sinfín de hogares, los rascacielos y los faroles de las calles, la mayoría de habitantes se encontraban en sus casas, sin embargo otras se podían observar caminando por la ciudad, divirtiéndose en algún parque, o simplemente perdiendo el tiempo.
Pero todo esto era ignorado por un joven de cabellos naranjas que se encontraba acostado en su cama mientras observaba el cielo distraídamente, en ese momento se sentía tan tranquilo y despreocupado, pero lastimosamente fue sacado de su trance debido al rugir de su estómago, volviendo así a su cruel realidad, el chico tan solo atino a fruncir su ceño y a apretarse su estómago como intentando que este parara de hacer esos ruidos, pero bien sabía que era en vano, después de todo no había ingerido ningún alimento desde el desayuno, debido a que ese día tendría que quedarse en la universidad hasta altas horas de la tarde, por lo que no podía ir a almorzar a su casa y no decidió cenar ya que él era consciente de la escasez de alimentos que había en su hogar, por lo que prefirió no comer para que sus hermanas menores no se limitaran demasiado la comida y quedaran con hambre.
- Tsk... como odio esta jodida situación...- murmuro entre dientes el joven pelinaranja; y como no hacerlo, ya que desde hace un par de meses la economía de su hogar se encontraba por los suelos, el trabajo en la clínica de su loco padre ya no rendía sus frutos como antes, por lo que había afectado gravemente en su hogar... sus hermanas apenas y podían llevar los materiales que les pedían en la escuela, la clínica se estaba quedando sin medicamentos y la comida en su casa era cada vez más escaza. El intentado ayudar en los gastos de su hogar, consiguió un trabajo de medio tiempo que se ajustaba de una manera en la que este no interfería con sus clases de la universidad, pero lastimosamente ni trabajando podía ayudar de la manera en la que él quisiera a su familia, ya que él también se veía obligado a pagar sus propios gastos, tal como lo era el costearse sus estudios...esta situación lo hacía sentirse tan impotente...
- Definitivamente hare algo para salir de esta mierda...- y con ese último pensamiento el muchacho de ojos avellanas se rindió a los brazos de Morfeo para dejarse guiar al mundo de los sueños...
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En otro lugar de Karakura...
El amanecer ya hacia presencia en la bella ciudad y el imponente sol había pasado a remplazar a la hermosa luna. En una majestuosa mansión, podía observarse como una linda jovencita pelinegra descansaba apaciblemente en una cómoda cama, pero lastimosamente fue interrumpida de su relajante sueño gracias a los luminosos rayos del sol que se colaban a través de sus ventanas, ella fue abriendo poco a poco sus ojos y cuando logro su objetivo prosiguió a sentarse en su cama a la vez que dejaba escapar un sonoro bostezo y estiraba sus brazos, por inercia observo el reloj situado en su mesita de noche y cuando se percató de la hora dictada por este, cualquier rastro de sueño desapareció y en cambio fue reemplazado por uno de total angustia...
- ¡¡¡Demonios!!!....¡Se me ha hecho tarde!....- exclamó una exaltada pelinegra.
Así que se levantó y se dirigió a el baño para ducharse rápidamente, eran las 7:25 y sus clases comenzaban a las 8:00, así que en 5 minutos estuvo de regreso en su habitación lista para vestirse adecuadamente. Se dirigió a su armario y tomo lo primero que estuvo a su vista para ponérselo, que resultó ser un bonito vestido color verde de mangas cortas con estampados blancos y unas zapatillas blancas a juego con el vestido. Su larga cabellera azabache la recogió en una coleta alta, dejando suelto a su rebelde mechón que se cruzaba en medio de sus ojos violetas y otros pocos que enmarcaba su bello rostro.
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Mi dulce tentación...
FanficIchigo Kurosaki es un universitario normal y común como cualquier otro, pero nunca imagino que al salvar la vida de Jushiro Ukitake, el sacerdote más querido de Karakura, su presente se pondría de pies a cabeza, debido a la mala situación económica...