Sentimientos Ocultos - Junjou egoist

CAPITULO 4 Deseo.

---Nowaki---

Lo bese con desesperación, no me gusta que toquen a lo que yo más anhelo, lo que más deseo, Hiroki es mío, siempre ha sido así, no por nada yo he sido sus primera veces, su primer amor, su primer beso, al hacer el amor, no quiero que nadie se meta en esto.

-N-Nowaki contrólate. –comento intentando detenerme.
-Deja de luchar Hiro-san. –lo mire.
-¿E-Es una orden? –murmuro.
-Sí. –gruñí.

De nuevo esa estúpida palabra, "orden", "mi deber" maldición Hiroki, porque no eres más sincero, siento que no puedo más contra ti.

Me desabroche mi cinturón y baje un poco mi pantalón.

-Chúpamela...

Él se sonrojo y suspiro. Se reincorporo en la cama y tomo mi miembro entre sus manos.

-Hiroki yo...

Sentí su cálida lengua en mi miembro, sus manos lo tomaban con torpeza, sus sonrojos tan hermosos y cautivadores.

Me siento tan excitado de que Hiroki haga lo que yo haga.

-No utilices lo dientes Hiroki. –sonreí con lujuria mientras me quitaba la camisa.

Sus sonrojos aumentaron mientras él seguía con su tarea, metió todo mi miembro a su boca y comenzó a succionarlo haciendo que todo mi cuerpo tuviera una corriente de placer, lo amo tanto, solo quiero que él reconozca sus sentimientos.

-Ah, Hiroki es tan bueno. –tome su cabeza y empecé a marcar el ritmo.

Tan excitante, tan placentero, este es el único placer que quiero sentir...

No quiero a nadie más que no sea Hiroki, mi Hiroki...

Lo aparte porque sentí que podía correrme si no me controlaba, lo recosté en la cama y le quite su ropa dejándolo completamente desnudo ante mi merced.

-Simplemente perfecto.
-C-Cállate. –se sonrojo.
-Todo mío. –bese su cuello.
-¿Ah?
-Tú me perteneces, eres mío y de nadie más...

Empecé a descender hasta sus pezones y comencé a lamerlos lentamente haciendo que mi amado se mordiera el labio para no emitir gemidos.

-Déjame escucharte Hiro-san, -tome su miembro y comencé a masturbarlo- parece que te excitaste demasiado, por aquí está saliendo mucho líquido.
-I-Idiota ahhh. –gimió.

Me apodere de sus dulces labios y los besé apasionadamente donde nuestras lenguas batallaban para tener el control, seguí masturbando su miembro mientras saboreaba cada rincón de boca.

Volví a descender para chupar sus pezones y luego meter su miembro en mi boca.

-N-Nowaki, ahhh...
-¿Te gusta?
-...
-Sí no lo dices, tal vez lo deje aquí... -coloque mi lengua en la punta de su miembro.
-M-Maldito...
-¿Sí?
-M-Me gusta. –susurro con esos gran sonrojos que lo caracterizan.
-Mmm, no tengo loción ni aceite, tendré que lubricarte a la antigua...
-¿Eh? –me miro.

Le dedique una sonrisa lujuriosa y comencé a lamer su entrada, mientras seguía masturbando su miembro.

-N-Nowaki nn-no lamas a-ahí. –susurro.
-¿Aquí?

Metí mi lengua haciendo que Hiroki se aferrará a las cobijas, la metía y sacaba, haciendo que los gemidos de mi amado castaño.

-M-Me vengo...

Hiroki se corrió en mis manos y yo comencé a lamer mi mano como si fuera un gato.

-Delicioso, simplemente perfecto.
-N-No lo digas.

Me quite mi pantalón y mi ropa interior, rose mi miembro con su entrada.

-¿Gemirás para mí Hiro-san?
-E-Eres...
-¿Sí?
-Mételo por favor.
-Me encantas.

Me senté en la cama y lo subí arriba de mí, entré en él de una embestida mientras se aferraba a mi espalda y gemía fuertemente.

-Estás tan estrecho, -murmure en su oído- me encanta como me aprietas.
-N-No digas eso. –susurro.
-Es la verdad, -lo tome de sus caderas y comencé a moverlo- me encantas, todo tú me encanta.
-N-Nowaki muévete más por favor. –gimió cerca de mi oído haciendo que me excitara más de lo que estaba.
-Hiro-san, estas muy deseoso, ¿tanto me extrañabas?
-S-Sí...

Con esas palabras me acabo por completo. Volví a poseer esos labios tan carnosos, que me invitaban a perderme en la lujuria y pasión, que simplemente me pertenecen a mí.

-Ahhhh N-Nowaki t-tan profundo. –empezó a arañar mi espalda.
-Aún puedo entrar más. –lo recosté.
-Ahhhhh a-ahí...
-Te daré todo el placer que me pidas, te haré mío hasta el amanecer...

Me recargue un poco más en él para que mis embestidas fueran más profundas, devore cada parte de él, sus labios, su cuello, sus cuerpo entero, él es mío y así será el resto de nuestra vida, no permitiré que no alejan de mí.

-M-Más, ahhhhh N-Nowaki dame más... -gimió.
-Estás muy exigente, me encanta que seas así. –mordí su oreja.

De un movimiento lo coloque en cuatro y seguí con mi vaivén de pasión, entrando lo más profundo en él para que me sintiera.

-Ahhhhh, N-Nowaki a-ahí.

Tome su miembro entre mis manos y comencé a masturbarlo al compás de mis embestidas, sus gemidos llenando mis oídos, son música perfecta para mí.

-Hiro-san, me correré dentro de ti para marcarte como mío...
-N-Nowaki b-basta. –susurro.

Tome su cintura y aceleré el ritmo de mis embestidas haciendo que fueran certeras y muy profundas.

-N-No puedo más, -gimió- m-me vengo.
-Hazlo Hiro-san, yo estoy igual.

Moví más rápido mis manos haciendo que mi castaño se corriera en ellas, y yo al sentir su interior contraerse me corrí dentro de él.

Lo recosté encima de mí sintiendo su piel desnuda sobre la mí, besé su frente.

-No estoy conforme.
-¿Eh?
-Hiroki, necesito más de ti...
-I-Idiota. –se sonrojo.
-¿Me permitirás hacerte mío toda la noche?
-¿Es una orden?
-Sí. –sonreí.

Supongo que tiene temores pero tengo que vencer esas barreras para que sea completamente mío y estar por siempre a su lado.


---Hiroki---

Me desperté a medio día con un dolor muy grande en las caderas, no entiendo porque me porté así con él, es como si una parte de mí lo deseará con todas sus fuerzas.

Nowaki seguía dormido abrazando mi cintura, así que lo aparte y me levante, me coloque mi ropa y me dirigí a mi habitación para poder asearme.

Después de bañarme baje al comedor a preparar el desayuno para Nowaki.

-HIROKI. –sentí unos brazos rodeándome.
-¿Yukito? –lo mire.
-Sí, he vuelto de Estados Unidos.
-Vaya, pensé que no te volvería a ver.
-Hiro-chan, no seas así conmigo.
-Lo siento. –revolví su cabello.

-¿QUIÉN ES ÉL? –gruñó Nowaki tomándome de mi cintura y alejándome de él.
-Es Yukito, mi hermano menor.
-¿Eh?
-No lo conocías porque estaba estudiando en el extranjero.
-Tú eres el amante de mi primo ¿verdad? –pregunto Nowaki.
-¿Amante? –lo mire.
-Eso es algo que quiero olvidar. –susurro con nostalgia.
-Yukito tenemos que hablar seriamente...