Por siempre mi amor...

Ya pasaron tres meses desde que te fuiste, desde que me abandonaste...
Probablemente no fui la mejor, y seguramente no lo haya sido, pero el tiempo pasa y las heridas que dejaste en mi corazón aún no sanan... ¿Cuánto tiempo más tengo que sufrir en esta fría y cruel agonía?

Te necesito, acá, conmigo; y no estás. Me duele esto, me duele tu ausencia, me duele tu indiferencia, me duele este triste y duro desamor. Me dolés. Incluso más que un golpe en el dedo chiquito del pie, duele en lo más profundo del alma...

Extraño tus abrazos, extraño tus ojos café, extraño tus ojos fijos sobre los míos, extraño tu mano junto a la mía; extraño incluso tus celos y hasta las discusiones más estúpidas e insignificantes, te extraño infinitamente.

Quizá sea tiempo de dejarte ir, no es bueno aferrarse dicen. Sé con certeza que lo nuestro pudo ser y aunque no haya sido, sé también con más certeza que si así debía ser, nuestro querido amigo el destino se va a encargar de volver a encontrarnos. Y probablemente, en ese entonces si podamos ser, ya más maduros, y sin miedos; si esto va a ser así, ahí voy a estar esperándote...