Prólogo.

163 15 3
                                    

Tomé la cerveza y se la entregué a Mike, el la arrancó de mala manera y me echó con un gesto de mano. Este idiota sólo me utilizaba para sexo y hacer sus malditos mandados. Sigo sin entender como fue que a mis dieciséis estaba metida en esta mierda. Cuando acepté salir de casa de mis padres y vivir con él en su departamento, ésta no era la vida que me imaginaba, tan sólo un mes después de que llegué aquí Mike me prohibió salir a cualquier lugar. Era posesivo, violento y casi no lo veía en las noches, varias veces me insultó hasta que mi autoestima se estaba arrastrando por los suelos.

-Mike, quiero irme -dije apoyándome en el marco de la puerta.

-Espera ¡¿Que dijiste?! -dejo la cerveza de lado y caminó hacia a mi. -¿Quieres irte? ¿Y a donde mierda piensas ir? ¿Crees que tus papis están esperándote con los brazos abiertos después de lo que hiciste?

-No he visto a mis amigos o he salido en mucho tiempo.

-Es sólo una excusa para que te acuestes con un imbécil de tus amigos ¡¿Verdad?!

-¡Con el único con el que me he acostado has sido tu! Ya no aguanto más, me largo.

Empecé a abrir la puerta pero Mike me agarró por la muñeca impidiendome salir.

-Mike me lastimas -me queje.

-¿A donde irás si te largas? No eres nadie allá fuera.

Levante la rodilla y golpeé con fuerzas en su entrepierna logrando que me suelte - Soy mucho más de lo que crees, imbécil.

Salí de ese lugar con un propósito: Sería más de lo soy ahora; posesiva y obteniendo lo que quiero a como de lugar.

Sería una nueva Camille.

Perversamente adictivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora