Daydream

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Miras su rostro y entiendes que ya acabó. Ya no hay un nosotros. Caes en la cuenta de que probablemente no te va a dirigir ningún 'preciosa'. No te va a mirar más con amor y seguro va a levantar esos tan conocidos muros y capas para separarte de él.
No podrás disfrutar de sus labios sobre los tuyos, de sus manos en tu cintura ni la textura de su pelo entre tus manos. No escucharás su voz en las mañanas ni sentirás su fuerte abrazo sobre tu abdomen, protegiéndote de los demonios de la noche. Porque fuiste tan estúpida como para perderlo y dejarlo ir. Porque no podías soportar que alguien te quiera de la forma más inocente y pura. Porque estabas acostumbrada al odio y al maltrato, tanto que no supiste aceptar que tu también podías amar y ser amada.
Te dió un mundo lleno de colores y a cambio le diste uno totalmente gris y sin vida.
Te arrepientes y deseas volver atrás, pero es imposible. El daño ya está hecho.
Te preguntas si se acordará de ti con el pasar de los años o te dejará en el olvido. Si te seguirá queriendo a pesar de todo. Si te entenderá cuando vuelvas. Si te volverá a dar uno de esos abrazos de oso que te hacían volver a respirar. Si te cuidara, aunque sea a la distancia. Si cruzarás miradas otra vez con esos ojos tan hermosos. Si lo harás sonreír de vuelta, como antes, por lo menos un atisbo. Si lo verás otra vez...

Quieres olvidarlo, pero al cerrar los ojos, ves los suyos mirándote con cariño y lo único que haces es asfixiarte más y que el nudo en el pecho sólo crezca, confirmadote de que estas equivocada y de que debes volver.
Pero sólo puedes llorar incontrolablemente sin que te importen las miradas ajenas, gritar su nombre en las noches de insomnio implorando por tenerlo contigo.
Y por mas que toques el piano, veas los partidos de tu equipo favorito, escuches música, leas o te juntes con amigos, tu única salvación y vía de escape era él y lo echaste a perder. Sólo él te distraía lo suficiente como para olvidarte de todo y ser tu misma.

Así que te subes al primer vuelo con destino a casa que encuentras, rogando que no sea demasiado tarde. Bajas corriendo del avión y tomas un taxi pagándole de más para que acelere. Y cuando, llegas lo encuentras con los ojos mas rojos e hinchados que viste en tu vida, odiándote cada segundo más por haberlo dejado aquella noche.
Comienzas a llorar desconsoladamente, queriéndole expresar todo lo que te hizo falta y lo mucho que te arrepientes, aún sabiendo que es en vano.
Sientes tus rodillas tocar el suelo raspándose, pero no te importa. Sólo él. Luego maldices internamente al sentir la lluvia caer sobre ti. Pero de alguna forma el frío te hace sentir mejor.
Empiezas a cantar la canción que le compusiste en una noche en vela, haciéndosela escuchar por primera vez. Tu voz se oye ronca por el llanto, pero tampoco te importa. Sólo quieres que vea lo que se siente estar enamorada de él.

Un calor agradable recorre tu cuerpo y caes en que el te está abrazando y tú estás aferrada a él como si tu vida dependiera de ello, porque en parte lo es.

- Perdón - susurras, y quieres seguir, pero sus labios se estrellan contra los tuyos. La lluvia no cesa pero en tu interior ya no llueve.

Te despiertas en una habitación blanca, y al principio piensas que todo fue un sueño y que volverás a estar sola, pero ese brazo que te rodea protegiéndote de todo y su aliento contra tu pelo, te hace volver a respirar, como si nada hubiese pasado, pero a la vez todo.



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No puedes creerlo. Te obligas a comprender, pero no puedes. Lo que hiciste fue darle todo. Sólo te abriste a una persona, que terminó yéndose como todos.
Tus ilusiones están por el piso. Sólo te queda soñar despierto, porque hasta en tus sueños te abandona.
Arrancó tu vida, tu alma, y se las llevó con ella, sin importarle nada.

Sabes que la vas a extrañar cuando no hace falta verla, tu mente se encargó de guardar cada detalle de ella.
Extrañarás verla dormir y admirar esa paz que habita en su rostro. Tomar sus pequeñas manos entre las tuyas, sus brazos en tu cintura, durante los abrazos largos. Extrañarás tenerla a tu lado, leyendo y perdiéndose en un mundo de ensueño, sin saber que para ella eres el suyo. Verla cantarte y dedicarte canciones, por más sin sentido que sean. Extrañarás las tardes en el parque y las noches en el cine. El tono de su pelo y su suavidad al tocarlo. Pero sobre todo sus besos y sus adorados 'te quiero'.

Repasas una y otra vez, que hiciste mal, pero no encuentras nada. Vives en su recuerdo.
Cada día escuchas su música y lees sus libros intentando encontrar tu error.

Decides salir a pasear, a despejar la mente, aunque sea un poco, pero al salir la encuentras delante tuyo.

Sus rodillas impactan contra el suelo, y por la expresión de su cara sabes que no le importa, tampoco le interesa que este lloviendo.

Todavía no caes y te sorprenderá al escucharla cantar una canción para ti. Tiras abajo el dolor y el auto control y la abrazas como si tu vida dependiera de ello. Porque así era.




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