CAPÍTULO 4

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Llegó la hora del almuerzo, el comedor era bastante amplio, por lo cual buscar una mesa no era un problema para los estudiantes, lo realmente difícil era la fila que se hacía para traer la comida.


Lauren fue la primera en salir de la fila y fue en busca de una mesa, encontró una con vista a las canchas de basketball, a los pocos minutos llegaron sus amigas. Las personas las veían y murmuraban.


Verónica: Parece que nunca han visto a alguien nuevo – Les decía a sus amigas - ¿Qué ustedes nacieron aquí o qué? ¿Nunca fueron los nuevos? – Les dijo a unos que estaban en la mesa de al lado.

Lucy: Ya cálmate Vero, la gente está estúpida, no les hagas caso.


Lauren sólo se limitó a comer, no le parecía gastar energía en gente sin importancia, tenía a sus mejores amigas ahí y no estaba sola, era lo único que importaba ese año. Entonces unos chicos altos se acercaron y comprendió lo que iba a pasar.


X: ¡Hey chicas! ¿Qué les hace pensar que pueden sentarse en nuestra mesa?

Lauren: ¿Qué?

Y: ¿Son nuevas aquí? Pues más les vale que vayan entendiendo las reglas.

Verónica: ¿Qué reglas? ¿Es que han comprado esta mesa? No veo tu nombre por ningún lado.

Lauren: Váyanse y déjennos comer tranquilas.

Y: A nosotros no nos hablaras así. – Cada vez llegaban más chicos.

Lucy: Chicas ya, hay otras mesas vacías.

Verónica: No, se creen los dueños del mundo, a ver quiénes son ustedes.

Z: ¿Qué quienes somos? Somos el equipo de basketball y esta es nuestra mesa para comer, así que lárguense.

Lauren: ¿Y tú nos vas a obligar? – Entonces Lauren la vio, la chica de ojos chocolate venía con uno de los chicos que reclamaban la mesa, su novio.

Austin: Oigan tranquilos – Era el capitán del equipo - Chicas veo que son nuevas y se les perdonará esta vez, busquen otra mesa y asunto arreglado. No las quiero volver a ver aquí. – Besó efusivamente a la chica de su lado. Eso inexplicablemente enojó a Lauren.

Lauren: ¿Tú y cuantos más? – Se levantó de la mesa y Verónica la siguió.

Luis: ¿Qué pasa aquí? – Llegó con un grupo de amigos - ¿Qué pasa chicas?

Verónica: Esta panda de retrasados nos quieren quitar la mesa.

Luis: Si, ya me lo suponía, en lo de retrasados te apoyo.

Austin: A ti quien te llamó, vete a jugar con tus amigos quieres.

Luis: Juega con nosotros y te ganaremos princesita. – Sus amigos se rieron.

Austin: Ustedes sólo son un grupo de cavernícolas corriendo con un balón en las manos.

Luis: Ustedes princesas no aguantarían ni un partido bajo el sol, con su canchita techada. – Miró a las chicas. – Vámonos, hay mejores mesas con vista a nuestra cancha.

Austin: Más te vale que no te metas con nosotros.

Luis: Si, si como digan.

Lucy: Luis tiene razón, no vale la pena perder nuestro almuerzo.


Lauren miró a Lucy, tenía razón, la vida es muy corta como para no ser feliz a cada segundo, eso se lo había dicho su abuela. Entonces tomó su comida y fueron escoltadas por el grupo de amigos de Luis. Miró a la chica de ojos chocolate y sintió pena por ella.

Se sentaron al otro lado del comedor, una cancha de fútbol americano estaba justo en frente. Las chicas se sentaron en una y los chicos fueron a sentarse en otra, al parecer era la que les pertenecía a ellos, nadie más se había sentado en esa. Luis se quedó con ellas.


Luis: ¿Están bien?

Lauren: Sí, pero eso no cambia nada Luis.

Luis: Tranquila, paso a paso Jauregui.

Lucy: ¿Qué pasa en este colegio?

Luis: Se acaban de topar con Austin, es el capitán del equipo de basketball, se cree el rey del mundo sólo porque su papi da grandes donaciones al colegio y los maestros nunca le dicen nada. Pero el equipo de fútbol americano nunca nos hemos dejado y tenemos más triunfos que ellos.

Verónica: Vaya, no pensé que la culito sea una interesada.

Luis: ¿La quién? – Se rió sonoramente. – ¿Hablas de Camila? Pues los rumores dicen que sí, Austin la muestra como un trofeo, andan desde el final del curso pasado, es muy guapa en realidad, pero le falta cerebro, debería de andar conmigo.

Lauren: Ya cállate, no nos queda tiempo ya para comer. – Se enojó mucho, no podía creer que alguien superficial como "Camila" le hubiera quitado el aire en la mañana.

Luis: Igual me voy, el equipo espera. Adiós Lauren. – Le guiñó un ojo y se fue, Lauren sintió asco.

Verónica: Tranquila Jauregui, no era para nosotras, ya encontraremos otra chica. Obviamente no habrá una mejor que yo así que tendrás que conformarte.


Lauren rió ante la subnormalidad que acababa de decir su amiga y comieron bromeando entre una cosa y otra. Estaban realmente felices de estar juntas.






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