Mamá,
no he salido de mi habitación,
pues no hay razón,
de volver a fingir que tengo corazón.
Me han estado llamando,
me han estado buscando,
porqué a la escuela no he llegado.
No puedo dejar que nadie me vea así,
además, te tengo que cuidar.
La casa tiene un peculiar color carmesí,
el cuál debo limpiar.