Querida Juliet:Sé que no te he enviado tantas cartas como he prometido, y no es porque no quisiera. El coronel cree que de alguna manera escribir a nuestra gente nos hace estar con la guardia baja durante el combate. Hoy, tenía una mirada muy distinta. No vi en ella ese poder y autoridad que lo caracteriza. Pero sí vi el mismísimo miedo, y es porque mañana nos enfrentaremos a los alemanes.
A ti no te voy a mentir, tengo miedo Jules, nos doblan en número y hasta tienen naves. Mi compañero de tienda ayer estaba temblando, le pregunté qué le ocurría. Dijo que tenía miedo. ¿Sabes lo que contestó cuando le pregunté cuál era su temor? Dijo que tenía miedo de perder su vida.
Me hizo pensar Juliet, y mucho, y yo no tengo miedo de morir. Lo que me aterra es morir y que no sea a tu lado. Pero ellos no lo entienden, se sienten honorados de representar a su país. Si tan solo me hubieras visto Jules, cuando me reclutaron como soldado la desdicha que sentí, la sonrisa orgullosa de mi padre. Seguro yo sería como ellos, ¿verdad?. Con el pecho hinchado de orgullo. Pero luego te conocí. Y cambio todo. Ya no me daba orgullo la idea de entregar mi fuerza a Francia, pero sí me lo daba llevarte de la mano por las calles de nuestro pueblo. Ver la mirada envidiosa de los demás muchachos y decirme mentalmente "ésta mujer es mía".
Pero hoy estamos muy lejos Juliet, y me tengo que conformar con las imágenes de ti que mi mente guarda como un tesoro. Sabes que soy de sueño ligero, así que siempre me despierto unos minutos antes que el resto de los soldados. Esos escasos minutos los uso para soñar despierto. Imagino que es de mañana, estamos en mi cama, y tu cabello color avellana se esparce por toda la almohada. Te imagino vestida solo con mi camisa azul claro, esa que conservaste antes de que me fuera, y con una sonrisa en tus labios carnosos mientras preparas el desayuno. Entonces suena la trompeta del teniente y todos los soldados comienzan con la rutina.
Se ven cosas horribles todos los días cariño. Muertes, sangre, heridos, pérdidas. No sabes lo horrible que es. Y también hay otras cosas malas como la rutina que te mencione. Sabes cómo soy, odio lo repetitivo, la monotonía, el aburrimiento. No estoy acostumbrado a hacer todos los días lo mismo. Contigo cada día era una aventura distinta, ya sea porque conseguías hacerme reír con tus tonterías, o porque me estabas sacando de quicio. Y es que me encanta tu manera de volverme loco Juliet.
No quiero que estés asustada. No quiero que pienses que ésta carta es una despedida. No quiero pensar que me estoy despidiendo de ti. Pero tengo que decirte esto.
Te amo Juliet, siempre lo haré. Estoy lejos de ti, pero mi corazón se ha quedado contigo.
Siempre tuyo, Benjamín.
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Amor en tiempos de guerra
RomanceDos jóvenes y un gran amor capaz de convertir hasta el peor momento en el momento perfecto para amarse. Sin que ni la misma Guerra Mundial pueda evitarlo. ----------------------------------------- Carta para Concursos de amor @RomanceES