TEENAGERS (Spanish) #Wattys2016

14.NO ES NUESTRO, ES MÍO

  Pasaban los meses y Our Chemical Romance avanzaba bien. Además, también habían encontrado alguien un poco más veterano que les ayudaría a guiarles y dirigirles y que haría de batería provisional: el padre de Frank, un apasionado de la música, devoción que había transmitido a su hijo.

Aun así, niguno de los dos enamorados le había dicho nada sobre el nombre provisional ni siquiera al nuevo bajista, el cual tampoco había pensado en la necesidad de tener uno, temerosos de lo que pudiera pensar.

Lo que no sabían, pero, era que Mikey ya sospechaba que había algo más que una fuerte amistad entre aquellos dos. Las miraditas que se producían durante los ensayos y la forma en que se molestaban entre ellos de vez en cuando lo decían todo.

De momento solo tocaban covers, lógicamente. No se atrevían a intentar componer temas propios, si justo acababan de empezar.

  Esa tarde el padre de Frank no había podido asistir al ensayo habitual, el cual se estaba haciendo muy pesado. Ya estaban a mitad de junio y el calor no invitaba a hacer gran cosa y les cansaba. Al ver que por mucho que lo intentaran no conseguirían hacer nada productivo y provechoso, Frank sugirió ir a tomar un helado.

Tanto Gerard como él hubieran preferido ir los dos solos, pero no querían dar motivo de sospecha a Mikey y a la vez agradecían y les gustaba su compañía. Ya encontrarían otro momento para ellos dos.

Antes de llegar a la heladería, tuvieron que pasar por una librería y, ya que a los dos hermanos les encantaba leer tanto cómics como libros, decidieron entrar.

Antes de hacerlo, pero, Frank vio un cartel pegado a la puerta del local que le llamó la atención.

—Eh, chicos, mirad —avisó a sus dos acompañantes.

Se trataba de un cartel que anunciaba una jam session abierta y gratis en Kearny, un pueblo vecino no muy lejos de Belleville. Frank propuso ir:

  —A mi padre le encantan esas cosas y gracias a él ya tenemos batería.

  —Ya, pero seguimos siendo muy novatos en esto —comentó Gerard, dudoso e inseguro.

Los tres chicos discutieron unos minutos sobre qué debían hacer y al final decidieron que ya lo hablarían y decidirían más adelante, aún tenían dos semanas para inscribirse.

Entraron a la librería y cada uno se fue a examinar diferentes estantes por su cuenta, aunque sin alejarse demasiado para que pudieran hablar entre ellos.

Mikey seguía pensando en el concurso anunciado en el cartel y justo entonces cayó en algo:

  —Pero chicos, si queremos inscribirnos, tendríamos que poner un nombre al grupo, ¿no?

Tanto Frank como Gerard se quedaron helados y se miraron entre ellos, dudando sobre si decirle algo sobre el nombre provisional o no.

De repente, Mikey posó sus ojos en un libro concreto. Más que nada por el título, no porque le llamara la atención el posible argumento, sino en el sonido de éste en general. Por alguna remota razón, le gustaba como sonaba. El libro era de Irvine Welsh y se llamaba Ecstasy: Three Tales Of Chemical Romance.

  —¿Qué os parece Chemical Romance?

Frank y Gerard se quedaron de pasta de cacahuete, no podía ser, demasiada casualidad. Mikey estudio sus rostros y frunció el ceño:

  —¿Qué os pasa, no os gusta?

Los dos enamorados ya no pudieron evitarlo y se echaron a reír, provocando una confusión aún mayor en Mikey.

  —La verdad es que... ya habíamos pensado en un nombre. Y este, casualmente, es muy similar —se atrevió a confesar Frank.

  —¿Cuál habías pensado?

Su hermano mayor le respondió que ese nombre era Our Chemical Romance. Eso hizo que todas las sospechas de Mikey se confirmaran. En efecto, esos dos estaban juntos. Sonrió internamente al pensarlo, pues hacían muy buena pareja.

  Al cabo de unos minutos salieron de la librería y se sentaron en una de las mesas de la heladería aún hablando sobre lo del nombre.

  —A mí Chemical Romance me parece bien —comentó Frank.

  —Sí, pero ahora que lo pienso bien... Le falta algo, ¿no creéis? —Mikey cuestionó la idea que había tenido él mismo.

Los tres se quedaron en silencio, pensando.

  —A ver, ¿qué carácter o objetivo os gustaría darle, al grupo? Es decir, ¿en qué lo enfocaríais? —preguntó Frank con la intención de establecer una organización y encaminar la situación.

  —Es que el problema es que no tenemos experiencia, tampoco nos hemos planteado ir en serio. ¿Tú qué opinas, Gerard? —dijo Mikey mirando especialmente a su hermano, quien no había hablado demasiado hasta entonces.

  —Yo le daría un toque íntimo. No como el de antes, pero intentando dar un mensaje de confianza, de complicidad a quienes nos escucharan. Es decir, que si alguna vez esto va en serio, me gustaría que nuestra música fuera una vía de escape, pura poesía con la que casi todo el mundo pudiera identificarse, buscando su propia interpretación en una amplia ambigüedad.

Tanto Mikey como Frank ya conocían la mente abstracta y artística de Gerard, pero, sin duda, el chico del pelo azabache les había impresionado una vez más.

  —Bien, ¿y cómo harías eso? —preguntó su novio.

  —Antes habéis dicho que el nombre que habías pensado al principio era Our Chemical Romance, ¿no? —Mikey preguntó, a lo que los dos otros chicos asintieron un tanto avergonzados—. Pues ¿y si cambiáramos el "Our" por "My", para darle el toque íntimo, cómplice pero a la vez individual del que habla Gerard?

Gerard y Frank lo consideraron durante unos segundos.

  —My Chemical Romance... —murmuró Frank para sí mismo.

Gerard sonrió:

  —Me parece perfecto.

  —Y a mí —Frank manifestó con entusiasmo.

  Y así eligieron el nombre definitivo para ese grupo que había nacido siendo una idea y era cada vez más real sin saber que, en otra vida pasada, aunque las cosas hubieran ido de una forma muy distinta, por alguna razón hubieran llegado exactamente a esa misma conclusión.

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