Una mañana tranquila Ainara, una chica de 12 años, se dio cuenta de que había recibido un mensaje de su abuela pidiéndole ayuda. Cuando Ainara llegó a su casa su abuela ya no estaba, pero toda la casa estaba revuelta, libros abiertos por el suelo los muebles tirados, Ainara busco por toda la casa pero no la encontró... se apoyo en una pared cuando de repente se abrió, había una sala pequeña con un sillón y una mesita donde estaba un libro. Ainara fue a cogerlo, pero cuando estaba a punto de tenerlo en sus manos olló un ruido desde abajo, rápidamente cerro la puerta, se quedó allí de pie cuando alguien pasó corriendo detrás de la puerta. Al cabo de unos minutos ya nadie estaba en la casa excepto Ainara, cogió el libro y se lo metió a su mochila, se fue corriendo a su casa y se encerró en su cuarto. Paso horas y horas encerrada mirando el interior del libro, pero todas las páginas estaban en blanco hasta que tuvo la idea de apagar todas las luces, al apagarlas vio que el libró se iluminaba, se acercó a ver lo que pasaba, vio que para ver el interior del libro tenía que apagar las luces. De repente entró su hermano pequeño gritando, Ainara cerro rápidamente el libro, y eso hizo que su hermano se pusiera más pesado, entró su madre e hizo que Daniel se fuera a su cuarto Ainara le dijo que gracias y se fue a dar una vuelta al parque. Cuando llegó vio a su novio, Marcos, besar a su mejor amiga, Laura, Ainara se puso tan furiosa que se plantó hay en medio para que se dieran cuenta de que estaba allí, cuando los dos la miraron se quedaron en shock y le pidieron disculpas, pasó un rato y Ainara se fue sin decir nada. Al llegar a su casa se encerró en su cuarto a llorar, hasta que...