4

662 40 5
                                    

Capítulo 4: En marcha.

[Narra Kira]

Ha llegado el día de partir, Klaery se aferra a mi brazo, asustada. La miro y le doy una pequeña sonrisa. Miro a mi preciado compañero, Nox, quién aguarda junto a los demás caballos.
Le acaricio sus crines, cabeza u hocico.
Los demás caballos tienen sus monturas puestas, excepto Nox.

-Ma-Maestra... ¿Y sus monturas?- dice Klaery. Se me hacía raro que me llame "maestra" ya que nunca nadie lo hizo.

-Eso es lo mejor de todo... Nunca las lleva- respondo con una sonrisa.

-Y lo peor es que no quiere a nadie más que a Kira- continúa Legolas.

-Porque era salvaje y fui yo con quién cabalgó por primera vez... Vamos Klaery, subirás primero.

Ella me mira con miedo, pero le acaricio el pelo en señal de que no pasa nada. Subo a Klaery con la ayuda de Legolas. Luego subo yo, había pasado una semana desde la última vez que lo monté y ya le echaba de menos.
Nos ponemos en marcha, no sé exactamente hacia dónde iremos, pero tengo el presentimiento de que haremos una pequeña parada en Rohan.

Horas cabalgando cuando el hambre se apodera de nosotros. Es hora de descansar, así que aprovechamos para comer. De mi bolsa saco una manzana y se la doy a Nox, luego me siento junto a los demás.

-Ahora ahorraremos un poco de comida ya que en este viaje los Hobbits no nos acompañan- dice Gimli. No puedo evitar sonreír. Merry y Pippin se dedicaban a comer como bestias, pero así era la naturaleza de los Hobbits.

-Yo nunca vi Hobbits- dice Klaery.

-Cuando acabemos con esto te llevaremos a la Comarca- dice Legolas- ya verás.

Suena como un padre hablándole a su hija, algo se remueve en mi estómago... ¿Qué es esto?

Terminamos de comer, al no tener tiempo para cazar ni hacer fuego acabamos con la primera ración de pan de Lembas. Los caballos de mis compañeros estaban atados, excepto Nox y Sombragris, acaricio los hocicos de ambos, uno creció a mi lado, otro fue domesticado por mí.

-Kira, espera un momento- dice mi padre, le miro de reojo- ¿hueles eso?

Olfateo un poco el aire, no puede ser... Ellas no.

-¿Quién lo diría? El primer problema con el que nos cruzamos y tienen que ser esas dos... Genial- digo sarcástica- No hagáis ninguna imprudencia -digo mirando hacia Gimli- si esto se vuelve más violento de lo que debería ser... Coged a Klaery y llevadla a Rohan, te lo dejo a cargo, Legolas- es obvio que esta carga no puedo dejársela a nadie más. Espero unos segundos, acaricio la empuñadura de mi espada- manteneos detrás de mí.

Entonces aparecen, sobre dos lobos (bastante grandes para ser lobos normales) dos figuras encapuchadas que podría reconocer en cualquier lugar, las Hermanas. Son dos brujas que una vez fueron aliadas de Sauron. Nunca nadie encontró su paradero, pensaron que estaban muertas. Pero no es así. Ambas sonríen mostrando sus dientes torcidos y amarillentos.

-Que presa más fácil... Es sólo una niña- decía una de ellas, Taeris.

-Podemos matar a los demás y quedarnos con la fuente de poder, la amada hija de Gandalf el gris- respondió la otra, Yamae.

-Tranquilas viejas, que no pasáis de esta- respondo con frialdad- Klaery, ponte detrás de Legolas- digo entre dientes.

Las Hermanas bajan de sus lobos, y se quitan sus capuchas, sus ojos rojos se clavan en los míos, no permitiré que se lleven a Klaery.
Un duelo con sólo magia sería algo difícil contra ellas, ya que son tramposas. Mi espada se calienta bajo mi mano, el flujo de energía es superior a lo normal. Con esto bastará.
Taeris hace una bola morado del tamaño de su mano, luego torna a un color negruzco. Todo pasa muy rápido, cuando quiero darme cuenta he partido esa bola a la mitad, haciendo que la energía de esta se desvanezca. Primero iré a por Taeris, ya que de las dos es la más débil. La energía fluye desde la empuñadura hasta la punta de la espada, haciéndola más ligera y letal. Consigo acercarme lo suficiente como para hacer un corte en su estómago de un buen tamaño y profundidad. Mi padre se enfrenta a Yamae mientras los demás nos cubren las espaldas. Es hora de acabar con esto.
Me abalanzo sobre Taeris, aprovechando que se desangra para cortarle la cabeza.
Miro a mi padre, luego a Yame. Vamos Kira, concéntrate. Pienso en fuego, noto como mi piel arde, luego miro hacia Yame. Es un blanco fácil. Se queda paralizada. Viejas técnicas invencibles que se pueden aprender fácilmente. La magia de los elementos es la más difícil de usar y ahora mismo, la cabeza de Yamae está ardiendo, hasta que explota.

-E-Eso fue increíble maestra- dice Klaery.

-Kira... No sabía...- antes de que mi padre termine de hablar le interrumpo.

-Yo tampoco supe que podría dominar los elementos- hago una pausa- será mejor que nos vayamos- miro a los lobos, aún siguen ahí- Dhaeum- digo en un susurro.

Esa palabra nos la enseñaron de pequeños para hacer que los siervos de brujas, brujos y/o demonios olviden todo lo que aprendieron, vieron y oyeron de sus amos, haciendo que vuelvan a su estado mental natural. Al ser lobos volverán a pensar y actuar como tal.

-Esto se pone serio ¿verdad?- dice Legolas acariciando mi espalda.

-Demasiado.

-Debemos ser cuidadosos...

-Y protegerla a toda costa, a saber cuantos irán tras ella...

[N/A]: Gracias estúpida inspiración por aparecer. Joder me estaba desesperando ya.
Bueno beibis, aquí tenéis lo que se llama "inspiración en la mierda, mente en el espacio".

AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora