Capítulo 1
Cuando Ivan salió del ascensor, escuchó un ruido de cristales rotos. El décimo piso de VIC Enterprises
se había convertido en una zona de guerra personal para VitalyChekhov después de que su becaria
Sarah Jenkins se despidiera. Tras contratarla para trabajar con él durante el verano, su relación laboral
se había transformado rápidamente en un idilio sexual, y su obsesión por ella iba en aumento.
Gracias a la rapidez con que la que ella asimilaba sus proyectos, resultó indispensable para conseguir un
acuerdo con dos autoridades portuarias de la costa este. Pero cuando se despidió, desapareció del
mapa, y si no hubiera sido por una de sus amigas, no tendría ni la más remota idea de dónde estaba.
Había pasado un mes y Vitaly no había podido dejar el trabajo para ir al rancho de su familia. Cuanto
más esperaba, más irritado se mostraba. Había sido imposible tratar con él durante la última semana.
Sonriendo a Laurel y Susan al pasar por la recepción, Ivan suspiró. Ser el jefe de seguridad no
significaba tener que calmar al director todos los días. Se alegraba de ser bastante corpulento, aunque
prefería no tener que vérselas con su jefe. Conocido por su mal genio y su conducta dominante, a Vitaly
no le gustaba ser dominado físicamente.
Apresurando el paso y relajando los hombros, Ivan entró en la oficina de Vitaly y cerró la puerta. Vio
cómo su jefe tiraba alsuelo de un manotazo todo lo que había sobre el escritorio.
-Buenas tardes, jefe. No vendría mal decorar el despacho, pero las formas se han vuelto un poco...
¿cómo decirlo?... estrepitosas. Se te oye tres pisos más abajo, y la gente se está empezando a asustar.
Con un suspiro, Vitaly se frotó el rostro y le miró. No había dormido desde que Sarah se fue. No
contestaba sus llamadas y estaba desesperado por hablar con ella y explicarle todo. Cuando ella llamó,
fue su ex-mujer, o quien estaba a punto de serlo, la que contestó el teléfono. Estaban celebrando su
divorcio. Como jamás se imaginó que se enamoraría de otra mujer, solo se habían separado para que
Nadia pudiera seguir cobrando beneficios, pero desde que Sarah empezó a trabajar con él, supo que
tenía que hacer las cosas bien. Pero no tuvo oportunidad de decírselo, y ahora ella se había ido.
-No le estás haciendo un favor a nadie. ¿Por qué no vas al rancho de sus padres y le dices lo que
sientes?.
-No me puedo ir ahora. Hay mucho que hacer.
-Claro que puedes. Tienes empleados muy capaces que pueden llevar el negocio cuando tú no estás.
Ya no es un equipo de un solo hombre. ¡Delega y lárgate antes de que empieces a perder al personal!
Asintiendo con la cabeza:-Tienes razón. Como siempre.
Levantándose, se dirigió a la puerta con Ivan pisándole los talones. Al pasar por la recepción, le dijo a
Laurel que iba a ausentarse durante unos días. Y con un esbozo de sonrisa, se disculpó por el desorden de la oficina. Ivan se metió al ascensor con él.
-¿Me estás siguiendo?
Encogiéndose de hombros, Ivan se apoyó contra la pared. -Te podría recordar que mi oficina está en la
planta baja. O… podría ser sincero y decirte que te estoy escoltando hasta el coche para evitar daños
mayores. Tú eliges.
Soltando una risotada, Vitaly se metió las manos en los bolsillos mientras esperaba que el ascensor se
detuviera. -De acuerdo, amigo.
*****
Al salir del aparcamiento, Vitaly pensó en dirigirse inmediatamente a la autopista, ya que había
memorizado la ruta para llegar al rancho de los Jenkins. Pero necesitaba ropa. Tras una parada rápida
para meter unas cuantas cosas en una bolsa y dar instrucciones a su empleada doméstica, estaba de
vuelta en la carretera en menos de una hora. El viaje le iba a llevar unas cuatro horas y esperaba llegar
por la tarde.
Pensó en la deseable jovencita de la que se había encaprichado en tan poco tiempo. Era tan inteligente
como apasionada, y con su precioso cabello rubio y sus apetecibles curvas, no se la podía quitar de la
mente. Debería haber hecho caso a Ivan cuando la contrató, y colocarla en el departamento de
marketing, pero en el poco tiempo que habían trabajado juntos, había demostrado ser un importante
activo tanto en lo profesional como en lo personal.
Gimió al recordar el baile que le había dedicado en elsalón de su casa. Aún estaba sorprendido de que
alguien tan apasionado hubiera sido virgen. Le gustaba pensar que había sido él quien había liberado la
tigresa que se escondía bajo la superficie.
Estaba tan perdido en sus pensamientos que casi se saltó la salida. Tras conducir durante más de una
hora por una polvorienta carretera, aparcó a un lado y salió del coche. Mirando hacia el valle, observó
un terreno salpicado de ganado hasta donde alcanzaba la vista. Creyó distinguir jinetes a caballo, pero a
esa distancia era difícil estar seguro. Volviendo a meterse en el coche, llegó a su destino y se detuvo
delante delrancho de los Jenkins. Al ver una oficina, se encaminó hacia ella.
Un perro estaba tumbado enfrente de una estufa, y una mujer corpulenta de unos sesenta y tantos años
salió de la parte de atrás del edificio.
-¿Le puedo ayudar en algo?
- Eso espero. Estoy buscando a Sarah Jenkins.
-Y ¿quién es usted?
-Vitaly. Vitaly Chekhov. Soy…-
ESTÁS LEYENDO
UNA AMANTE PARA EL MILLONARIO
RomanceSegunda parte de la saga el Millonario Chekhov de Leona Lee