Llevaba unos minutos parada en silencio junto a Justin, hombro con hombro, contemplando el lago extendiéndose frente a nosotros y las estrellas resplandecer junto a la luna sobre él. Me gustaba ver la forma en que sus pestañas hacían sombra en sus pómulos bajo la luz plateada, y los ángulos de su perfil.
De un momento a otro, rodeó mis hombros con su brazo, abrazándome y suspiró, manteniendo siempre la vista fija al lago.
-¿Qué crees que debería hacer? -preguntó, sobresaltándome.
-¿De qué estás hablando? -respondí enfocando mi vista en él, prestándole atención.
-Tiffany... me pidió que salgamos...
-¿Qué? -fue lo único que se me ocurrió decir, ¿salir? ¿juntos?
-Osea, no "salir, salir", no dijo nada sobre una cita. Simplemente me pidió que pasemos el día juntos mañana.
Un bufido escapó involuntariamente de mi pecho, ¿pasar el día juntos en una no-cita? ¡Sí, claro!
-¿Quieres? -pregunté mientras analizaba la situación mentalmente, volviendo la vista y concentrándome en un punto en el horizonte.
-¿El qué? -dijo sin entender a qué me refería.
-¿Quieres pasar el día con ella? -sentía sus ojos sobre mí, luego de unos segundos contestó:
-Sí, es una chica muy agradable. -respondió con la simpleza habitual, pero yo sentí algo más.
-Si lo quieres debiste decírselo, no preguntarme que hacer. -me encogí de hombros. Aún sentía sus ojos sobre mí.
-Quería tu opinión. -y simplemente escuchar eso me hizo sentir más fastidiada, enojada.
-No puedes depender de mi opinión.
-No lo hago, solo me interesa saber qué piensas. -su voz seguía sin perder la calma, acostumbrado a mis respuestas bruscas, él sabía que estaba enojada.
-Bueno, te lo dije ya. ¿Irás a dormir algo? Muero de sueño. Hasta mañana. -y con un rápido abrazo y un beso de él en mi frente, volví a mi cabaña.
* * *
Me desperté por un cosquilleo extraño en mi rostro y unas risitas. Al abrir los ojos, lo primero que vi fue dos cabezas muy cerca de la mía: la de Nat y la de Tiffany, con sus cabellos flotando sobre mí. Retrocedí con un sobresalto y casi caigo de la cama.
-¿Qué se supone que hacen? -gruñí mientras frotaba mis ojos, tratando de quitar el sueño. Extrañamente había despertado de mal humor.
Abrí mis ojos nuevamente y me levanté de un salto, Natalia y Tiffany seguían riendo, alcé una ceja, interrogativa.
-¿Qué es tan gracioso? -pregunté, aunque prácticamente, sonó como otro gruñido.
-No, nada. Solo que, como no despertabas, decidimos hacerlo nosotras, así podemos desayunar juntas. -dijo Natalia con una sonrisa.
Mi ceja de mirada-acusativa-interrogadora volvió a su lugar mientras consideraba el estado de mi estómago. No tenía hambre, realmente, pero un desayuno con ellas sonaba bien.
-Vale, deja que me dé una ducha, o me dormiré sobre el tazón de cereal. -respondí mientras me arrastraba al baño.