Ú N I C O

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Cuando digo te amo, quiero decir que te amaré por siempre. Porque es la única cosa que quiero hacer


I

Es una voluta de humo que se eleva al firmamento oscuro y poblado de nubes cargadas de agua. A TaeHyung no le gusta fumar, pero el frío es intenso, ha perdido su chaqueta favorita dentro del club, solo lleva puesta una playera de algodón demasiado ligera, y los pantalones pegados que poco pueden aportar para que él mantenga su temperatura corporal. Por supuesto, ha rechazado la propuesta de JHope sobre aplicar la física: ¡Tú y yo! Una cama, desnudos. Apuesto a que puedo hacerte entrar en calor.

Y, en la ironía de la vida, puede afirmar que está caliente, hirviendo, de coraje. Pero como haga algo al respecto, SeokJin va a alejarlo.



II

SeokJin bambolea la cadera y mientras se agacha, dándole la espalda a todos los presentes, desprende la prenda que cubre sus muslos y que solo se prendía mediante velcro. Los vítores no son acallados ni siquiera por el fuerte volumen de la música. Es el segundo mes que se sube al escenario, donde todas las miradas están fijas en él, y la emoción todavía es suficiente para calentarle las mejillas. Sin embargo, y por una razón en la que no quiere cavilar, en todo lo que puede pensar es en V, su cliente más guapo y agradable que parece no entender que él hace y no tanto para ganarse la vida.

Tampoco es que él se preocupe demasiado por lo mucho que V comienza a involucrarse con él, sabe que tarde o temprano se cansará de él y su actitud y toda la inmundicia que lo rodea.

Y no debería rememorar su rostro mientras él se desviste para cientos de ojos lujuriosos. En cuanto su función termine tendrá que ir por algo más que un trago. Necesita olvidar esos orbes avellana, y reemplazar el horrible sentimiento que nace en él con un poco de sexo.

Solo debería moverse con el dinero, así como el mundo.



III

Cuando cree que se ha ido sin él, lo ve aparecer caminando junto a otro sujeto. Bajo la luz anaranjada, lo reconoce como JungKook. Es un niño, poco más que eso, pero mira a SeokJin como si fuera luz.

El sentimiento amargo de verlos juntos va a dar a sus puños.

SeokJin no es luz, ni bondad, no hay virtudes mayores. Es un bailarín demasiado guapo, que compensa su torpeza con su cara bonita y la forma en que mira a los demás para convencerlos de que hagan lo que quiere. Es un demonio.

-Creí que no me esperarías - balbucea contrariado SeokJin en cuanto lo ve.

Él creyó lo mismo. Que por esa noche no iría a Fire, a ver como el hombre que quiere se ofrece a desconocidos. En cambio, soportó el frío, los cigarros y las malas miradas de los que llegaban a pasar por ahí.

Y no sabe cómo, ni por qué, pero él se queda. Aún después de que SeokJin pasa por su lado y se pierde en las sombras junto a JungKook.



IV

Es la tercera semana que termina y no hay rastro alguno de V. ¿Acaso no debería sentirse agradecido por ello? El mundo grita que sí. Y él no puede hacer otra cosa más que liarse un porro y dejarse besar por JungKook.

Keep on loving youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora