La casa de la ventana encendida

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  Desde que era muy pequeño, Anton estaba acostumbrado a salir de casa solo y a encontrarse ya en la calle con los otros niños. Vivía en un pueblo, que aunque estaba bastante cerca de la capital, era muy tranquilo con una tranquilidad que rozaba ya la monotonía. Estaba habituado a moverse con libertad y soltura por todas las calles. De día y cuando, sobre todo en invierno, se iba haciendo de noche. Y lo hacia con la misma naturalidad que el resto de los chavales. Aunque he cometido, sin querer, un error. He dicho que andaba tranquilo por todas las calles. Y no es del todo verdad. Había una que le asustaba, que le producía verdadero miedo. Una pequeña y destartalada casa de su misma calle. Deshabitada hacia mucho. Oscura, lugrube y solitaria. Cada vez que pasaba a su lado dejaba de respirar y se esforzaba en mantener el mismo paso lento que traía. Que no se le notara el miedo!. Pero al final acababa siempre echando a correr hacia su casa, incapaz de mirar atrás. Por que?

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2013 ⏰

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