*Capítulo 19*

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No sé qué pensar.

Luego de decirle que le quiero y volver a besarme, se separó un poco de mi.

Lleva mirándome, puedo jurar que dos minutos enteros, sin parpadear. No sé cómo sentirme al respecto.

Intento levantarme pero no me deja. Me sujeta fuerte de la cintura. Pero no dice nada.

-¿Por qué  no dices nada?- pregunto en un susurro.

Sigue sin contestar y me desespera.

-Ian...-susurro de nuevo. Y ahora si, se hace para adelante, pegándose a mi cuerpo y juntando nuestras frentes.

-¿Sabes? Creo que queda bastante clara mi posición contigo- suelta haciéndome fruncir el ceño- Ahora, solo tienes que pedirme que pare.

Sonrío levemente y soy yo la que vuelve a juntar nuestros labios.

-Cállate-le digo en un susurro, sorprendiéndome por el tono ronco de mi voz.

Él suelta una carcajada y se deja caer de nuevo en el espaldar del sillón.

-Te ves demasiado bien encima de mí- dice mientras me sujeta la cadera y me arrima mucho más a su cuerpo,haciendo que mi vestido se suba más en mis caderas.- Podría acostumbrarme a tenerte así más a menudo.

Sonrío y escondo la cara en su cuello, empezando a repartir pequeños besos.

-Podrías, pero no creo que suceda eso.

-Y eso ¿por qué?

-Estás hablando demasiado, puede que me canse- le digo para molestarlo.

Él me separa de su cuerpo y me mira con el ceño fruncido.

-Retira eso- me agarra la mandíbula- Retíralo o me veré en la obligación de hacer que lo retires. Puede que no te guste mi método.

Sonrío con chulería y vuelvo a acercarme a su cara, restregando nuestras partes íntimas.

-Y ¿Qué pasa si resulta que si me gusta?- susurro en sus labios con una sonrisa.

-Mierda- susurra e inesperadamente se levanta del sillón conmigo en brazos y empieza a subir las escaleras.

Llegamos a su habitación y una vez dentro, me deja en el suelo y cierra la puerta.

Se acerca de nuevo a mi y me besa de nuevo, pasa un brazo por mi espalda y nos hace caminar hacia atrás, hasta que chocamos con la cama. Me da la vuelta y empieza a besar mi cuello, mientras busca la cremallera del vestido y empieza a bajarla.

-Nena- dice pasando ahora a bajar la tira de mi hombro izquierdo y dejando besos por ese área.

-¿Um?- intento preguntar, pero lo único que sale es un jadeo.

-No dudes que también te quiero-dice y me doy la vuelta.

Lo miro a los ojos y empiezo a quitar los botones de su camisa. Cuando termino, le quito la prenda y me separo y quito el vestido de mi cuerpo. Dejo un beso en el centro de su pecho y subo hasta su boca, atreviéndome a meter mi lengua en ella. Me acerca más a él y en lo que se entretiene en mi boca, bajo mis manos, quito su cinturón y abro el cierre de su pantalón y él se los termina quitando.

No pierde el tiempo y me desabrocha el sujetador, lo quita del todo mientras va bajando por mi cuerpo, dejando un camino de besos, desde mi boca, pasando por mi mandíbula, mi cuello, clavícula y llegando a mis pechos, dejando un único beso en medio de estos. Me mira y me coge en brazos, haciendo que rodee su cintura con mis piernas. camina hasta el lateral de su cama y me tira en ella, subiéndose encima mía y besando, otra vez en medio de mis pechos, me mira y continúa su camino besando hasta mi ombligo.

-Ian...- susurro.

Él sonríe. El maldito sonríe y sube hasta la altura de mis pechos nuevamente, y con la punta de su lengua remarca mi pezón, haciendo que se erice.

Jadeo cuando se mete mi pecho en la boca y empieza a succionar. No es la primera vez que lo hace, pero siento que esta vez es diferente. Llevo una de mis manos a mi otro pecho y aprieto débilmente. 

Muerde con delicadeza mi pezón, antes de darle la misma atención a mi otro pecho.

Llevo mi mano a la parte trasera de su cabeza y empiezo a acariciarle el pelo.

-Sube-le pido en un jadeo. Me ignora y baja hasta el borde mi tanga- Ian...- vuelvo a susurrar, pero no puedo decir nada más. Lo siguiente que siento es su lengua pasando por la tela de mi ropa interior. Dejándome estática. No soy virgen, lo sabe, pero no tengo mucha experiencia y esto es algo que nunca he hecho.

-Quiero esto- susurra mirándome y enderezándose en la cama, quedando de rodillas frente a mi-Pero no sé qué tan lista estás.

Miro incorporo levemente en la cama, separando solo mi espalda, con las manos en mis pechos y mirándolo fijamente.

Su pecho sube y baja con irregularidad, espera una respuesta y sé que sea cual sea, la respetara, así que solo me dejo caer nuevamente en la cama mientras, sin quitar mi mirada de la suya, flexiono mis piernas y las dejo abiertas para él.

Se relame los labios y aún de rodillas se mete entre mis piernas. Lleva su mano derecha a mi rodilla y empieza a bajar, acariciándome débilmente, hasta llegar al borde de mi tanga ¡, enganchar sus dedos y empezar a quitar la prenda.

-Me las quedaré- dice dejándolas a un lado de la cama y bajando nuevamente su cara a mi zona íntima. Esa que necesita un poco de atención ahora mismo, y que él, por suerte, le da.

No pensé que podría llegar a gustarme tanto que Ian tuviera su cara enterrada en mi parte íntima. Llevo mi mano en su pelo en la primera lamida  y echo la cabeza para atrás, soltando un gemido.

Después de lo que parece, el tiempo suficiente para que se quede satisfecho,se separa, se pone el preservativo y sube por mi cuerpo, dejando pequeños besos y lamiendo en medio de mis pechos, hasta llegar a mi boca.

-Exquisita- susurra y lame mis labios.

-Hazlo ya- pido.

-Desesperada- sonríe y mete una de sus manos entre nuestros cuerpos.

Siento como coloca su pene en mi entrada y mirándome a los ojos, entra en mi. Me arqueo y él cierra los ojos.

-Joder- jadeo - Muévete- pido y lo hace. Empieza a moverse, primero entra y sale poco a poco y luego con más ímpetu, haciendo que jadee cada vez más fuerte.

Una pequeña capa de sudor nos cubre y cuando siente que estoy por terminar, se acerca todo lo que puede a mi cuerpo, sin llegar a aplastarme, aprieta mi cadera con una de sus manos, mientras con la otra se sostiene y no deja de moverse.

-¿Esta vez sí?- pregunta en mis labios.

Asiento mientras cierro los ojos y llevo mis manos a su cadera, instándole a moverse más rápido.

Lo hace y después de tres estocadas más me dejo llevar, jadeando alto, dejando que él se tome su tiempo, que llega después de unos segundos más. 

Me mira y me sonríe, dejando un beso en mi frente, que está cubierta de sudor, pero que parece no molestarle.

Se separa de mí y se levanta de la cama, caminando a la puerta que da al baño compartido, se quita el condón y lo tira a la basura, para volver de nuevo a la cama.

-¿Quieres una camiseta?- pregunta mientras se pone el calzoncillo de nuevo.

Niego y se acuesta nuevamente en la cama, esta vez a mi lado, agarrándome de la cintura y dejando un beso en mi hombro derecho.

-Buenas noches bebé- me dice antes de cerrar los ojos. Me quedé mirándolo unos minutos más y sonrío. 

Lo quiero. 

Me acurruco mejor en sus brazos y cierro los ojos.







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