Todos hemos tenido que madurar queramos o no. A veces la vida nos gasta esa pequeña putada y nos hace cambiar los esquemas. Y entonces, es cuando tu mundo cobra de una vez por todas sentido. 2 personas, una guerra, un internado, ¿vencerá el amor o l...
- Entonces, llegamos, nos ponemos no muy alejados de ella pero lo suficiente para que nos vea, y cuando nos haya mirado te lanzas y me besas en sus narices - Aclara Alice mientras se dirije a la salida al exterior - haciendo que esta se entere de todo y no sepa que hacer, ya que si sale corriendo demostrará que te quiere, pero si ni lo hace tendrá que aguantarnos - Añade comenzando a caminar. - Perfecto, vamos a joder bien a esa zorra de una vez por todas - Afirmo yo mientras cojo la cintura de mi novia. No entiendo como puedo quererla tanto a momentos y querer dejarla al mismo tiempo. - ¿Donde estará? - Pregunta extrañada al ver que no se encuentra a plena vista, lo más seguro es que no esté, nos las hemos dado de listos pensando que se encontraría por aquí pero ya veo que no.
Seguimos andando por los alrededores hasta que algo capta nuestra atención, a lo lejos dos personas se están liando sentados en un banco. Dios, que puto asco. ¿Qué clase de persona se lia con alguién en un banco? Hay que ser guarro. A saber la de culos que se sienta ahí... Espera... Dime que esa no es... - Lara - Contesta Alice, señalando con el dedo hacia el mismo banco nombrado anteriormente, atónita por lo que se muestra ante sus ojos.
Siento un dolor en el pecho, no entiendo muy bien la razón pero es algo que nunca antes he notado. Desde que los he visto he sentido como una parte de mi se rompia y desconozco el por qué. ¿No será que sientes algo por Lara? Ni en broma voy a sentir yo algo por ese bicho repugnante que parece salido de una pelicula de terror. Pues es extraño que hayas sentido eso nada más saber que era ella la que se estaba comiendo la boca con el inútil de tu compañero Jesus. Conciencia, porfavor, dejame en paz.
- Cariño, vamonos de aquí - Mumuro empujando a la rubia alejandola de donde nos encontrabamos para evitar ver más esa escena, la que me estaba poniendo nervioso. - ¿Y nuestro plan? ¿Acaso se te ha olvidado Dylan? Dime que no te ha molestado ver a esa puta morrearse con el moreno - Comienza a cuestionar ella, la cuál cuando sospecha algo no para de atosigarte con multitud de preguntas de las que la mayoria, no puedes contestar.
¿Y si es verdad? ¿Y si siento algo por ella? Imposible Dylan, es la persona que se ha hecho odiar más rapido en tu vida, no puedes estar notando nada por ella. Es verdad. Pero entonces giro la cabeza y los veo.
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No hacen mas que tontear el uno con la otra y me resulta imposible contestar a la rafaga de preguntas que me lanza Alice sucesivamente, me siento inutil sin poder hacer nada para poder evitarlo.
- He dicho que nos vayamos - Exijo andando por donde hemos venido ignorando si viene detrás mia.
Bien hecho Dylan. Tu plan contra Lara se ha vuelto contra ti. Lo llaman Karma y el Karma siempre devuelve.
Lara
Me separo despacio de los brazos de Jesus. No entiendo que acaba de pasar y la verdad que tampoco tengo intención de saberlo. ¿Alguién me explica cómo acabo liandome con las personas que menos quiero? De verdad Lara, no tienes remedio, cada día avanzar un paso para ser coronada como la reina de los gilipollas. Miro el suelo embobada a la vez que jugueteo con un mechón de mi pelo rezando para que todo lo que acaba de pasar fuera un sueño. Pero no. Lamentablemente es la realidad y toca asumir las consecuencias que esto conlleve.
- Lara... - Susurra él clavando sus intensos ojos azules en los mios - Esto... No se como decirlo - Continúa buscando la forma apropiada de contarme algo que aún desconozco - Creo que lo mejor para ambos es olvidar lo que acaba de pasar, tu sigues con tu vida como hasta hace unas horas y yo también. Borramos este momento de nuestras mentes y continuamos como si nada. - No entiendo bien a que viene lo que me has hecho, es decir, apenas me conoces y sin embargo te has lanzado sin pensarte dos veces - Declaro yo intentando entrar en razón pero no, no lo consigo. - Entonces... - Cuestiona él dudoso de mi decisión. - Olvidémoslo - Musito yo mientras nos fundimos en un calido abrazo que me hace desconcentrarme momentaneamente y pasar de la incómoda situación.
