Mi mayordomo [MikaYuu] |Terminada|

→ XXVIII: Tercer mes

Yo estaba demasiado gordo.

—Yuu-chan, ya deja de mirarte en el espejo y ven a comer —se quejó mi rubio mientras me observaba.

—¡Mírame! —chillé—. ¡Me veo como una ballena! ¡estoy horrible!

—Calma, calma, es sólo el embarazo, tú...

—¡Estoy gordo y feo! —sollocé—. ¡Y tú sigues tan sexy con tu cuerpo perfecto mientras yo engordó más y más!

—¡Yuu-chan! —regañó.

Cuando vi su ceño fruncido me quedé callado sabiendo que lo había hecho enojar.

—Basta, ¿quieres? —asentí—. No estás gordo, es sólo el embarazo como ya te he dicho muchas veces; tú eres muy lindo y así con pancita te ves adorable, además, deja de estresarte, le hace mal a nuestro bebé.

—S-Sí.

Suspiré y terminé de vestir bajo la mirada de mi adorado novio, el cual me sugirió ir al centro comercial para comprar ropa para mí de una talla más grande.

—¿Ropa más grande? —pregunté un poco dudoso.

—Sí, no quiero decir que estés gordo, eso nunca —aclaró antes de que yo protestase—. Es para que tengas más movilidad, porque te crecerá aún mas la pancita.

—Está bien —acepté.

Tras desayunar y terminar de arreglarnos, ambos salimos camino al centro comercial; las personas, como era habitual, no dejaban de ver a mi novio, pero yo marcaba mi territorio al tener su mano agarrada con la mía.

Al llegar al centro comercial, estuvimos en varias tiendas mirando ropa para mí y todo ese asunto; hasta que terminamos en la que estábamos en el momento.

—¿T-Te gusta? —pregunté al salir del probador con una camisón rojo que me llegaba por los muslos.

Mika se quedó callado mientras me miraba fijamente.

—Estás... —pronunció, pero le interrumpí antes de que terminara de hablar.

—Horrible, no tienes que decirlo —renegué adentrándome otra vez al probador.