Dicen que la vida en el mar es más sabrosa y pues no tengo ninguna duda de ello pues en el he conocido los mejores placeres de la vida, sexo y sobre todo amor. Como buen navegante y adicto a las pasiones de la vida, tenía una meta, probar a todas las mujeres que pudiese en mis viajes y vaya que las probaba...
-Oh... Dios Stephan... si...no pares por favor-
- ¿Te gusta sentirme así nena?
-Si... vamos no pares...
-Vamos córrete para mi preciosa- y diciendo eso ella estalla en un magnífico orgasmo que me hace querer cogerla más.
-Eso ha sido... Excelente- dice jadeante a mi lado- eres el mejor en la materia, ¿Cuándo lo repetimos?
-Lo siento querida pero no repito
- ¿Me estas jodiendo cierto? - la miro a los ojos, ¿acaso no prestó atención a nada de lo que dije antes? -me das el mejor sexo de mi vida y me dejas como si nada
-Quizás yo seré el tuyo, pero yo he tenido mejores que este-dije encogiéndome de hombros.
-Eres un desgraciado- dijo tomando sus cosas y marchándose.
No lo tomen a mal yo fui claro con ella y aceptamos sexo por placer, jamás incluí sentimientos por ella, solo pararé cuando encuentre a esa chica que me haga sentir vivo dentro y fuera de la cama.
Mi visita a la isla dos marinherios está por terminar y vamos a partir a isla grande. Me contaron que las islas de Brasil eran hermosas y vaya que lo son, he visitado toda Europa y gran parte de América, pero nada se compara con esas bellezas hasta ahora.
- ¿Qué tal tu noche salvaje tigre? -dice Juan cuando voy llegando al bote
-Bueno... he tenido mejores- digo restándole importancia
-El día que conozcas a la mujer indicada vas a sufrir por que no la vas a poder tener
-Cuando eso suceda dejare la promiscuidad
-Pagaría por ver eso
- ¿Ya está todo listo para irnos?
-Si capitán estamos listos
-Bien... Iré a buscar algo para el viaje, muero de ganas de...- no pude terminar la frase cuando tropecé con alguien y caímos al agua.
Al salir a la superficie pude fijarme que era una chica. Su ropa mojada se pegó a su cuerpo y vaya cuerpo que tenía.
No pude evitar mirarla algo en ella me era familiar -¿Se te perdió algo imbécil?- y vaya carácter que tenía. Bien, me gustan las difíciles.
-Lo siento no puedo dejar de observar tanta belleza- dije mostrándole una sonrisa de esas que nunca fallan.
-Vete a la mierda pendejo y para la próxima vez fíjate por donde vas- y dicho eso salió del agua vociferando otras cosas que por la distancia ya no podía percibir.
-¿Tu nuevo método de conquista es tirar a las chicas al agua?- dijo Juan extendiéndome una toalla al salir del agua.
-Ja ja ja... Muy gracioso, pero algo me dice que volveré a verla y cuando eso suceda esa niña será mía ya verás.
Han pasado varias semanas desde que partimos y no soy de regresar a los lugares que ya he visitado pero esa chica tiene algo que me atrae y no descansaré hasta tenerla en mi cama. La he buscado por todos lados y no da señales de vida, ¿acaso la habré soñado? Vuelvo al bote cansado de buscarla por todos lados creo que es hora de seguir y olvidarme de ella.
- ¿Pudiste encontrar a la misteriosa chica? - pregunta Juan
-No amigo y creo que me estoy volviendo loco. Llevo días pensando en ella, ya no duermo pensando en que más podría hacer para encontrarla- digo frustrado. Jamás me había pasado algo así con ninguna de las chicas anteriores y ni siquiera la he tenido en mi cama, ¡Joder! Definitivamente algo está mal conmigo.
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Un Mar de Deseos
Short StoryDéjame navegar en las aguas de tu amor, déjame demostrar el deseo que vive en mi por ti, déjate llevar por este MAR DE DESEOS. Está historia participó en el concurso #BoomAwards