Capítulo 1.

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Días después.
Cerré mi casillero con demasiada fuerza espantándo a mis otros compañeros con el ruido.
Sí, aún voy a la escuela.
Todo es normal.
Por ahora.
En cuanto mi barriga empiece a crecer, empezarán los estúpidos chismes, las miradas con desaprobación, los insultos de las populares como "¡Que zorra!" "¿Cómo fue tan irresponsable?", etcétera.

En cuánto al padre...Ross, él no sabe nada.
Obviamente no quiero que él se entere por las estúpidas chismosas. Quiero que lo oíga de mí.

Y se preguntarán...¿Cómo es qué Ross es él padre?

Bueno, tomen asiento y preparen un chocolate que esto va a tardar.

Todo comenzó hace 3 años cuando entré a la escuela, yo, erá la típica chica tímida, que no hablaba porque no conocía a nadie. Un día normal sentada en la cafetería, se acercó Ross preguntándome si podía sentarse, yo solo asentí. Ross empezó a entablar una conversación muy amistosa conmigo y poco tiempo después nos volvimos amigos inseparables, éramos tán unidos y tán fuertes juntos. Vivímos muchas cosas juntos. Luego fuí agarrando confianza con mis compañeros del salón y de la escuela también. Poco tiempo después, se podría decir que me volví algo "popular" por mi carisma (era lo que todos decían), pero como siempre tiene que haber una mala en la historia, ¿no? Bueno, su nombre es Madisson. Ella trató de hacerme la vida imposible, pero todo lo que hacía o me decía me entraba por un oído y me salía por el otro, no me afectaba en lo absoluto. Ella trataba de hacerme caer en los celos, abrazaba a Ross, susurraba cosas en su oído, pero como ya dije, se me resbalaba como mantequilla. Cuando se dió cuenta que ninguna de sus idoteces me ponían triste, decidió "hacer las pases" conmigo. No me molesto en lo absoluto, ya que no tenía nada en contra de ella.
Hace como 6 semanas, Madisson organizó una fiesta semáforo, invitó a todos los "populares" y a las "fresitas" los cuales estaban ansiosos por la fiesta impartida por Madisson. El día de la fiesta vestí un vestido negro ajustado al cuerpo, tacones negros abiertos y una calcomanía en mi pecho de color verde, lo que significaba disponible. Había varias personas que vestían de amarillo, otras de rojo, y otras de verde. Cuando yo ya estaba algo ambientada y tenía una cerveza en mi mano derecha y un vodka en la mano izquierda, seguía bailando y pidiendo alcohol.
Tragos después mi vista era borrosa, se me dificultaba al hablar, pero para mí ese no era impedimento de seguir bailando. Lo último que recordé de esa noche fue a Ross bebiendo demasiadas copas, casi igualándome y tiempo después sus labios sobre los míos y sus manos tocándome por todas partes. Tocaba mis senos, mi trasero, todo de mí con lujuría mientras me besaba feroz. La mayoría de los recuerdos de esa noche se borraron. Y sólo recuerdo haber despertado desnuda, en la cama junto a Ross. Me espanté al verlo junto a mí también desnudo. Solté un chillido despertando a Ross. Ambos nos quedamos atónitos al ver lo que ocurría, nos pedimos explicaciones, nos gritabamos, todo.
Prometímos que eso no afectaría a nuestra amistad, y se ha cumplido.

¿Pero qué pasará ahora que sabrá que es el padre?
Demonios.

Porque fue tan idiota y no uso el maldito condón.
Maldito seas Lynch.

Me dirigí a la cafetería de la escuela. Tomé una bandeja y me serví unas uvas, un sandwich, un licuado, unas frituras, una manzana verde y un poco de fruta picada.
¿Qué?
El embarazo me provoca hambre.

Me fuí a sentar en una banca vacía, tenía ganas de estar sola.
En cuanto me senté la puerta de la cafetería se abrió rápidamente dejándo ver al padre de mi futuro hijo.
Bufé al verlo.

Ross buscó algo con la mirada.
Al verme y hacer contacto visual con él me hizo un gesto de picardía y se dirigió a mi.
¡Ay no!
Ross me sonrió y se sentó frente a mí.

--Hola pequeña _____.-Saludó sonriente-

--Hola pequeño Ross.-Susurré y forcé una sonrisa que más bien se vió como una mueca-

--¿Qué tienes?-me preguntó tomando mi mano-

Mi estómago se revolvió cuando tocó mi mano.
No sabía como él reaccionaria.
Tragué grueso.

--Nada, solo hay algo que...-pausé y comí una uva- Hay algo que debemos hablar.

--Bueno pues suéltalo!-agarró una de mis frituras-

--Pero es algo muy importante y no te lo puedo decir aquí.

--Entonces...a las 6 en mi casa?

Asentí.

-Okey pequeña ____, hasta entonces.
Se despidió y dió un beso sonoro en mi mejilla.

Sentí como mi cuerpo se estremecia, no podía hacer esto.
El decirle a Ross sobre el bebé me está matando.

Me levanté de la banca y me fuí a mi casillero.
Ya ni ganas de comer tenía.

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×Rayita Lynch×

¿Otra vez tú? RLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora