10.EL MUNDO ES FEO

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  Ese día no fue unos de los mejores del curso, al contrario.

Las cosas iban mucho mejor con Frank a su lado. Por eso ese día volvieron a empeorar.

A Frank le había cogido un fuerte catarro, por lo que había considerado que lo mejor era quedarse en casa.

El hecho de que Gerard hubiera pasado el día solo como en los viejos tiempos, se había convertido en una mayor oportunidad para sus abusones de molestarle. Especialmente con los absurdos "¿Qué ha pasado, saco de grasa, es que tu noviete se ha cansado de ti? No me extraña, supongo que se ha dado cuenta de que eres demasiado 'pesado'.", jugando con el doble sentido de ese último adjetivo y, como siempre, riéndose de su peso a pesar de que ya estuviera un poco más delgado.

Y, también como siempre, Gerard no decía nada. Tan solo volvía a sentirse inútil y nada querido como antes.

  Cuando el timbre que anunciaba el inicio del recreo sonó, Gerard ya se temió lo peor.

Una vez fuera, se encaminó hacia el mismo sitio en el que durante esas últimas semanas solía sentarse con Frank.

Poco después de poner el culo en el suelo, ya vio a Chris y su pandilla ir hacia él. "Genial..." pensó irónicamente.

  —¿Qué, gordo, está rico el bocata? -le espetó en un tono despectivo señalando su desayuno, el cual acababa de morder—. No creo que te vaya muy bien, pero. Déjame hacerte un favor.

Acto seguido, Chris le clavó una patada en el brazo que, además de dolerle, hizo que su bocata saltara por los aires. Uno de sus amigos lo recogió y lo tiró a la papelera que estaba justo al lado.

  —Así pronto estarás mas delgado y guapo. Puede que incluso tu querido Frank te quiera otra vez —sonrió maliciosamente antes de irse. Ya se había terminado la diversión allí.

Ese día no solo estaba sin Frank, ahora también se quedaría sin desayuno. Sus tripas rugían pero no quiso hacerles caso. Puede que el bocata siguiese entero dentro de la papelera, pero estaría sucio y lo único que conseguiría es que se rieran aún más de él. Tampoco había querido nunca comunicarle ninguna de esas humillaciones a ningún profesor o profesora, pues eso solo conllevaría tener más problemas.

¡Él solo quería tranquilidad! ¡¿Por qué?! ¿Por qué tenían que meterse con él solo por ser 'gordo' o con Frank por ser bisexual? ¿Por qué no les dejaban en paz? ¡Tranquilidad! ¿Tanto pedía?¿De verdad el hecho de que fueran 'diferentes' a los demás les daba a todos el derecho de menospreciarles? ¡Era muy injusto!
Era muy feo. El mundo era feo.

  De repente, se acordó de Frank. De lo protegido que se hubiera sentido en ese momento si hubiera estado a su lado. No le hubiera afectado tanto lo que le acababan de decir, pues habría sabido que al menos alguien le quería tal y como era... Porque Frank le quería, ¿no? Bueno, al menos le había besado y habían tenido sexo juntos. Pero aun así, ¿seguro que eso significaba algo para Frank?

Porque para él sí. Él sí que quería a Frank. Lo amaba con todo su corazón, cada día más. Antes pensaba que el amor no existía, pero ahí estaba, enamoradísimo de aquel chico tan especial.

Vio su cara proyectada en su mente. Pensó en cómo le miraba ese día que compartieron paraguas bajo la lluvia, ese día en el que le besó por primera vez en el baño del instituto, el día en que tuvieron sexo en su casa... Ese precioso rostro.

  Con Frank, había aprendido a ver las cosas de otra manera.

Él tenía razón al hacerle ver que los dos eran especiales, pues ahora veía que eso era precisamente lo que les molestaba a los demás, los cuales eren tan solo una panda de chicos asustados de mostrar como eran en realidad, prefiriendo seguir al rebaño, señalando e intentando invalidar a los más valientes antes que ser fieles a sí mismos. Sí, Gerard y Frank eran los valientes, los que se atrevían a dejarse llevar y a mostrar cómo latía y qué les decía su corazón. Y, eso, a la larga, les hacía también más felices que los cobardes que ignoraban la esencia imposible de anular por más que lo intentaran del suyo aun cuando éste ardía intentando liberar la fuerza y la inigualable personalidad de las invencibles llamas presas del miedo. El miedo se veía reflejado en el hecho de que, siendo ellos dos luchando juntos, los corazones cobardes necesitaran ser prácticamente un ejército para ir en su contra.

Ya había superado muchas noches de oscuridad y luces cegadoras, ahora ya no lo tenía que hacer solo, sino junto a Frank. Ya daba igual que se metieran con él o que hubiera días malos y oscuros. Después de cada vez que el sol caía y que oscureciera el cielo había una nueva y brillante mañana, eso es algo que tenía comprobado gracias a Frank. Pero ese día se sentía vacío sin él.

Definitivamente, el mundo era injusto y feo. Pero eso parecía desvanecerse o al menos reducirse un poco gracias a personas como Frank, combatiendo esa fealdad con una gran dosis de belleza. Ya no solo por su físico, sino también su belleza interior. Todo parecía un poco más bonito al lado de Frank, ya fuera porque, tal y como lo creía Gerard, ese maravilloso chico realmente conseguía iluminar todo lo que tenía alrededor o porque, en consecuencia de su enamoramiento, Gerard se olvidaba de toda la tristeza que les rodeaba concentrándose así en lo que para su corazón enamorado era la imbatible belleza de Frank.

Gracias a Frank había dejado de llorar en silencio con la necesidad de sacar lo inútil e indeseable que se sentía por las noches. El llanto ya no le ayudaba, básicamente porque no lo necesitaba. Frank le había secado las lágrimas de dolor, las cuales le impedían ver un futuro que podía y empezaba a ser brillante. Gracias a Frank, ahora empezaba a creer un poco más en el mundo pero sobretodo en sí mismo, en su característica personalidad y su única esencia.

Eso era lo que Gerard era, con sus virtudes y sus fracasos. Y tenía que aprender a confiar en eso, pues eso era justo lo único que nunca nadie le podría quitar y que no le abandonaría. Y esperaba que Frank tampoco lo hiciera... Porque no lo haría, ¿verdad?

  Lo que Gerard no sabía es que, en otras circunstancias o en otra vida ya explorada, aún no conocería a Frank, pero sí se hubiera visto obligado a dejarlo al cabo de unos años. En una vida pasada.

Pero no en esa.

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Espero que tengáis un buen día y que estéis disfrutando de este fanfic. Tanto si es así como si hay algo que no os gusta, no dudéis en dejármelo saber con un comentario, os estaría infinitamente agradecida. 😊

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