Una tarde de Otoño en la ciudad de New York, dos jóvenes, cuya amistad se notaba desde la niñez, se encontraban haciendo deporte en el parque como habitualmente lo hacian, sin embargo, algo era distinto en el ambiente aquél día, pues habían notado la presencia de una chica bastante extraña que llamó la atención de uno de ellos, sentada en una banca con sus cabellos negros callendo en su espalda y sus ojos contemplando el horizonte como si observara la obra de arte mas hermosa del mundo; el mayor de los chicos no le prestaba demasiada atención, la conocía un poco, pero nunca se había dignado a articular palabra con ella, el otro muchacho, a diferencia, se mostró inquieto ante el comportamiento inusual de la extraña inquilina de aquél parque.
—Oye— Mencionó por fin a su acompañante, presa de la curiosidad —.¿Sabes algo de la chica que está allá sentada? La he visto ahí a menudo— El curioso miró a su amigo interrogado esperando que éste le diera respuesta alguna.
—Si... Es la hermana de Melody creo que su nombre es Raquelle—. Exclamó su amigo rubio mostrándose indiferente ante la presencia o el comportamiento de aquella jóven.
—Es... muy bella, tiene cierto parecido con la señorita Melody pero nunca había notado su presencia—. Contestó el castaño con sus ojos puestos en la chica que contemplaba el parque con ojos soñadores y entonces concluyó —¡Quiero conocerla!
El jóvenes con gesto decidido marchó dispuesto a dirigirse a ella y saludarla, pero el otro lo detuvo bruscamente.
—¡No te le acerques, Will!- Le gritó haciendo que este se detuviera y voltease de inmediato —.¡Está loca!—
Espetó haciendo que el chico que respondía al nombre de Will se desconcertara.—¿...Loca...?— Repitió creyendo haber escuchado mal la advertencia o esperando que el rubio estuviese bromeando.
—Si, loca... Y deja de mirarla,solo finge no haberle notado, ¿De acuerdo?—. Pidió el mayor con ojos de estrés, el castaño solo asintió con la cabeza pero no se la podía sacar del pensamiento, ¿por qué decía que estaba loca? ¿Cuál era su problema? ¿Que más se escondería tras esa mirada fija, alegre pero a la vez triste y nostalgica?, tal vez nunca lo sabría, apenas se lograba concentrar en el juego... Quería hablarle, saber qué le pasaba, pero su acompañante no se lo permitiría, debía esperar.
La actitud del mayor era totalmente distinta: Solo quería ejercitarse con su amigo como de costumbre, pero ahora no quedará en paz hasta haberle hablado a esa chica y tal vez, hasta quitarle el trastorno que aparentemente tiene, no se quejará, seguramente era igual a su edad, de ser otro el caso no se opondría a su curiosidad, pero le molesta un poco el hecho de que quiera hablar con una demente, esa niña no debería estar sentada en una banca en medio de un parque, debería estar encerrada, seguramente su bella hermana le daría alguna clase de medicamento para poder controlarla, todo está bien siempre y cuando Will no entre en plan de «amable» y tenga alguna clase de contacto con ella, gracias al cielo su novia, Melody, no era igual, porque si así fuera trataría de alejarse de ella como lo hace con su hermana, Will estaba idiotizado, seguramente sacando teorías sobre la chica, o pensando en lo que le diría si llegasen a hablar, Alex no entendía ¿Cómo puede pensar en una conversación con ella? Él apenas se atreve a saludarla y evita cualquier contacto visual con ella, se dirigió a su atontado amigo.
—Seguramente... Toma alguna clase de medicina para calmarse—. Le explicó, él solo vió como la chica se levantaba lentamente y se alejaba de allí, le daba pena: Caminaba sobre ese suelo, pero vivía en otro universo. Su teléfono comenzó a sonar.
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Ojos De Esmeralda, Mente De Perla
Non-FictionTodos estamos locos, pero pocos lo demuestran Todo empezó con un rumor... Un rumor que lleva a otro y a otro, dicen que no se debe juzgar por la apariencia... ¿Tambien cuenta esto con la apariencia del carácter? De todos modos... No podrá ser nada m...