—Victoria, ¿falta mucho para acabar este día?
— No, ya solo falta una persona para acabar las entrevistas.— Gracias a Dios, hazla pasar por favor.
— Buenos días, mi nombre es Alina y soy la que le atenderá en esta entrevista. Tome asiento por favor señor.... señor...
— Juan.
Estaba tan engreída ojeando su currículum que no lo había visto a los ojos.
— Y dígame señor Ju... an — mis palabras se entre cortaron cuando lo vi, me puse pálida y fría del susto —
— Eres tú — dije entre labios —
— Disculpe señorita ¿dijo algo?Caí a la realidad de golpe.
—No, nada, tome asiento por favor. Y dígame Señor Juan —trague grueso — ¿Qué lo trae por aquí?
De vuelta a casa pensaba en lo casual que era la vida, o quizás que trágico era el destino. Al inicio creí que ese hombre era una fantasía y no existía hasta que lo vi hace un tiempo en una larga presa y ahora aparece aquí. Este hombre es tan parecido a alguien pero ¿a quién?
Me estacioné frente a la cafetería de la última vez en donde le conté a Regina sobre Diego. Tenía tanta curiosidad por ese hombre que me detuve a revisar de nuevo su currículum.— Ricardo, ¿cómo éstas?
— Aquí en la lucha Alina ¿qué vas a querer?Ricardo era el dueño de la cafetería y un gran amigo mío desde hace varios años.
— Lo de siempre por favor — dije sonriendo mientras me sentaba a la mesa.
Me sentía tan nerviosa de revisar lo que traía en mis manos, sentía un gran escalofrío. "Alina no seas tonta, como si nunca hubieras hecho esto" me decía a mí misma.
Bueno aquí vamos...
Abrí la carpeta que tenía en las manos con muchos nervios, algo me decía que no debía....
¡No puede ser! — dije llevándome una mano a la boca —
Esto no me puede estar pasando a mí — me repetía mil veces —
No, no, no, no, no, que sea mentira ¡por favor!
Tomé mi teléfono y llame a Regina.
— ¿Hola? Regina...
— Amiga que gusto escucharte ¿cómo va todo por allá? ¿Cómo siguió Oscar?
— Está recibiendo tratamiento para combatir el cáncer, pero mira no te llamo para eso.
Hoy me paso lo más extraño del mundo.
— ¿Ah sí? ¿Qué te pasó?— Encontré a Diego, bueno más bien... o la vida nos encontró, el destino que sé yo
— ¡Como amiga, no te lo creo!Gritaba como loca, aleje el teléfono un poco de mi oreja.
— No entiendo qué tiene de interesante Regina.
— Cómo dices eso, la vida te está abriendo la puerta de nuevo de ese amor.
— Regina nunca, mi esposo está muriéndose. Además que ya no amo a Diego.— Dicen que donde hubo fuego...
— Sí pero yo barrí esa basura.
Lo peor del asunto es que Diego ha venido esta mañana a la empresa, a las vacantes. Y es lo que realmente necesita la empresa si queremos salir de esta crisis.
ESTÁS LEYENDO
El Tiempo Después De Ti ®
Romance¿Qué sucede cuando pierdes lo que más quiere en la vida? O ¿Cuando lo que más quisiste en un tiempo regresa? ¿Cómo podemos volver a ser felices cuando la dicha se vuelve desgracia?