-Espera- le dije agarrándolo del brazo -¿En serio puedo dormir en tu casa?- le pregunté y él afirmó cansado con su cabeza.-Tendría que explicarle a mi familia, pero creo que entenderán- dijo Sherlock mirándome atentamente -¿Me vas a seguir hablando así?- preguntó molesto.
-¿Así cómo?- pregunté extrañada.
-Seca, molesta, te intento hacer un favor y me contestas así- dijo molesto.
-Lo siento, pero no voy a hablarte como si te conociera de toda la vida- respondí tranquila.
-¿Entonces así eres con todos?- preguntó molesto.
-Con los extraños, si- contesté.
-Haz como quieras- dijo y se empezó a alejar de nuevo.
-Espera- le pedí arrepentida.
-¿Qué esperas, que te invite a mi casa, que te de café y que tu me sigas hablando así? No gracias, consigue a alguien más que te ayude, suerte con eso- dijo con los brazos cruzados.
-Lo siento, no estoy acostumbrada a hacer nuevos amigos, desde pequeña me han dicho que no hay que confiar en nadie- le dije y me miró aún molesto -Por favor, intentaré comportarme- le dije y él asintió cansado.
-Eso espero, si le hablas así a mi padre, estoy seguro que te echará de la casa- dijo y empezó a caminar haciéndome señas para seguirlo.
-Gracias- le dije después de un rato y él asintió.
No debería estar haciendo esto, ¿Dormir en casa de un extraño? Estoy loca. Pero no me puedo quedar en la plaza, me han dicho que en las noches en Fulya, la temperatura desciende notablemente.
Y yo no soy buena soportando el frío, en Tanka la temperatura es elevada, porque está más cercana a la estrella de fuego "Fliss", en cambio Fulya está un planeta más alejado, por lo que es más frío.
Si ahora tengo frío, no me imagino en la noche al aire libre, sin manta, sólo con un sueter. Me daría hipotermia.
Caminamos por las calles en silencio, yo solo miraba todo un poco asombrada.
Es la primera vez que recorro Fulya, ya había venido antes, dos veces además de esta, pero siempre me iba antes de que atardeciera.
Todas las casas de Fulya son gigantes, casi podría decirse que manciones. ¿Cómo no serlas? Si todos aquí son millonarios.
Sherlock se detuvo en frente de una casa de color azul claro, de tres pisos, con un jardín gigante, que nos separa de ella una reja negra con un portón del mismo color.
-¿Vives aquí?- pregunté asombrada.
-¿Impresionada?- preguntó divertido.
-Es hermosa- dije afirmando con la cabeza.
-Espérame aquí, le avisaré a mi familia- dijo y se acercó a una puerta que estaba en la reja.
La abrió con una llave que sacó de su bolsillo y entró al jardín de la manción.
Esperé un tiempo admirando la enorme casa. El frío viento despeinó mi cabello suelto y traspasó la tela de mi sueter.
Me estremecí del frío y me abracé para entrar un poco más en calor. Mi labio inferior empezó a moverse por voluntad propia y empecé a tiritar del frío.
Metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón e intenté calmarme y entrar en calor.
-Listo, ya todo está arreglado- dijo Sherlock llegando y abriendo la puerta de la reja para que entrara.
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Seguridad Tanka
SciencefictionDespués de un día de duro entrenamiento en Seguridad Tanka, Katherine, una chica fuerte y decidida. Toma sus descansos en la noche para jugar un videojuejo recreado en el planeta Tierra, que la hará pasar por momentos difíciles que harán que se dest...