Different - Kellin Quinn - PAUSADA.

Capítulo 36 - Mi pequeña pasita.

Narra Jane:

Mi charla con Annie continuó unos minutos, cuando llegó Kellin.

El timbre sonó por toda la casa y ambas nos quedamos en silencio por unos segundos.

-Voy yo.- Grité sonriendo.

Bajé las escaleras lo mas rápido que pude y me encaminé a la puerta. Al abrirla, me encontré con sus ojos verdes. Mis cabellos de la nuca se erizaron, no sabía si era por Kellin y las reacciones que causaba en mi o por el frío de esa noche.

- Hola, uva.- Dijo con un tono raro, sonriendo. Los hoyuelos que se le formaban al hacer ese acto, me derretían.

-No me digas así tonto. - Llevaba un gorro que tapaba sus orejas, lo hacia lucir demasiado tierno. Sus jeans y sus converse hacían juego con las prendas que tenía puesta yo.

Entró a la casa rápidamente, para que el frío no entre y cerré la gran puerta de madera tan rápido como el viento me lo permitía.

Traté de ignorar el hecho de que solo me saludó con un 'hola'. Tal vez no sabía cómo saludarme, aunque yo, por mi lado no quería complicar las cosas. Lo deje pasar.

- ¡Que frío!- Exclamó frotándose las manos.- ¿Por qué el cambio?

- No lo sé, necesitaba otro color.- Comenzamos a caminar hacia las escaleras.

- ¿Te gusta el violeta?- Preguntó mientras subíamos la escalera de madera.

-Si.- Dije sincera. -Aunque siento que en algún momento volveré como Melanie Martinez.-

- ¿Dos colores? - Preguntó él. Yo sólo asentí - Se caerá el pelo de tanto teñirte.- Dijo sacándome la lengua. Rodé los ojos ante aquella actuación infantil.

Nos sentamos los tres en en piso, como si le encontráramos comodidad.

Ante al aburrimiento de esa noche, decidimos ver una película. No sabía de qué se trataba porque mientras la elegían, mi cabeza no dejaba de pensar en que la cena se estaba tardando mucho.

Al final de la película que, por supuesto, no entendí para nada, nos llamaron a comer. Por fin.

Como era de esperarse, Kellin se quedó a comer, aunque ya había cenado anteriormente. Ese chico siempre tenía un espacio para la comida. No lo juzgó, si fuera así, sería la mayor de los hipócritas, siendo yo la que comía todas las veces al día posibles.

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- ¡Quieto Quinn! - Chillé, pero al mismo tiempo susurrando.

- Deja de quejarte, ni siquiera te estoy tocando. - Dijo con un bufido.

Era verdad. Pero estar en la misma habitación que Kellin me ponía nerviosa, demasiado nerviosa.

Después de comer comenzamos una competencia de Just Dance, idea de Kellin. Al decir verdad, Kellin se movía bastante bien, pero nada supera los movimientos de las gemelas Summer.

- Hicieron trampa - Dijo Conciencia.

Está bien, puede que accidentalmente, sin ninguna intención, hayamos estropeado una parte de su baile

Pero, en nuestra defensa, a) todos tienen sus formas de obtener lo que quieren, nosotras teníamos las nuestras y b) ¡Valla que Kellin se movía bien!

Luego de nuestra pequeña competencia, charlamos un rato y el tiempo se fue volando. Ya era muy tarde y Kellin era el favorito de mis tíos, así que, se quedó a dormir. A decir verdad, Kellin, en un principio, no quería, supuse que era por la incomodidad. Pero mi tía lo logro convencer, obviamente, le dijo que le cocinaría un pastel.